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Comienzan a manifestarse las fisuras del tigre neoliberal del Pacífico sur: Chile

Fuentes: Rebelión

Desde las dos perspectivas de más alcance para un observador que dispone del sentido común me asaltan dos preocupaciones al ir conociendo la velocidad con que se desencadenan los hechos que se generaron la semana pasada con los estudiantes secundarios a lo largo de todo el país. Las dos se enclavan en el modelo económico […]

Desde las dos perspectivas de más alcance para un observador que dispone del sentido común me asaltan dos preocupaciones al ir conociendo la velocidad con que se desencadenan los hechos que se generaron la semana pasada con los estudiantes secundarios a lo largo de todo el país. Las dos se enclavan en el modelo económico del libre mercado que es la orientación del modelo neoliberal, impuesto en el caso de Chile utilizando como instrumento una dictadura militar cruenta de 17 años de duración. Periodo que se cerró con una Constitución, la de 1980, preparada a la medida para imponer y sostener el modelo una vez que el régimen de facto ya no podía sostenerse solo con el argumento del terror de Estado activado desde la represión. La Constitución instauro un mecanismo que ajustado a la división política del país permitía que los dos partidos que habían apoyado al régimen militar, la ultraderechista Unión Democrática Independiente (UDI) con un supuesto ideario gremialista para esconder en su interior los típicos criterios elitistas, de exclusión y fascistoides que no cabían ni siquiera en un ideario de derechas pura y dura. Este conglomerado de empresarios de toda índole, donde cabía lo mas rancio de los sectores ultra conservadores, desde jefes militares, iglesias oficialistas, altas personalidades del poder judicial, formaban el grupo duro que defendió la eliminación física de los llamados marxistas, donde se incluía a cualquier persona contraria el régimen militar. El otro socio que conformaba esta Alianza era la derecha política de siempre agrupados en Renovación Nacional (RN) que eran como el socio bueno de esta dupla con los que por lo menos se podía dialogar aunque representaban el espectro de los dueños ancestrales del poder económico de Chile.

 

En este escenario patético, se quiso ir aún mas allá, y se le concedió al dictador unos años de gracia para que permaneciera como jefe de la fuerza armada en la primera fase de esta democracia protegida según ellos, no fuera a ser que los marxistas volvieran a las suyas y comenzaran de nuevo con los levantamientos sociales y propuestas políticas indecentes. Y para más INRI, se le obsequió con dos regalos, el primero Senador Vitalicio y el segundo ex-Presidente de la República, aunque el cargo fue obtenido por un putch militar y accedió a él, tras saltarse a la torera un supuesto acuerdo de rotar la presidencia durante la dictadura lo que le costo tener que expulsar de la junta militar al fascista jefe de la fuerza aérea Gustavo Leigh.

 

Sin embargo, en este planeta y su realidad, a veces los hechos son más porfiados que las voluntades y poco a poco fue regresando el agua a sus cauces. El dictador que se sentía intocable, después de dejar la jefatura de la fuerza armada, se dedico a los negocios, ¡al inocente comercio de armas¡ hasta que un juez español decidió echarle el brazo de la justicia por delante y paso lo de Londres. Los actores de la experiencia neoliberal se pusieron en marcha y tras de 500 días de arresto lo llevaron a Chile aduciendo que estaba enfermo, y es más, que estaba demente. Con este argumento se mantiene sin condena hasta el día de hoy doblándole la mano a la justicia, porque en el momento que se le juzgue a él, irán detrás los militares que estaban bajo su mando y los civiles que hasta el momento no se les ha tocado un pelo que son los verdaderos realizadores de esta dramática comedia trágica chilensis orquestada por el gran capital que gobierna en este planeta.

 

Mientras tanto los chilenos que salieron escaldados de la dictadura que no querían ver ni en pintura a la Alianza Democrática y han venido votando la alternativa de la Concertación de partidos de centro-izquierda social-demócrata. Esta opción requería de conversos al capitalismo en la opción neoliberal y allí se sumaron el PS y el PPD con políticos que aceptaban la propuesta de razones de estado, de lo posible para sacar al país adelante.

 

Lo que nunca nadie discutió porque Chile estaba siendo justamente el laboratorio de pruebas del libre mercado, fue el modelo, era lo que se imponía al final de los 70 años de socialismo real en el este de Europa y parecía que no habían más opciones. Y el modelo aceptaba como motor de las relaciones económicas al libre mercado que regulaba la oferta y la demanda y los movimientos de capital. A esta nueva propuesta del capitalismo se subyugaban los que salían de los países socialistas y la propaganda impulsada por el marketing se encargaba de demostrar las excelencias de este nuevo sistema. Lo que a nadie le dijeron estos Mesías es que en el conjunto de la sociedad se producían dos fenómenos paralelos, en primer lugar se elevaba al máximo nivel la figura del individuo con capacidad para ganar dinero y por esta vía acceder al ascenso social y por otro lado, los individuos a medida que se les vendía el sueño de ser ricos, se les iba privando de sus derechos lo que se lograba desmovilizando todo tipo de asociacionismo con otros de su mismo perfil. De esta manera las sociedades en su conjunto fueron desmovilizadas sin hacer mucho ruido, solo con una tremenda propaganda a través de los medios de comunicación, la televisión y el cine, que mostraban las excelencias de esta vida con coches fabulosos, casas de ensoñación, vestidos y modelos, que generaban esa euforia de consumismo. El regalo era un enorme mercado donde había de todo, hasta comida basura, y donde podías comprar con créditos y aquí aparece el tercer factor, el endeudamiento individual, las tarjetas de créditos y millones de individuos en el pluriempleo para poder pagar cada mes los créditos que les provocaban las 20 tarjetas que llevaban en su billetera. Además créditos a largo plazo, la sociedad entera se ve embobada en consumir.

 

En el otro brazo de esta maravilla de finales del siglo XX, se articulo la venta de los bienes de la sociedad y se agilizaron las privatizaciones. Primero industrias y servicios del área estatal se fueron transfiriendo al mismo pequeño grupo que puso en marcha el golpe de Estado, a precios muy razonables, ahí esta la CAP, el transporte, los puertos, LAN, en fin una larga lista de bienes que había costado siglo y medio en adquirirlos con el esfuerzo país, se remataron a precio de saldo, para que quería el Estado empresas que producían perdidas y que transferidas al sector privado producían pingües beneficios. A esto se sumaron el éxodo de las tres responsabilidades de un Estado para regular y contener las diferencias en el seno de unas sociedades como las nuestras que estaban en la etapa clásica de subdesarrollo, es decir, productores de materias primas sin valor agregado y la inexistencia de un aparato de producir conocimiento propio en áreas donde se puede competir a nivel planetario para impulsar, sostener y agilizar a los sectores que producen riqueza. Estas son la educación, la salud y un sistema de pensiones para la tercera edad. El broche de oro consistió en eliminar por coacción los mecanismos para que los empresarios y obreros pudieran interactuar, fue el exterminio de los sindicatos, como existen en cualquier país libre. El sindicalismo vino a ser una especie de maldición a la que el obrero le huía porque si se enteraba un patrón que estaba en un sindicato era mal visto frente a una enorme oferta de mano de trabajo barata en un sistema donde el obrero esta totalmente desprotegido.

 

Es probable que me deje miles de descripciones que permitan argumentar mejor el escenario que actualmente tenemos pero tendría que escribir un ensayo y no es el propósito para este momento en que se evidencia en la calle la saturación de recibir más de lo mismo y comienzan a vislumbrar las primeras grietas del sistema con posibilidad de derrumbarse.

 

Chile, no aguanta más, y esta es la crónica de una fractura social anunciada que más tarde o más temprano se tiene que producir, Chile, comienza a tener los primeros síntomas de empacho de neoliberalismo que emergen con esta huelga de estudiantes secundarios, mejor conocidos en la jerga social como «pingüinos». La Violeta hace muchos años cantaba: «me gustan los estudiantes porque son la levaura del pan que saldrá del horno con toda su sabrosura…» ya es muy tarde en mi labo cuando escribo esto y el canto sabio de la Violeta me acompaña.

 

Y vuelvo al principio, hay dos preocupaciones para mí en esta distancia que me lleva y me devuelve de Chile con mi mente durante todos estos días. La masa social, voto para echar al dictador, bajo el grito de la alegría ya viene, es cierto ya era alegría que se fueran los criminales del poder, pero el sabio pensamiento del pueblo iba mas allá, el pueblo quería cambios. Y paso un, dos y tres presidentes de la Concertación y el cambio no vino, el modelo siguió intacto, aplicándose sin mirar a ningún lado y así se fue devorando los bienes sociales que aún quedaban, se devoro la educación, la salud y las pensiones. Y el pueblo que siempre prefiere la razón a la sinrazón volvió a votar y eligió a la Presidenta Bachelet, tenia más currículo para creer una vez mas, mantuvo esa esperanza que tardaba tanto en llegar, era mujer, había sido torturada como miles de chilenos y era hija de un hombre cabal que se puso al lado de los humildes y pago con su vida como el presidente Allende que era su Comandante en Jefe. El pueblo votó creyendo que esta vez si que vería los cambios, sus chiquillos podrían estudiar lo que ya es un merito y a lo mejor iba a ser mas barato. Y cuando vuelven a la realidad constatan que hay mas de lo mismo y para que no quede duda se suben los costes y el sueldo del pobre obrero sigue siendo de 120 mil pesos, «si querís, como le dice el empresario, sino te vai no mas, hay mucha gente que quiere trabajar». Y esta levaura, este fermento de la sociedad que es la juventud ha dado la primera campanada, algo viene, algo esta fermentando en el seno de la sociedad a la que ya no le vale eso de que los «pendejos hay que hacerlos volver a clase», ni el «nosotros lo estudiaremos cabritos».

 

Como en todo, no existen soluciones mágicas en política, y de aquí surge mi segunda gran preocupación, como abandonar el modelo sin que los empresarios que han acudido del exterior a invertir a Chile, se vayan dentro de poco haciendo uso de la deslocalización, cuando el Estado de Chile suba la carga impositiva para aprovisionarse de fondos para un Fisco gibarizado y tengan que pagar impuestos como en los países desarrollados. Si justamente fueron allí, porque se les ofreció un país que pagas muy poco en impuestos, la mano de obra es barata, el despido fácil y hay paz social para producir en estas condiciones.

 

No hay que olvidarse que la Educación es una de las obligaciones del Estado y los jóvenes ya han dicho, así no, no aguantamos más educación de mala calidad y cara, no queremos, y luego vendrá el resto. Me asombra también que algunos de los líderes de este movimiento estudiantil sean los nietos de los que dieron el golpe de Estado, resulta por lo menos curioso que ninguno de ellos reproche a sus abuelos que son los autores de un desastre que va dejando secuelas después de 30 años, es evidente que han heredado la caradura de sus antepasados, que triste. Solo dos opciones porque estamos contra la pared o generar mecanismos para repartir de manera mas ecuánime la riqueza o entrar en un túnel de desestabilización que nos puede llevar por oscuros derroteros. Mas terror del Estado es imposible, entonces creo que la única solución es que el gobierno se ponga las pilas y cree un puente sólido para buscar el modo y manera de equilibrar la sociedad, el no hacerlo es el suicidio para una sociedad como la nuestra que viene fracturada hace más de 30 años.

 

Chile, no aguanta más neoliberalismo…