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El amor, el capital, el cura y los mandarines

Fuentes: Rebelión

¿Qué tienen en común Amor y Capital. Karl y Jenny Marx y el nacimiento de una Revolución [1] de Mary Gabriel y El cura y los mandarines. Historia no oficial del Bosque de los Letrados. Cultura y política en España 1962-1966 [2] de Gregorio Morán? ¿Su novedad? Su excelente escritura, traducida en el primer caso? […]

¿Qué tienen en común Amor y Capital. Karl y Jenny Marx y el nacimiento de una Revolución [1] de Mary Gabriel y El cura y los mandarines. Historia no oficial del Bosque de los Letrados. Cultura y política en España 1962-1966 [2] de Gregorio Morán?

¿Su novedad? Su excelente escritura, traducida en el primer caso? ¿El interés que generan inmediatamente en el lector? ¿Su rigor? ¿Su deslumbrante documentación? ¿El número de archivos consultados a lo largo de años de trabajo? ¿El placer, emoción e interés que generan su lectura? ¿El poso de largo alcance que dejan en todos nosotros/as? ¿La novedad rupturista que representan en sus ámbitos respectivos? ¿Sus más de ochocientas páginas? ¿El ser dos de los ensayos más importantes, sin desmerecer ningún otro, que se han publicado en nuestro país de países en estos últimos meses? ¿Su precio, elevado sin ser excesivo teniendo en cuenta lo que se nos ofrece (recuérdese que existen bibliotecas prestatarias -¿alguna sin ellos?- en caso de dificultades)?

Todo eso seguramente y mil atributos comunes más.

Pero también hay otro nudo: a pesar de sus evidentes virtudes, sin que ello, desde luego impida aproximaciones críticas informadas [3], a pesar de ser, como se ha señalado, dos ensayos más que destacados en el panorama bibliográfico reciente en castellano, el silencio de un diario que dice ser global, y es normalmente imperial y bastante sectario, es hasta el momento absoluto. Aparte de una referencia más que quisquillosa y malintencionada sobre promociones y estrategias de venta de El cura y los mandarines, que desde luego no suele repetirse ni insinuarse en otras ocasiones, hasta el momento en que escribo nada, nada de nada. Ni una coma, ni dos líneas sobre presentaciones, contenidos, censuras, alguna reseña, alguna entrevista al autora o al autor. Nada. El resto es silencio. Cabe, eso sí, el boca a boca.

El Viejo Topo, para los «del país» como diría Francisco Fernández Buey, viene a ser algo así como el conjunto de clases normales o el pueblo russelliano con barbero único: una entidad inexistente. Akal va camino de serlo, es una editorial demasiado roja y se ha atrevido, además, con Gregorio Morán, el disidente entre disidentes. Por si faltara algo, en El cura y los mandarines, don José Luis Cebrián, el intocable, el de las conexiones imperiales y los fondos de riesgo, no sale muy bien parado.

Notas:

[1] El Viejo Topo, 2014. Traducción de Josep Sarret.

[2] Akal, Madrid, 2014.

[3] José Luis Moreno Pestaña ha escrito una aproximación crítica al libro de Morán. Puede verse en su blog.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de los autores mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes

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