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«El presidente de la Fundación Neruda les robó su libertad a lonkos de Traiguén»

Fuentes: www.azkintuwe.org

Ramiro Insunza es arquitecto. Hijo de Sergio Insunza, Ministro de Justicia de la Unidad Popular y de Aída Figueroa, también es sobrino del abogado y presidente de la Fundación Neruda, Juan Agustín Figueroa. Conoce de cerca las actuaciones de su familiar y no duda en denunciar públicamente al polémico penalista e inquisidor de mapuches. «Les […]



Ramiro Insunza es arquitecto. Hijo de Sergio Insunza, Ministro de Justicia de la Unidad Popular y de Aída Figueroa, también es sobrino del abogado y presidente de la Fundación Neruda, Juan Agustín Figueroa. Conoce de cerca las actuaciones de su familiar y no duda en denunciar públicamente al polémico penalista e inquisidor de mapuches. «Les robó su libertad a los lonkos de Traiguén», señala sin tapujos el ex administrador de la Hacienda Nancahue.


 
 
 
 

 – Juicio Oral contra Lonkos de Traiguen. Foto de Archivo..
 

(+) Los negocios de Agustín Figueroa I Figueroa en picada contra Navarro I El Patrón intocable del sur


Ramiro Insunza Figueroa es hijo de Sergio Insunza, Ministro de Justicia de la Unidad Popular y de Aída Figueroa. Sobrino de Juan Agustín.

Durante largos años, Insunza fue administrador de la Hacienda Nancahue, en la zona de Traiguén. Luego fue despedido.

«Juan Agustín Figueroa es un ladrón, le robó la oficina a mi padre, cuando estaba exiliado, todo el prestigio que tenía el bufete de abogados del Ministro de Justicia del Presidente Salvador Allende, fue vendido durante la dictadura de Pinochet por Figueroa», dice vía telefónica el arquitecto Ramiro Insunza Figueroa, hijo de Sergio Insunza, Ministro de Justicia de la Unidad Popular y de Aída Figueroa, una muy buena amiga del poeta Pablo Neruda. Insunza, ex administrador del Fundo Nancahue, conoce de cerca las actuaciones de su tío Juan Agustín. Y no duda en denunciarlo públicamente.
 
«Juan Agustín Figueroa le robó incluso a mi madre (su hermana) 300 millones de pesos por concepto de tres años de cosecha en el fundo que comparten en el sur de Chile. A Figueroa hubo que llevarlo a los tribunales para que abriera los libros de contaduría (y) se negó todo el tiempo a que se revisaran las cuentas del fundo, al final con la amenaza de trasladar el caso a la Suprema Corte, accedió a regañadientes y quedó demostrado el robo, pero mi madre desistió de la demanda, ella está sometida a la voluntad de su hermano. A mí me corrieron del fundo en el que trabajé por 25 años», señala.
 
Continúa Insunza relatando su experiencia: «Durante ese tiempo, yo le daba trabajo a 80 jefes de familia mapuches en el fundo, de septiembre al mes de abril, lo que mantenía una paz entre las comunidades mapuches y el fundo de la familia Figueroa. Cuando me despiden entra a administrar el fundo el hijo de Juan Agustín Figueroa y rompe el contrato entre los 80 jefes de familia mapuches; las comunidades comienzan a manifestarse por el incumplimiento del contrato y ocurre el peor de los escenarios, Figueroa aplica la ley antiterrorista contra dos dirigentes mapuches, les robó su libertad a los lonkos de Traiguen».
 
Hubo un momento en que se le quebró la voz al arquitecto Ramiro Insunza: «Una tarde se discutió en familia, el asunto del robo del que fue víctima mi madre (por 300 millones). Mi tía Marcela Elgueta la defendió ante su esposo, pero fue tan acalorada la pelea familiar, que sufrió un ataque de asma, su esposo (Juan Agustín Figueroa) en vez de llevarla a una clínica a un lado de su casa, emprendió hacia otro hospital más lejano. Marcela Elgueta entró en un estado de coma irreversible, vos sabés que los más especializado hospitales en este caso, son dos o tres clínicas, en que mantienen la apariencia de la vida, haciendo respirar artificialmente por años a espectros que les dan jugosísimos dividendos, en cambio Figueroa internó a su esposa en una piezucha, con las comodidades médicas necesarias, en un ambiente propio de Frankenstein. Luces de esas azuladas, oscuras para no dañar su piel ya de mariposa. Así funciona la economía del mundo para Figueroa. Se economiza en la dignidad de una persona».
 
Hagamos un poco de memoria: Al morir Neruda se integró una fundación heredera de todos sus derechos de autor y propiedades y resulta que la persona que dirige la Fundación Neruda, un abogado neoliberal llamado Juan Agustín Figueroa, está aplicando la Ley Antiterrorista contra dos lonkos: Aniceto Norin Catriman (de la comunidad mapuche Didaico, de Traiguén) y Pascual Pichún Paillalao (de la comunidad Temulemu, de Traiguén). Ambas comunidades son ‘vecinas’ de la hacienda Nancahue, que es el nombre de la propiedad del abogado Figueroa, él acusa a Norin Catriman y a Pichún Paillalao de ‘amenaza terrorista’ (por manifestarse y supuestamente amenazar con quemar una casa patronal del Fundo).
 
Tras dos juicios -un primer proceso los había declarado inocentes, el segundo ‘arregló el error’ según Figueroa- fueron condenados a cinco años de cárcel. En estricto rigor, los dirigentes mapuches entregaron a Juan Agustín Figueroa una carta en el 2003 solicitando que les diera trabajo en su hacienda a personas de la comunidad como forma de mejorar las relaciones entre ambas partes. Esta carta fue presentada por Figueroa ante el Ministerio Público como ‘prueba de la amenaza’, y acogida por el tribunal en un proceso cargado de racismo, tráfico de influencias e injusticia (los dos lonkos están encarcelados desde el mismo año, hoy con el beneficio de salida dominical).
 
Existe otro caso que por estos días resuena públicamente. En 2002, dos jóvenes mapuches de la comunidad aledaña a la hacienda -que era también un lugar muy visitado por Neruda puesto que el poeta era muy amigo de Aída Figueroa, la hermana comunista de Juan Agustín y madre de Ramiro Insunza-, Rafael y Pascual Pichún fueron acusados de quemar un camión que transportaba materiales madereros de Figueroa. Estos jóvenes son hijos de Pichún Paillalao. En un juicio también plagado de irregularidades (y que hoy revisa la Comisión Interamericana de Derechos Humanos) fueron condenados a cinco años de prisión acusados de ‘incendio’, además de obligados a pagar una millonaria indemnización.
 
El caso es que ambos jóvenes tras estar un año en prisión, escaparon de la justicia y pasaron a la clandestinidad. Rafael fue detenido en julio de 2004 y hoy está encarcelado en Traiguén, junto a su padre. Pascual apareció de manera sorpresiva en Buenos Aires en diciembre de 2005, solicitando asilo político al Estado argentino, lo que fue acogido a trámite por el Cepare, organismo encargado de estudiar su caso. «Es decir, este pibe mapuche de 23 años hoy está en Argentina protegido por las leyes de refugio y esperando la resolución final del organismo que ve su caso» (Carta abierta al Subcomandante Marcos, de mi autoría para El Clarín de Chile y La Jornada Morelos -8/abril/2006-)
 
Estoy seguro que si los poetas Juan Gelman y José Emilio Pacheco hubieran sabido de todo esto y de la inversión de la Fundación junto a Ricardo Claro, nunca habrían aceptado el Premio Literario Neruda de manos de un fascista como Juan Agustín Figueroa. También estoy convencido que Joaquín Sabina, Joan Manuel Serrat, Víctor Manuel, Ana Belén, Miguel Bosé y Pablo Milanés jamás le hubieran pagado a Figueroa por interpretar poemas de Neruda si supieran que esa plata financiaría al asesor del canciller de Pinochet. Hago pública la invitación a Bono (del grupo U2), Mario Benedetti, Antonio Skármeta, Julie Christie, Carlos Fuentes, Hernán Loyola, Volodia Teitelboim, que renuncien a la medalla Pablo Neruda hasta que el gobierno de Chile no intervenga expropiando a la Fundación de su actual administración.
 
El actual directorio de la Fundación Neruda lo integran: Aída Figueroa Yávar, hermana del director general; Jorge del Río, miembro del estudio de abogados de Figueroa; Raúl Bulnes, íntimo amigo de Figueroa, y le preparan el camino a Ignacio Figueroa como futuro presidente vitalicio, ya que su padre Juan Agustín Figueroa le heredará la Fundación Neruda… todo queda en familia.