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La Revolución Social, elemento emancipador de las estructuras capitalistas

Fuentes: Rebelión

La realidad objetiva encuentra su expresión en la diversidad material que la conforma, o a la inversa es en la concreticidad del mundo material donde se manifiesta la realidad objetiva, la cual es el diario vivir de cualquier sujeto, la misma es independiente de la conciencia; la diversidad material son las condiciones de vida -en […]

La realidad objetiva encuentra su expresión en la diversidad material que la conforma, o a la inversa es en la concreticidad del mundo material donde se manifiesta la realidad objetiva, la cual es el diario vivir de cualquier sujeto, la misma es independiente de la conciencia; la diversidad material son las condiciones de vida -en el plano económico, social, político, cultural y espiritual- de estos sujetos.

Las ideas son interpretaciones de la realidad, si se quiere, es la subjetividad expresa de la objetividad, partiendo de lo anterior nos encontramos con la limitante de la percepción, pues cada sujeto interpreta la realidad a partir de sus condiciones materiales de vida, el sujeto pues conoce la realidad bajo la limitante de su percepción, pues esta varia de un sujeto a otro.

En virtud de lo anterior surge la interrogante ¿Cómo unificar bajo una misma sombra la percepción de cada sujeto social?, a partir de que cada sujeto social conoce su realidad en virtud de sus condiciones materiales, estas interpretaciones tienen en común la racionalidad humana, los sujetos humanos razonan a partir de su condición material de ahí lo que los hace diferente, estas percepciones se unifican bajo una conciencia colectiva, entendida como un conjunto de ideas producto de las condiciones materiales en que viven, las cuales tienen a la base la racionalidad humana.

Entiéndase por sujeto al hombre -obviando condiciones fisiológicas y de género- que vive en comunidad y ve su bienestar reflejado en otros, que como sujeto social está supeditado a necesidades, que razona y conoce el mundo a partir de sus condiciones de vida.

No se niega que los grupos sociales en virtud de su conciencia colectiva -entendida en sentido estricto expresado anteriormente – se diversifiquen, pues encontramos en la sociedad una variedad de expresiones sociales producto de las condiciones de vida, sin embargo, esto se simplifica en el plano económico, donde estos grupos sociales interactúan en el marco de las estructuras económicas vigentes, donde ya se ve con más claridad dos grupos económicamente antagónicos y antepuestos cuya lucha sobrepasa la dimensión económica llegando incluso a atentar contra la vida misma.

Los dueños de los medios de producción y los que venden su fuerza laboral, ambas clases históricamente irreconciliables engendran en la unidad una lucha férrea desventajosa para la clase laboral que carece de medios de producción.

A partir de lo anterior entonces nos preguntamos ¿Qué hay detrás de esa lucha antagónica entre los dueños de los medios de producción -burgueses- y los que venden su fuerza de trabajo -proletarios-? Esa lucha esconde relaciones de dominio y explotación por parte del burgués hacia el proletario, las cuales se manifiestan en la pauperización de las condiciones de existencia material de la clase en desventaja.

Entonces a partir de verse despojada de medios de producción la clase en desventaja, producto de la propiedad privada sobre los mismos, subordina sus necesidades más vitales a los dueños de los medios de producción quedando así expresado objetivamente el atentado contra la vida humana.

Sin embargo ¿Cómo enfrentar el problema de lucha de clases? Es aquí donde en mi opinión juega un papel importante la conciencia de los sujetos, la cual unificada en la clase proletaria como una conciencia colectiva, no es más que el medio de humanización, de entender que la economía de mercado no garantiza la reproducción de nuestra vida material, que las políticas económicas responden a los intereses de grupos elite y sobre todo de comprender que es nuestra obligación y nuestro compromiso como seres humanos históricamente determinados, el desarmar mediante una revolución social las estructuras capitalistas que nos oprimen como respuesta a la realidad objetiva que hoy vivimos.

La conciencia colectiva sirve de medio unificador de los sujetos sociales en el marco de una finalidad: Abolir las estructuras económicas de poder que nos oprimen. Es pues la conciencia colectiva la suma de conciencias sociales individuales -libre de la ideologías sistémicas- expresada en una conciencia colectiva que nace de las condiciones de existencia material de la clase explotada e interpreta la voz de la misma, que a su vez niega la ideologia o falsa conciencia a la que está condicionada la clase proletaria, por tanto no puede llevarse a cabo un revolución social con una ideologia, sino es, mediante una conciencia colectiva humanizadora. El responsable directo de conducir una revolución social que nos garantice un mundo más humano no es más que la clase intelectual en consonancia con los sujetos sociales.

Debemos de entender la revolución social en sentido de una lucha emancipadora de las estructuras económicas, la cual infiere en una participación masiva de la población en los problemas de la realidad objetiva que se viven. Al final la revolución social no es más que una lucha unificada subjetivada bajo una conciencia colectiva que pone de manifiesto la necesidad de un mundo más humano.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.