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60 años y día a día

Entre Betancourt y Tibet, buscando a Palestina

Fuentes: Rebelión

Traducido del francés para Rebelión por S. Seguí

Para nosotros, militantes solidarios con Palestina desde hace decenios, los Festivales Betancourt-Tíbet son como una bofetada tras otra: sentimos una indignación infinita.

Una sola mujer, presentada como una nueva crucificada por los sicarios de las FARC (sic), ha conseguido movilizar decenas de miles de manifestantes. Una mujer valerosa, de ello no cabe duda; ni comunista, ni de extrema derecha, Ingrid Betancourt se ha comprometido contra la corrupción y la violencia, y en favor de los derechos humanos en un país como Colombia, infestado de paramilitares, con un gobierno (enfeudado al Tío Sam) que protege a los narco-paramilitares que asesinan cada día a sindicalistas y militantes sociales. Sin duda se trata de un compromiso irreprochable que corresponde adecuadamente a un determinado estado de opinión, harto de compromisos subversivos. Icono valiente que ha hecho salir a las calles a miles de personas, muchas más que lo hicieron en favor de Patricia Troncoso durante su huelga de hambre de 100 días por el derecho a la tierra del pueblo mapuche, en Chile.

Pero se olvidan de indicar que el régimen de Uribe no cuenta con los favores de los demócratas estadounidenses, los cuales, sin denunciar la ocupación de Iraq, rechazan la firma de un tratado de libre comercio con Colombia a raíz del genocidio de campesinos, sindicalistas y otros opositores populares.

Y China, detestable y criminal para con su propia población huno, es un blanco fácil. La CIA y otros agentes (Reporteros sin Fronteras, pongamos) se hallan allí, visibles o invisibles, y todos los intelectuales orgánicos están en pie de guerra.

Pero los palestinos y Palestina, que desde hace ya 60 años no dejan de curar y rumiar sus heridas, víctimas cotidianas de crímenes cotidianos perpetrados por un ocupante racista y represivo… Iraq, que cada día pierde un poco más de su población, su arquitectura, sus riquezas y sus instituciones… este baño de sangre es percibido por una opinión formateada por CNN, TF1 y Le Monde como algo sucio, pero «legítimo». Siempre culpando a los verdaderos malvados: los islamistas, los comunistas, los antiimperialistas… todos revueltos.

Los derechos humanos made in USA, establecidos para mejor controlar el mundo, están en punto muerto en materia de racismo jurídico específico de su propia «casa» (procedimientos judiciales y prisiones) y geográfico (recordemos Nueva Orleans), hacia su población afroamericana y otros daños colaterales: represión de los inmigrantes en su frontera meridional, control de los alimentos y su calidad pervertido por las multinacionales de las semillas; enfermos sacrificados por los laboratorios que fabrican medicamentos de punta para los más ricos.

Para nosotros toda la tierra, dice el yanqui formateado;

Para nosotros la tierra de Palestina, dice el judío israelí formateado;

Para nosotros el Tíbet, dice el chino;

Para nosotros Colombia, dicen los uribistas.

Han colgado grandes banderolas del Golden Gate, en San Francisco, en homenaje al Tíbet; en París los retratos de Ingrid están en todas partes. Ustedes, palestinos, iraquíes, afganos, sindicalistas y campesinos colombianos, egipcios, Patricia Troncoso, enfermos sin poder de compra… ustedes deberán esperar su turno, de momento no tenemos tiempo para dedicarles: hay que darse prisa para llegar a la mani por Ingrid, para apagar la antorcha olímpica… jugar al escondite con los polis por… Tíbet y el Dalai Lama.

Pero no yo.

Yo fui y sigo siendo una disidente, una resistente a la opresión que nos acecha, por la emancipación, por una Palestina por fin liberada del colonialismo, por fin dessionizada.

Liliana Cordova Kaczerginsky, IJSN: International Jewish Solidarity Network

UNIPOMA; Universidad Popular Mariategui, Francia

S. Seguí pertenece a los colectivos de Rebelión y Cubadebate. Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, el traductor y la fuente.