El analfabetismo existe porque existen inequidades e injusticias sociales. Leonela Relys Introducción El objetivo del presente trabajo es analizar las políticas de la globalización y su relación con la universidad pública, o en todo caso las modificaciones que realiza la globalización neoliberal capitalista sobre las instituciones de educación superior públicas. En dicha situación solo me […]
Introducción
El objetivo del presente trabajo es analizar las políticas de la globalización y su relación con la universidad pública, o en todo caso las modificaciones que realiza la globalización neoliberal capitalista sobre las instituciones de educación superior públicas. En dicha situación solo me detendré en dos aspectos muy importantes: la ideología de la competitividad y la precarización laboral. El neoliberalismo modificó profundamente las políticas hacia las universidades, principalmente las públicas. La vida interna siguió otro camino, tanto institucional como económica, lo mismo que en su relación externa. Inclusive el lenguaje que se utilizará para direccionar las «nuevas» políticas será otro, que intenta ser la forma de justificar el proyecto político-económico. El credo religioso neoliberal, a través de uno de sus mandamientos: la competitividad, ha enajenado aún más las relaciones humanas, que de por sí ya venían presentándose.
La globalización y las instituciones públicas (universidades)
La globalización es el término con el cual se asigna el nuevo comportamiento del capitalismo en los últimos treinta años, o más bien, el nombre con el que se va a utilizar para justificar las políticas del capitalismo en su «nueva» etapa de dominio para intentar salir de la crisis en la que se había postrado unos pocos años antes. La globalización como concepto consiste en nombrar de otra manera al neoliberalismo, es una metáfora, que se suelen crear para ocultar la verdadera intención. El concepto no es más que tendencioso, pero que en el fondo es un proyecto dominante que consistirá en transformar las condiciones sociales existentes, que transcenderán las relaciones políticas, económicas, geográficas, culturales, sociales, entre otros aspectos. Según algunos autores como Imanol Ordorika menciona que la globalización es «esta fase de desarrollo del capitalismo radica en el hecho de que los procesos económicos, las interacciones sociales, la política, la cultural e incluso las relaciones individuales trascienden las fronteras nacionales».[1] Considero que es más que eso, pues no es que estas relaciones transciendan sólo las fronteras nacionales, sino que algunas veces mantienen las fronteras nacionales porque es indispensable para el neoliberalismo; inclusive el mismo Estado, que aplica políticas nacionales, es importante para favorecer la globalización, siendo también totalmente indispensable. Debemos de ir más a fondo, porque con sólo tomar una parte de ello por el todo, es decir, utilizando sólo las sinécdoques para argumentar algo, estas justificando un problema mucho más grave y pernicioso para la humanidad.
De esta manera el neoliberalismo, si lo reducimos desde el aspecto económico, modificó las relaciones económicas, poniendo en cuestionamiento la propiedad pública en beneficio de la privada. Todo lo que había sido considerado bien público, y dirigido por el Estado, tendría que pasar a otras fuerzas políticas y económicas que le darán una «nueva» relación de propiedad. Esa propiedad es la privada, en manos de grandes empresas y marcada por una ideología, que va a modificar las relaciones políticas dirigidas a las instituciones. De esta manera, no podemos dejar de lado que las instituciones públicas serán dominadas por la «nueva» política, y las universidades no están fuera de la misma. Las grandes empresas, o en todo caso los propietarios de estas, son las que tendrán el dominio político, pero sobre todo económico, que determinarán el uso, que tanto glorifican lo ideólogos del globalización y que llaman las tecnologías de la información y comunicación.
Con el desarrollo de estas tecnologías, de información, digitalización, informática y comunicación, el sector dominante tendrá los medios en que se apoyarán para reorganizar el nuevo dominio, que se viene desarrollando precisamente en periodos de crisis económica mundial capitalista, es decir, a partir de los años setenta, pero sobre todo los ochenta. Experimentándolo justamente en nuestros países de América Latina para conformar los nuevos mecanismos de justificación mediática con el desarrollo de la llamada tecnología de información y comunicación, como el caso de Granada, después de la invasión estadounidense. Así la globalización neoliberal se apoyará principalmente en estas tecnologías para expandir su dominio económico, pero que traerá consigo cambios culturales, y que está profundamente marcado por la ideología, como dijimos.
Con la entrada de la globalización, su ideología imperará mediante supuestas nuevas ideas que se ven a través de la política y el lenguaje, con aquello de lo que llama competencia, que no es más que el discurso para impulsar el libre mercado. Esta idea de competencia y/o competitividad de la economía de libre mercado es la que se tratará de imponer como nueva orientación de las universidades públicas. Es precisamente con la imposición de esta organización social, basada en la idea de globalización, que es el manifiesto del fundamentalismo neoliberal puesto como dogma religioso mediante la relación de uno de los mandamientos que es, la llamada competitividad, es la que guiará las relaciones en las universidades públicas. Pero la competencia o la competitividad neoliberal, invade todos los ámbitos de la vida social universitaria (y las instituciones públicas), tanto en su relación externa como en su relación interna. En la relación interna, pero hablando no solamente de las universidades, sino de la educación en general, se induce a una guerra encarnada debido a la creencia en la competitividad como medio de relación social. En este sentido me parece muy importante y oportuno las palabras de Antonio Fernández Vicente cuando dice que,
«En las escuelas se entroniza la competencia desde la rivalidad y lucha absurda por calificaciones que al mismo tiempo descalifican a los menos adaptados al sistema competitivo. El propio sistema educativo se rige por competencias. Otro tanto ocurre en las universidades, donde profesores e instituciones luchan contra otros en procesos competitivos que son los únicos indicadores válidos para las agencias de evaluación. Y se refleja tal lógica en los planes de estudio de donde se eliminan las asignaturas que «distraen» frente a las que «sirven». Las operativas y puramente instrumentales son las que se pliegan a formar seres competitivos. Lo demás es superfluo, una fruslería».[2]
Con la cita anterior podemos destacar dos cuestiones. La primera es la competencia generada por la idea de las calificaciones. En ocasiones nos comportamos de manera crítica, pero muchas veces reproducimos una especie de darwinismo social, que no es propio de la globalización neoliberal, sino que es de antaño y propio de la constitución de la misma sociedad que rige en nuestros días, y que las instituciones educativas reproducen; por ejemplo, las calificaciones, que motivan una guerra encarnada entre los estudiantes. Este sistema privilegia a algunos y excluye a otros, haciendo creer que solo algunos son «buenos» y aptos para estudiar y seguir preparándose, y obstaculizando al restante y creándoles muchas frustraciones que indudablemente les marcará gran parte de su vida. Ante esta competencia, los unos y los otros quieren mostrar que son «buenos», y lucharan para mostrar que son parte de los más aptos. Esta competencia de rivalidad se profundizará con la globalización neoliberal. Las calificaciones más altas que logran algunos estudiantes, serán merecedores de becas, o por lo menos les permite seguir estudiando con un apoyo como el que otorga el CONACyT, institución dirigida por la politiquería neoliberal en México, particularmente para posgrado, o muchas veces dirigidas para esta. Pero instituciones que aparentemente no se inscriben en el modelo neoliberal como la UACM,[3] privilegian algunos estudiantes, otorgándoles una especie de beca, mientras otros permanecen excluidos. Inclusive algunos que ya tenían beca, en un semestre anterior, se vuelve a sortear, porque ese el método que usan y justifican, resulta que no se les continuó dando, porque pareciera que no lograron tener un mejor promedio general de calificación. La calificación no dice nada, excepto privilegiar algunos. Entonces la guerra por el privilegio, está dada en la competencia impuesta y profundizada por el neoliberalismo que aspira a ser globalizador.
Otra cuestión es la rivalidad entre instituciones educativas (pero también entre profesores), que bajo procesos de evaluación obliga a ellas encarnarse en una competencia. Están obligados por el mismo sistema que no le queda otra manera que entrar en ese proceso de competencia. Esto tiene que ver con la reducción del presupuesto que los gobiernos neoliberales le otorgan a las instituciones públicas. Para demostrar que son merecedoras del poco presupuesto, tiene que justificar con resultados que son competentes ante el mercado de la educación. Del presupuesto otorgado depende el empleo de los docentes y todo el personal administrativo.
Pero el problema es todavía más serio de lo que uno considera, pues esto lleva a otra cuestión que es inseparable, el de que la población que vive esto, reproduzcan la competitividad no solo en el interior de la universidades, sino cuando tengan que emplearse o ser empleados, ya sea en instituciones públicas, las pocas, o las privadas, las muchas en el neoliberalismo, reproduciendo la misma lógica. Veamos al mismo autor:
«Como las universidades, sus estudiantes también tendrán que someterse a las lógicas obsesivas y kafkianas de los rankings, cuyas categorías de jerarquización nos están vedadas. Lucharán unos contra otros porque han entrado en la partida y deben calcular sus jugadas. No podemos cambiar las reglas del juego como si de Carroll se tratase en su Alicia. Y no parece haber otra alternativa, olvidando que ni Sócrates ni Platón jamás evaluaron a nadie, ni fueron evaluados más que por la Historia Cultural».[4]
Así en las instituciones públicas se aplicaría una nueva forma de ver lo público bajo dominio de lo privado y bajo la idea de la competitividad, es decir, una especie de subordinación a la misma. Y aquí estoy de acuerdo con Imanol cuando dice que «en este marco todos los procesos sociales se analizan a partir de esquemas de costo-beneficio, en lo que constituye una construcción economicista de la vida social».[5] Todo el lenguaje político neoliberal decidirá el camino de la institución pública, en beneficio de lo privado y la guerra por la supervivencia, cuyo dogma es la competitividad.
Otro problema creciente, pero relacionado con el anterior, bajo dicho contexto, y que no se ha tocado en los estudios que hacen referencia a la educación superior, es la precarización de los trabajadores docentes. Desde hace ya algunas décadas, la precarización de los docentes en las universidades como la UNAM y la ENAH, las cuales conozco personalmente algunos maestros, se viene profundizando, algunos de ellos han formado sindicato para combatir esto, como el caso de la ENAH.[6] Patrick Cuninghame, habla de la doble crisis de la universidad en México, cuando se da el proceso mercantilización y globalización de la educación superior, y considero que esta es una de ellas. Dice:
«Fundamentalmente, estos procesos han llevado a la creciente precarización de las condiciones de trabajo, para los trabajadores universitarios, sobre todo los de tiempo parcial. Además, está cada vez más restringido el acceso a la educación superior pública para los estudiantes, lo cual causa un creciente malestar entre los sectores sociales de menos recursos que resultan más excluidos que antes. También, han causado un número creciente de conflictos sociales, principalmente huelgas por parte de los trabajadores y movilizaciones y ocupaciones estudiantiles».[7]
Esta precarización está ligada, en parte, a los pocos recursos que se le otorga a las universidades públicas, pero también al creciente desempleo, propio de las políticas de la globalización neoliberal. El escaso recurso otorgado, obliga a no basificar y no tener mejores recursos para el docente que imparte sus clases. En particular el docente, ha tenido que luchar dentro esa guerra encarnada que lo obliga el sistema, contra la precariedad de sus condiciones, pero también organizándose para luchar contra la misma.
Entonces ante esta sociedad del conocimiento, se dónde apoya la globalización neoliberal, que tanto exaltan autores como Miguel Casas Armengol, supuestamente para promover mejores niveles de vida entre la población,[8] vemos que las condiciones de los trabajadores docentes, estudiantes e inclusive personal administrativo, cada vez más esta insertado en un camino sin salida. Sin nada que lo motive, por lo menos ese es mi caso. El caso de los trabajadores docentes de la ENAH, llamados de asignatura, que han vivido la precariedad por largos años, vienen organizándose para hacer frente a esto, y han tomado acuerdos con otras organizaciones sociales del país para luchar por algo común, es decir, también comprometiéndose con la lucha social del resto de la población que sufren la injusticia social del diluvio de la globalización neoliberal. Cabe decir que los profesores-investigadores basificados, o con un empleo permanente y estable, no simpatizan, o se muestran indiferentes, pero no sólo con los maestros sino también con las estudiantes que soportan la precariedad. Ante sus privilegios, que lo han conseguido vaya a saber de qué modo, tienen miedo a perderlos si cuestionan el orden social.
Conclusiones
Hemos visto que la globalización es el término con el cual se asigna el nuevo comportamiento del capitalismo en los últimos treinta años. La globalización como concepto consiste en nombrar de otra manera al neoliberalismo. El neoliberalismo modificó las relaciones económicas, poniendo en cuestionamiento la propiedad pública en beneficio de la privada. Esta propiedad estará en manos de grandes empresas y marcada por una ideología, que va a modificar las relaciones políticas dirigidas a las instituciones públicas. Con la entrada de la globalización, su ideología imperará mediante supuestas «nuevas» ideas; desde la política y el lenguaje, impulsará uno de los mandamientos: la competitividad, discurso para impulsar el libre mercado, y las instituciones públicas formarán parte de ello. Esta idea de competitividad de la economía de libre mercado es la que se tratará de imponer como nueva orientación de las universidades públicas. Pero la competitividad traerá una guerra encarnada, no solo para las instituciones y los maestros, sino para los estudiantes. Con esta relación, se profundizó la exclusión, amplió el privilegio para unos cuantos, motivado por la idea de los más aptos. Por otro lado está la precariedad a la cual se han sumergido a instituciones, pero sobre todo a profesores que han soportado durante muchos años estas condiciones. Dos cuestiones que son resultado de la globalización neoliberal capitalista.
Bibliomesografía utilizada
Casas, A. (2007), «Nueva universidad ante la sociedad del conocimiento» en Construyendo la nueva agenda de la Educación a Distancia. Argentina: ICDE-UNESCO-La crujía. Pp. 283-308.
Cuninghame, Patrick «capitalismo cognitivo, precariedad laboral, producción del conocimiento y conflictos sociales» en http://www.rebelion.org/noticia.php?id=195157
Fernández Vicente, Antonio, «La ideología de la competitividad» en http://www.rebelion.org/noticia.php?id=196615
Ordorika, S. (2006), «Educación superior y globalización: las universidades públicas frente a una nueva hegemonía» en Andamios, Vol. 3, No. 5, diciembre. Pp. 31-47
Notas
[1] Imanol Ordorika, S. (2006), «Educación superior y globalización: las universidades públicas frente a una nueva hegemonía» en Andamios, Vol. 3, No. 5, diciembre, p. 32.
[2] Antonio Fernández Vicente, «La ideología de la competitividad» en http://www.rebelion.org/noticia.php?id=196615
[3] Universidad Autónoma de la Ciudad de México.
[4] Ibíd.,
[5] Ordorika. Op. cit. p. 34.
[6] Escuela Nacional de Antropología.
[7] Patrik Cuninghame «capitalismo cognitivo, precariedad laboral, producción del conocimiento y conflictos sociales» en http://www.rebelion.org/noticia.php?id=195157
[8] Miguel Casas Armengol, «nueva universidad ante la sociedad del conocimiento», en Construyendo la nueva agenda de la Educación a Distancia. Argentina: ICDE-UNESCO-La crujía, p. 284.
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