Un conjunto de escritores italianos han tomado la iniciativa de reunir el mayor número de adhesiones para la reapertura del caso sobre el asesinato de Pier Paolo Pasolini
Ya han pasado 30 años desde su muerte, y todavía no sabemos quién ha matado a Pasolini y por qué. Este asesinato se añade a la larga lista de homicidios, atentados, desapariciones, falsos suicidios y falsos accidentes de la que está plagada la historia de Italia desde la posguerra hasta hoy y que, a decenios de distancia, no han sido todavía aclarados. Responsables y mandatarios sin condena, verdades ocultadas durante mucho tiempo, no sólo a la justicia sino también al pueblo de la nación y al mundo.
Nosotros no sabemos si lo que silenció a uno de los artistas más comprometidos y una de las voces más trágicas de Italia fue una decisión política. Lo que en cambio sí sabemos -como lo sabe cualquiera que haya prestado un poco de atención al suceso- es que la versión subterfugio de la pelea homosexual entre dos personas no se mantiene en pie. Sabemos que ha sido sólo una pantalla para desviar las investigaciones y encubrir otro tipo de acto delictivo. Aquella versión nunca ha sido creíble, ni siquiera lo fue para el Tribunal de Primer Grado, que de hecho condenó a Pino Pelosi, de 17 años, junto con anónimos. Pero hoy, después de que él ha declarado públicamente no haber sido el asesino de Pasolini y de haberse auto-acusado de homicidio porque estaba bajo amenaza en aquel momento, y también después de la difusión del testimonio del director de cine, Sergio Citti, resaltan todavía más, si cabe, las negligencias y los encubrimientos que acompañaron desde el comienzo aquel atroz homicidio.
A raíz de las declaraciones de Pelosi, la «Procura di Roma» ha vuelto a abrir e inmediatamente a volver a cerrar -por falta de elementos- el caso sobre el delito a Pasolini. ¡Esta nueva investigación ha sido archivada antes de empezar! Pero no se han levantado voces de indignación contra esta reiterada falta de voluntad de esclarecer aquel delito. Un extraño silencio ha rodeado la noticia, y esto justo mientras se celebraban los 30 años de la muerte de Pasolini y por doquier se festejaba la figura del poeta, del artista, del intelectual al que todavía hoy muchos extrañan.
Después de lo acaecido, no podemos quedarnos con la versión oficial, porque esto significaría convertirnos en cómplices de los asesinos de Pasolini. Por lo tanto pedimos que por fin se inicien las investigaciones necesarias que hasta la fecha no se han querido llevar a cabo y que se conozca de una vez por todas la verdad sobre aquel delito.
Existen cosas, como escribía el mismo Pasolini, de las que es imposible hablar sin sentir indignación, es decir, sin hacer entender la magnitud de lo que ha ocurrido. El más atroz asesinato de un poeta en nuestra época contemporánea, más obsceno que el asesinato de Lorca, una auténtica masacre de grupo, ha tenido lugar en Roma, en Italia, por manos italianas. Y, sin embargo, durante treinta años, han sido borradas las huellas, han sido ignorados los indicios, los testimonios y las documentadas contra-investigaciones de juristas e intelectuales italianos.
En esta situación, es deber perentorio de escritores, poetas, artistas, intelectuales, periodistas y todas las personas libres que aman la verdad y la justicia (como ha hecho ya el mismo Ayuntamiento de Roma que se ha constituido como parte ofendida) la reapertura del proceso y el esclarecimiento de la verdad.
Nos parece la mejor manera de recordar y honrar a Pasolini, a treinta años de su trágica muerte.
Mencionamos algunos adherentes italianos hasta ahora: Carla Benedetti, Giuseppe Bertolucci, Andrea Camilleri, Benedetta Centovalli, Ninetto Davoli, Gianni D’Elia, Alba Donati, Gian Carlo Ferretti, Marco Tullio Giordana, Giovanni Giovanetti, Dacia Maraini, Mario Martone, Angela Molteni, Antonio Moresco, Laura Pariani, Michele Placido, Luca Ronconi, Gabriele Salvatores, Enzo Siciliano, Tiziano Scarpa, etc.
Para adherirse enviar un e-mail a [email protected] indicando en su adhesión nombre y apellido y profesiones o actividades que desempeñan. Estas adhesiones serán luego enviadas a Italia para ser hechas públicas.