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Nadie sabe para quién trabaja

Fuentes: La Discusión de Chillan

En estos tiempos en que la acumulación de riqueza y poder, es la consigna que conjuga los espacios de especulación que permite el modelo imperante; ha sido la credibilidad y la confianza en las instituciones y en la gente, la que se ha visto afectada negativamente. Se confunde la «realidad social objetiva» con aquella otra […]

En estos tiempos en que la acumulación de riqueza y poder, es la consigna que conjuga los espacios de especulación que permite el modelo imperante; ha sido la credibilidad y la confianza en las instituciones y en la gente, la que se ha visto afectada negativamente.

Se confunde la «realidad social objetiva» con aquella otra que muestran los medios de comunicación controlados por las grandes empresas, y que basan su «cobertura periodística», en un oficialismo sin recato, no tanto respecto de los gobiernos de turno, pero indudablemente, respecto del modelo neoliberal, al que no cuestionan ni relacionan con los efectos negativos que vive la sociedad actual.

En países como Chile, la «teatralización democrática» carece de todo pudor, y en uno de los procesos de mayor contradicción en sus casi 200 años de vida «independiente», los capitalistas criollos, la industria financiera y la fuerza militar, han logrado disponer de una «clase política» tan dispuesta a dejar de ser, como a servir a los intereses de quienes tienen poder y riqueza.

La credibilidad y confianza en los medios de comunicación se ve socialmente disminuida, y apenas se sostiene en el resorte de las «encuestas», las que transformada en herramienta comunicacional, van perdiendo prestigio, a la misma velocidad que lo hacen la «clase política» y sus «microempresas de opinión publica», a las que aún llaman partidos políticos.

Los grupos que controlan la economía nacional, buscan los modos de protegerse de las grandes transnacionales, para ello han logrado crear dos actores principales la Alianza por Chile de Lavín y Piñera; que asegura el tema empresarial propiamente tal, y la Concertación, que les da los beneficios de la gobernabilidad y la estabilidad social.

El dominio absoluto, la falta de critica les ha impedido corregir errores y observar la falta de sustentabilidad del modelo, el que por medio de los efectos como la cesantía, la delincuencia, el grave endeudamiento domestico, muestra fallas estructurales tan graves como las que hacen colapsar los puentes mal construidos.

Es evidente que vienen nuevas formas de participación y organización ciudadana, que las mentiras y la traición a la confianza de los pueblos, junto con destruir la credibilidad y la sana convivencia, hace necesario el fortalecimiento de nuevos referentes, las personas no pueden vivir indefinidamente en un clima de desconfianza en el que nadie sabe para quién trabaja.