Leonardo Herasme, un amigo lector de la columna, consciente de mi preocupación por la necesidad de dotar a la «basura escrita» de un marco teórico, me envía el valioso aporte de un funcionario estadounidense, Mr. Phillip Broughton, que consiste en la implementación de un sistema conceptual combinado, al que ha llamado «Proyector Sistemático de Frases […]
Leonardo Herasme, un amigo lector de la columna, consciente de mi preocupación por la necesidad de dotar a la «basura escrita» de un marco teórico, me envía el valioso aporte de un funcionario estadounidense, Mr. Phillip Broughton, que consiste en la implementación de un sistema conceptual combinado, al que ha llamado «Proyector Sistemático de Frases Cohetes».
El sistema consta de 30 «palabras cohetes» agrupadas en tres columnas, cada una de las cuales lleva la numeración de 0 a 9.
Columna 1 Columna 2 Columna 3
0-Programación 0-Funcional 0-Sistemática
1-Estrategia 1-Operacional 1-Integrada
2-Movilidad 2-Dimensional 2-Equilibrada
3-Planificación 3-Transicional 3-Totalizada
4-Dinámica 4-Estructural 4-Sustentable
5-Flexibilidad 5-Global 5-Balanceada
6-Implementación 6-Direccional 6-Coordinada
7-Instrumentación 7-Opcional 7-Combinada
8-Retroacción 8-Central 8-Estabilizada
9-Proyección. 9-Logística 9-Paralela
El método de empleo es el siguiente: Se escoge al azar un número cualquiera de tres dígitos y se busca la palabra correspondiente a cada dígito en cada una de las tres columnas. Por ejemplo, el número 316 nos daría como resultado la expresión «planificación operacional coordinada»; el número 139, «estrategia transicional paralela» y el número 740, «instrumentación estructural sistemática».
Cualquiera de ellas puede insertarse en cualquier artículo o informe y resonará con indiscutible precisión y autoridad.
El sistema es ampliable, tanto en sus columnas como en los términos que recoja cada una de ellas, dependiendo de las necesidades del discurso en que se inserte.
Los términos a ampliar pueden modificarse en función de las características temáticas que aborde, así estén relacionadas con áreas sociales, políticas, filosóficas o artísticas.
Obviamente nadie va a entender nunca absolutamente nada pero de eso se trata, de hablar «basura» con propiedad, con un marco teórico adecuado que impida, incluso, la reiteración del disparate.
De más está decir que, entusiasmado con el sistema creado por el funcionario estadounidense, he desarrollado variantes al respecto y aprovecho este espacio para ofrecer mis servicios profesionales
a cualquier candidato interesado en cultivar discursos adecuadamente vacuos y profesionalmente insulsos.