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Cronopiando

Educación

Fuentes: Rebelión

Hurgarse las narices en presencia de propios y de extraños es, probablemente, un acto lamentable que denota, amén de otros conceptos, muy poca educación. Lo que propios y extraños no valoran es que algunos nos hurguemos la narices cuando podemos hurgarnos la memoria.

Hurgarse las narices en presencia de propios y de extraños

es, probablemente, un acto lamentable que denota, amén de otros conceptos, muy poca educación.

Lo que propios y extraños no valoran es que algunos nos hurguemos la narices cuando podemos hurgarnos la memoria.