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Para entender el conflicto

Fuentes: Rebelión

Ha y momentos cuando el silencio es oro, cuando cualquier cosa que se diga empeora la situación, cuando cualquier palabra resulta inoportuna independientemente del contexto en que es pronunciada. Esto sucede cuando los padres o los amigos o los hermanos se pelean. Duele, y mucho, porque cualquier cosa que se haga no sirve; sólo queda […]

Ha y momentos cuando el silencio es oro, cuando cualquier cosa que se diga empeora la situación, cuando cualquier palabra resulta inoportuna independientemente del contexto en que es pronunciada. Esto sucede cuando los padres o los amigos o los hermanos se pelean. Duele, y mucho, porque cualquier cosa que se haga no sirve; sólo queda esperar que el tiempo restrañe heridas, permita a las aguas tranquilizarse y volver a correr por el viejo cause, de donde nunca debieron desbordarse. Tal vez, lo más importante sea no irse por las ramas y encontrar el tronco común que viabiliza el altercado. En el caso de Ecuador, se debe partir de que sufre las consecuencias de la guerra que se da entre las grandes potencias.

La hegemonía que tuvo EEUU en el mundo occidental a partir de la Segunda Guerra Mundial se volvió universal luego de la disolución de la URSS y de la caída de las Torres Gemelas; este dominio se encuentra al borde de quebrarse como consecuencia del sin par desarrollo de China. Por otra parte, la superioridad militar de EEUU sobre China era apabullante y Rusia, heredera apetecible de la URSS, parecía fácil de ser tragada. Ambas razones dieron pábulo para que China y Rusia unan sus fuerzas para proteger sus intereses del poderío casi absoluto de EEUU. Esta es la raíz del conflicto actual.

Como una guerra de verdad no iba a dejar títere con cabeza, EEUU desató contra estas dos potencias una guerra de nuevo cuño, llamada híbrida, cuyas secuelas sufre el mundo. Una de las batallas de esta guerra es la lucha por el control de los recursos, especialmente, los energéticos. Por eso se da el precio irracional del petróleo, que afecta directamente a Rusia, pero también a EEUU, Arabia, Irán y Venezuela. Rusia superó este problema gracias a que logró desarrollar su mercado interno; EEUU ha perdido billones de dólares, pero tiene medios que le permiten soportar una situación al borde de la quiebra; Arabia mantiene el control férreo de su población mediante una doctrina religiosa, el wahabismo, que permite cortar la cabeza de quien la levante; a Irán, la Revolución Islámica le da vigor para subsistir; Venezuela, gracias a la Revolución Bolivariana, ha logrado sobrellevar la crisis, por lo que Trump la amenaza con una intervención militar, pues los demás tipos de intervenciones han fracasado. En cambio, Ecuador sufre de manera directa los coletazos de esta guerra híbrida. No tendría problemas mayores si el precio del petróleo bordeara su valor real, unos cien dólares por barril, pero como esto no se da, tiene un déficit fiscal que debe ser cubierto de manera sabia y con el apoyo de todas sus fuerzas políticas, lo que está por verse.

Asimismo, para defenderse Rusia y China impulsaron la creación del BRICS, una especie de mercado común entre Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, que de concretarse los haría indestructibles. Para acabar con el BRICS se busca desde afuera un enfrentamiento, si es posible militar, entre China y la India. Como estos países no caen en la provocación y arreglan sus diferencias mediante el diálogo, se ataca al eslabón políticamente más débil, en este caso, Brasil. Por eso fue eliminada Dilma Rousseff del poder y se ha debilitado la posibilidad de que Lula regrese a la presidencia de ese país. Para ello, se empleó exitosamente el escándalo de Odebrecht, tipo de corruptela que es practicado a nivel mundial por todas las grandes empresas. ¿Por qué ahora? Pues para romper el BRICS y derrotar uno a uno a todos sus miembros y garantizar así la hegemonía de EEUU, hoy en peligro de ser quebrada.

Los problemas del Ecuador también son consecuencia de la guerra contra el BRICS. ¡Ojo! No se defiende la corrupción, lo que se dice es que ésta ha existido en toda época y lugar; además, que se la debe combatir siempre. Si los ecuatorianos comprenden este detalle, podrán superar el reto que enfrentan y no se devorarán mutuamente; si entienden que están en un barco que navega en las aguas turbulentas de la batalla campal desatada entre las grandes potencias, luego de organizar su economía y sus finanzas, tendrán la posibilidad de sacar provecho del delicado momento que se vive. Así es que, a arrimar el hombro.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.