Este anuncio, realizado ayer en el cerro Santa Lucía de Santiago por un centenar de representantes de partidos políticos, organizaciones sociales y personalidades de todos los ámbitos del que hacer chileno, podría convertirse en el hecho político más importante en los últimos 20 años. Tras meses de ardua discusión, personalidades y dirigentes sociales y políticos […]
Este anuncio, realizado ayer en el cerro Santa Lucía de Santiago por un centenar de representantes de partidos políticos, organizaciones sociales y personalidades de todos los ámbitos del que hacer chileno, podría convertirse en el hecho político más importante en los últimos 20 años.
Tras meses de ardua discusión, personalidades y dirigentes sociales y políticos presentes en la plazoleta del Cerro Santa Lucia, dieron a conocer los objetivos de este movimiento, en un documento denominado «Por Chile Justo, Construyamos la Unidad»
«Creemos que ha llegado el momento de retomar las banderas de la esperanza y reconstruir las confianzas, de sentir las bases para la construcción colectiva y conjunta de un espacio de acción y debate común para dar a la luz una alternativa política concreta y viable para enfrentar el modelo neloliberal, sustentado por los dos bloques en el poder», indicó la misiva.
Los líderes sostienen que la mirada y preocupación de las organizaciones agrupadas en un Frente Antineoliberal, está puesta en Chile, «en los marginados, los trabajadores, los excluidos, nuestro esfuerzo está entre las mujeres, los niños y los ancianos, en las minorías y los pueblos originarios».
La carta que fue entregada a los chilenos y chilenas, apunta a que la lucha actual está con todos aquellos que buscan una vida más plena y feliz, «una democracia real y participativa, una sociedad edificada sobre la equidad, la verdad y la justicia plena».
Los autoconvocados buscan un Chile que sea regido por una ética política y social, basada en la participación de las grandes mayorías, en la defensa de la soberanía popular, y que debe ser expresada en una nueva Constitución Política y que cuyos contenidos y gestación sean efectivamente democráticos, garantizados por la realización de una Asamblea Constituyente de amplia participación ciudadana y popular.
Sobre el tema económico los dirigentes políticos y sociales apuntaron que es necesario realizar un modelo de desarrollo a escala humana, «en que no tenga espacio la depredación de los recursos naturales que hace el gran capital trasnacional y local».
En lo social y derechos humanos, expresaron que en Chile debe haber una salud y educación dignas y que deben estar al servicio de los más desprotegidos, con trabajos estables y decentes, con una distribución del ingreso y la riqueza basada en criterios democráticos y nacionales.
En el plano de los derechos humanos, rechazaron cualquier forma de impunidad y que respecto a los derechos del hombre deben ser «la piedra basal de la convivencia democrática».
En el documento, los sectores progresistas explicaron que «Chile debe estar del lado de los pueblos que luchan contra la intervención extrajera, contra la guerra y contra de la construcción de un mundo unipolar en lo económico, político y militar, por la defensa de la cultura y el patrimonio nacional».
Por último los de más de un centenar de organizaciones políticas, sociales y personalidades, hicieron un llamado a todos los chilenos y chilenas a sumarse en «este camino incipiente de unidad y futuros logros».
El documento está firmado por los partidos, Comunista, Humanista, Izquierda Cristiana, MIR, MPMR, Comunista Acción Proletaria, Fuerza Social, Surda, Partido de Trabajadores, Andes, Cambio democrático, y organizaciones sociales, como los Traperos de Emaus, Movimiento Popularices, Comité de defensa del Cobre, Usuarios de defensa de la Salud pública, Fuerza Ciudadana, Fundación Laura Rodríguez, Barra libre de los de Abajo, Asamblea Cristianos de Izquierda, Ciclo Árbol Vida, los precandidatos a la presidencia de la República de Chile, Manuel Jacques, Tomás Moulian, Tomas Hirsh, Jorge Pavez, Colegio de Psicólogos, abogados de derechos humanos, Carlos Tomic y Hugo Latorre (militantes del partido Demócrata Cristiano), Manuel Cabieses, director de Punto Final, y dirigentes sindicales.