Días después del arresto de los cinco cubanos cuya condena acaba de ser revocada por el tribunal de Apelación de Atlanta, Héctor Pesquera, el entonces jefe del FBI de Miami, reconoció una primera vez que esta detención había generado contradicciones entre algunos directivos del Departamento de Justicia. Agregó que este caso «nunca habría llegado a […]
Días después del arresto de los cinco cubanos cuya condena acaba de ser revocada por el tribunal de Apelación de Atlanta, Héctor Pesquera, el entonces jefe del FBI de Miami, reconoció una primera vez que esta detención había generado contradicciones entre algunos directivos del Departamento de Justicia. Agregó que este caso «nunca habría llegado a las cortes» si él no hubiera instado «directamente a Louis Freeh», el entonces Jefe del FBI.
En diciembre del 2003, unos días antes de jubilarse, en una entrevista otorgada al reportero Larry Lebowitz del Miami Herald, Pesquera reitera esa afirmación pero esa vez citando discusiones que tuvo con la Fiscal General, Janet Reno para arrestar a los cubanos.
«Otros en el Departamento de Justicia no querían tocar esto», recordó entonces, añadiendo: «Todo estaba sobre la línea (de demarcación)».
El encuentro con Lebowitz tuvo lugar unos días antes del anuncio oficial de la jubilación del sulfuroso Special Agent.
«Pero tú lo haces porque piensas que estás recto. O por lo menos piensas que estás recto en este momento», añadió el policía de manera enigmática.
Nadie en la ‘prensa libre’ de Miami tuvo la iniciativa de preguntarle a Janet Reno su versión de los hechos. Cómo en menos de 10 días se dejó «persuadir» para tomar una decisión tan evidentemente equívoca que a nadie le interesaba «tocar esto».
Al principio del 2003, la asistente de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Condoleezza Rice, había revelado en una carta dirigida a un representante republicano de la Florida -hablando a nombre del presidente norteamericano George W. Bush- cómo la orden de arrestar a los patriotas cubanos infiltrados en grupos terroristas cubano-americanos de Miami fue dada por la Casa Blanca.
En una enumeración de una serie de medidas tomadas para complacer a dirigentes de la comunidad miamense, Rice mencionó cómo se «desbarató una red de espionaje cubana en los Estados Unidos». De manera característica, usó los mismos términos despectivos usados a propósito por la prensa anticubana de Miami, a ‘sugerencia’ de Pesquera cuando nunca se demostró espionaje alguno.
El alto funcionario Roger Noriega, poco después, retomó el mismo tema y ofreció una nueva confirmación del carácter esencialmente político de los arrestos y del juicio trucado que siguió, con un guión redactado por Pesquera y los demás conspiradores.
• • •
Interrogado entretanto sobre el mismo tema en el programa televisivo ‘A mano limpia’ del Canal 41 de Miami por el periodista dominicano Oscar Haza, Pesquera, visiblemente nervioso, hablando con una voz entrecortada, había tenido que recorrer a la mentira para encubrir su bochornosa actuación en ese autentico frame-up.
Ante las cámaras de televisión, sostuvo descaradamente que realizó los arrestos con el propósito de acusar a los cinco cubanos de «asesinato» en el caso de las avionetas derribadas cuando violaban el espacio aereo cubano.
Olvidandose que pasaron ocho meses antes de que aparecieran en el juicio los dichos cargos y esto después de una ruidosa campaña de prensa llevada a cabo por los cabecillas terroristas de Miami.
En la misma entrevista, el ex Jefe del FBI de Miami reconoció, abiertamente, que el caso de los Cinco no es un caso de espionaje, al contrario de todo lo que sostuvo, pretendió, repitió durante ahora más de cinco años.
«No es espionaje como tal de pasar documentos clasificados, etcetera, que lleva una penalidad seria, sino el espionaje favorito de Fidel…que esta pasando…están saliendo los aviones… no están saliendo los aviones… la mafia… esta persiguiendo», dijó textualmente en su español cojo.
– ¿Penetrar las organizaciones?, preguntó Haza.
– ¡Claro!, contestó Pesquera.
– ¿Para ver si hay un desembarco en Cuba por Nuevitas o por Caibarien?, añadió el periodista.
– ¡Ahí está!
Luego por poco identificó a su socio mafioso Camilo Padreda cómo informante del FBI. Y añadió que, como Jefe del FBI, tenía que mantener relaciones con ‘líderes’ de la comunidad.
– Está el hijo de Mas Canosa, me llevo muy bien… Horacio García… una serie de personas de mucha importancia en la comunidad. Cuando tenemos algún tipo de situación, les presentamos la situación… Lo mismo paso cuando el arresto en San Juan de las personas con rifles de calibre 50…
Así que en el caso de La Esperanza, en Puerto Rico, Pesquera «presentó la situación» a la FNCA.
Y cuando se trata de identificar ‘representantes’ de la comunidad cubana de la Florida del sur, Pesquera designa al estafador Camilo Padreda. Luego, al Jefe de la terrorista Fundación Nacional Cubano Americana, Jorge Mas Santos, hijo del operativo CIA Jorge Mas Canosa, fundador de ese grupo… y a Horacio García, miembro eminente del comité paramilitar de esa misma organización .
• • •
Pero de repente, el 15 de enero 2005, el ex Jefe del FBI de Miami confesó que los cinco cubanos que encarceló NO tuvieron acceso a información de inteligencia alguna. Y lo hizo públicamente, en un diálogo con nada más y nada menos que los cabecillas terroristas Luis Zuñiga Rey y Horacio García, en las ondas de Radio Martí.
La increíble confidencia, hecha con un candor desarmante, Héctor Pesquera, el ex Jefe del FBI de South Florida y responsable principal del arresto de los Cinco, la hizo en el marco del tercer programa de una serie de cinco entrevistas tituladas «En silencio ha tenido que ser», realizada para Tele Martí.
Aunque esa emisora tenga como únicos televidentes a sus propios productores, el sonido del programa fue difundido por Radio Martí el 15 de enero último a las 8 PM.
La declaración, increíble de parte del hombre que persiguió de manera obsesiva a esos cubanos a quien atribuyó viciosamente el calificativo de «espías», se hizo como respuesta a la siguiente pregunta de Zúñiga:
– ¿Usted cree que en algún momento estuvo en peligro la seguridad de los Estados Unidos o ellos tuvieron acceso a alguna información de inteligencia que pudiera ser valiosa a los enemigos de los Estados Unidos?
Y contestó Pesquera, textualmente:
– NO, y lo explicó. Por ejemplo, en el caso de (Antonio) Guerrero se hizo un estudio retrospectivo de la información que había captado, pero que si hubiera podido tener no lo determinó así la investigación.
De manera evidente -y el resto de la entrevista lo demuestra- Pesquera hablaba en un ambiente de total confianza. Además de Zúñiga, un viejo conocido de los servicios que dirigió, se encontraba en compañía de otro socio «fuerte», Horacio García.
Esa serie de entrevistas contiene varias otras declaraciones interesantes de Pesquera que Zúñiga, servilmente, llama «Jefe de la Oficina del Buró Federal de Investigaciones» aunque tuvo que dejar ese puesto en diciembre del 2003.
El 22 de enero último, siempre en el marco de la misma serie difundida por la mal llamada Radio Martí, con García y Zúñiga, Pesquera hace otra confesión que permite comprobar cómo había llegado de Puerto Rico, con la orientación de proceder a cualquier costo contra el grupo de cubanos infiltrados en las organizaciones terroristas miamenses.
«Yo llegué aquí en mayo de este mismo año, del 98. Me ponen en conocimiento de lo que hay. Empezamos entonces a hacer hincapié de que esta investigación a los efectos de Inteligencia ya no debería mantenerse ahí. Y debería cambiar de rumbo e irse entonces a una investigación criminal,» dice entonces Pesquera en las ondas.
Y luego, el inventor del caso de los Cinco también señala a sus socios García y Zuñiga:
«Tuve muchísimos problemas para convencerlos e insistir en el Departamento de Justicia», confesó.
El juicio de los Cinco costó más de 60 millones al contribuyente norteamericano.