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La dictadura del “look” y la estética de “Peter Pan”

El (nada) Discreto Encanto del Bisturí

Fuentes: Fundación Federico Engels Instituto de Investigaciones sobre la Imagen

Dime qué cirugía plástica buscas y te diré quién eres. Hay una, no poco costosa, dictadura del lifting que emblematiza a estas horas cierto poderío estético de clase para el cuidado de la «Imagen». La competencia en los pasadizos laborales, el sex appeal o viceversa confundidos en retoques nice. Rostros o cuerpos «viejos», «arrugados» o […]

Dime qué cirugía plástica buscas y te diré quién eres. Hay una, no poco costosa, dictadura del lifting que emblematiza a estas horas cierto poderío estético de clase para el cuidado de la «Imagen». La competencia en los pasadizos laborales, el sex appeal o viceversa confundidos en retoques nice. Rostros o cuerpos «viejos», «arrugados» o con «marcas» del tiempo… no son bienvenidos en la estética de «Peter Pan». Negarse a envejecer con la magia del cuchillo. Se trata de una moda. La Asociación Norteamericana de Cirujanos Plásticos, ANCP, supone que su industria de la cirugía cosmética ronda los 10 mil millones de dólares por año. Practican en ese lapso más de 2 millones de intervenciones quirúrgicas con fines estéticos. Y el negocio crece.
Una vez más los avances de las ciencias y la tecnología se someten al circo mercantil de las veleidades estéticas burguesas y en lugar de servir de apoyo a la liberación de la humanidad, a la salud en un sentido social pleno, sirven por el contrario, para su esclavitud a necedades de tipo bizarro. Lo que para algunas personas puede ser solución, salida o paliativo, de enfermedades o accidentes que dañan el cuerpo o el rostro, parcialmente o en su totalidad1, es para otros una especie de regodeo de banalidades para sustituir el diván psicoanalítico con la mesa de operaciones. Hay mucho dinero en juego.

Salvo casos especiales la tendencia es fundamentalmente uniformadora. Uno mira, en mujeres y hombres, salidos de línea de producción de las cirugías, el mismo rictus, las mismas muecas, senos, brazos, nalgas… sin importar el quirófano de procedencia. Caras estiradas con pómulos hinchados, labios engordados, ojos orientalizados, traseros redondeados, bustos erguidos hasta el ridículo… y muchas marcas andróginas; a cual más, el modelo parece ser único y puede alcanzar niveles horrorosos. Para damas y caballeros lo «bello» es «estirarse» aunque deforme. A cambió de mucho dinero, claro.
Hay, no pocas, personas para quienes ser «lindo», (con lo que eso implica en épocas, contextos y clases sociales diversas), es un valor comercial supremo: «se venden mejor» piensan en el mercado de las apariencias. Hay, no pocas, personas que por alguna razón quieren, más o menos, grande o reducido, agudo o chato en alguna parte de sus cuerpos. Y la cirugía plástica les permite conjurar esa necesidad de «belleza» para sí o para algún otro usuario. Maridos, esposas, amigos… Los resultados pueden ser una trampa de la subjetividad autocomplaciente si no se cuenta con cierta capacidad crítica, amigos sinceros y médicos honestos. Esta estética de «Meter Pan» enemiga del paso del tiempo, es una industria fenomenal que mueve anualmente millones de dólares en todo el espectro productivo pertinente: desde las anestesias hasta los cementerios. Ha creado una obsesión por la Imagen física para hombres y mujeres, en edades diversas, con el fundamento, incluso sectario, de que cierta «belleza» en necesaria en la construcción y mantenimiento de las relaciones sociales donde es apreciada la «apariencia» individual, más que la inteligencia, la solidaridad o cualquier otro valor colectivo. Reino de una «belleza» que es instrumento de seducción, objetivación de los «sexual» y emblema de poder determinante de la imagen corporal, la autoestima, el aspecto exterior. Estética burguesa, pues.

La preocupación por hermosearse, incluso con el filo de la navaja, salió del closet estereotipado que atribuía a las mujeres una semi exclusividad en materia de iniciativas contra el envejecimiento o la «fealdad». Hoy los valores de la competencia involucran a todos y muchos aprendieron a depender, en buena medida, de lo bien que se ven a la hora de pedir trabajo y mantenerlo, a la hora de establecer una relación amorosa y sostenerla, a la hora de revalidar las autoestimas y mantenerlas con miedo a los «cambios» que natura impone. La industria de los ejercicios, los peinados, masajes, dietas, pomadas, pinturas y otros; no posee el poder del quirófano que en unos minutos promete regresar las manecillas de un reloj tozudo y «cruel» según algunos. Es la salvación mágica para quienes piensa que el paso de los años implica en más de una manera una derrota humillante. La industria actual en los quirófanos y sus sucedáneos, es cualitativa y cuantitativamente, economía de los mitos burgueses contemporáneos de «belleza» que ellos promueven en alianza con la ideología de un stablishment, que inocula sus valores ayudado con mass media, películas, publicidad y glamour farandulero…y de los cuales dependen, directa e indirectamente, sus ingresos.

Se explota el poder adquisitivo y los complejos, inhibiciones, dudas, frustraciones y «deficiencias» físicas de la población y se desarrolla la mercantilización de las culpas y las vergüenzas. Nada de esto es ajeno a la reestructuración global de los mercados estéticos, a las crisis laborales, al predominio excluyente de los rubios, los lindos y los adinerados. Nada es ajeno a ese tableteo incesante de los estereotipos estéticos que dan «bueno» lo que creen «bonito» para confundir y ocultar lo importante. La industria de la belleza en los quirófanos es una industria que sabe hacer análisis de mercado al lado de los análisis de sangre. Es una industria multimillonaria que crece con un ritmo «hermoso» ayudada por los medios mercantiles de publicidad masiva a nivel global. Ayudada también por la complicidad de las burocracias de la Salud, las no pocas mafias de médicos comerciantes, los vendedores de medicamentos, los administradores de hospitales con su «hotelería» costosísima, los proveedores de herramientas y materiales para el quirófano… la red completa de mercachifles pegada a las ubres de la «Imagen» personal. Ya hay adictos a la sala de operaciones. ¿Será su ídolo Michel Jackson?

Pero se trata de una «belleza» efímera y por eso, doblemente costosa. Sus premisas dependen de los criterios mercantiles de ciertos médicos mientras los pacientes no se dan cuenta que encargan el cordero a las hienas. ¿Habrá estadísticas sobre la mala praxis? Algunos pacientes, acaso asesorados por almas caritativas o por haber visto los esperpentos que suelen exhibirse en revistas del corazón o la farándula, logran amainar sus pretensiones e ilusiones de «hermosura». Cada día son más los cirujanos que, a punta de demandas, a fuerza de mirar los horrores (que ya ha costado el negociado) o por una conciencia incipiente, hermana de la vergüenza ajena, moderan las intervenciones y ejercen cierta «critica» entre «colegas». Para mejorar la calidad y para no espantar a la clientela. Una u otra o ambas. Salvemos las excepciones de ciertos médicos cuya tarea, en la cirugía plástica, nada tiene que ver con las vorágines del bisturí, salvemos las excepciones por rigor metodológico, y justicia, que aun escasas son honrosas.

No es imposible, desde luego, que como parte de los derechos a la salud, es decir a la atención médica no mercantil, la provisión de medicamentos suficientes y eficientes, la tecnología al alcance de todos… los trabajadores tuviésemos, incluso, derecho a ser ayudados por la ciencia para resolver algún problema «físico» al margen y en contra de los imperativos estéticos burgueses. Al margen y contra de toda forma de ridiculización y exclusión por causas de «apariencia». No es indeseable que otra belleza, con otras causas y fines, con base social y solidaria, alentara formas distintas del goce en todas sus dimensiones, incluidas claro, las del goce voluntario y conciente de los cuerpos. Su «belleza natural». No es impensable que un buen día de estos los cirujanos y su sapiencia colaboraran a la destrucción de ésta maquinaria de horror que es el capitalismo, con su ética y estética de la explotación, y ofrecieran sus artes a la transformación social que garantice la mejor calidad para la vida con salud plena y colectiva, con el sentido del placer espontáneo, fresco, enamorado y juguetón…desalienado. Hacen falta muchas cosas y muchos médicos para eso. En Cuba lo saben y lo comparten… en Venezuela también. Eso si es lindo ¿No?

 

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1 «Fue la Primera Guerra Mundial el momento en el cual se impulsa la Cirugía Plástica tal y como la conocemos hoy en día, pues el enorme número de soldados víctimas de la guerra con heridas por proyectiles que desfiguraron sus rostros y sus cuerpos forzo la formación de centros especializados en Reconstrucción de heridos tanto en Europa como en Estados Unidos, donde esta especialidad no estaba reconocida. En estos centros surgen Grandes Cirujanos Plásticos como Morestin, Sir H. Gillies, y V.H. Kazanjian creadores de el instrumental y técnicas de Reconstrucción que aún hoy día usamos y llevan sus nombres. Posteriormente durante la Segunda Guerra Mundial el campo de la Cirugía Plástica incrementa y deja de estar mas o menos confinada a la reconstrucción maxilofacial. El Dermatomo se inventa por Padget en 1939 en colaboración con Hood un ingeniero mecánico, aunque la idea de aparatos que tomaran injertos de piel de un espesor constante ya había sido desarrollada por Finochieto, un Cirujano Argentino quien invento un cuchillo calibrado en 1920. En los periodos de paz entre estas guerras y el posterior a la Segunda Guerra Mundial ha habido un gran desarrollo de la Cirugía Plástica Estética. La Cirugía plástica es considerada por el Dr. Joseph G. McCarthy ( Principal Autor de Plastic Surgery Libro de Texto de la Especialidad ) como Una disciplina quirúrgica resolvedora de problemas , la Cirugía Plástica extiende sus actividades quirúrgicas no solo a la piel y sus anexos, también a los tejidos adyacentes en áreas del cuerpo como la cara y la mano, el cuello y la pared abdominal, las extremidades y el aparato genitourinario, los senos y el cuero cabelludo, además se extiende en procedimientos que implican la cirugía vascular y microvascular, cirugía de nervios periféricos, transplante de músculos y tendones e incluso artroplastías y osteosíntesis traslapándose así con la Cirugía Ortopédica».

http://es.wikipedia.org/wiki/Cirug%C3%ADa_pl%C3%A1stica#Historia