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La última cuenta presidencial de Michelle Bachelet

Fuentes: Rebelión

1. Mientras en las calles aledañas al Congreso Nacional en Valparaíso, profesores, deudores habitacionales, cesantes, estudiantes y distintos sectores de trabajadores son duramente reprimidos por la policía blindada por manifestar sus demandas; al interior del edificio de pretensiones romanas edificado por Pinochet, la Presidenta Michelle Bachelet ofrece su última cuenta presidencial, autocomplaciente y cosmeticada con […]

1. Mientras en las calles aledañas al Congreso Nacional en Valparaíso, profesores, deudores habitacionales, cesantes, estudiantes y distintos sectores de trabajadores son duramente reprimidos por la policía blindada por manifestar sus demandas; al interior del edificio de pretensiones romanas edificado por Pinochet, la Presidenta Michelle Bachelet ofrece su última cuenta presidencial, autocomplaciente y cosmeticada con sentencias vagamente progresistas (y absolutamente contradictorias con las medidas anunciadas) sobre el «Estado social y democrático» del cual estarían gozando los chilenos y que «el costo de la crisis no la pueden pagar los trabajadores». Curiosamente, ambas consignas son las que cuelgan en la sede capitalina de la Central Unitaria de Trabajadores que dirige el vicepresidente del Partido Socialista de la Concertación , Arturo Martínez. En tanto, en Santiago los deudores habitacionales son castigados con gases y agua combinada con químicos mientras marchan bajo el nivel de la calle, por las orillas sucias del río Mapocho.

2. En Concreto, la Mandataria en el informe tradicional del 21 de mayo, afirmó que su gobierno está concentrado en tres líneas de acción: superar la crisis; que las personas no paguen la crisis; y que el país salga fortalecido de la crisis. Para cumplir esas metas, Bachelet anunció una batería de subsidios para los dueños de la industria forestal, el BancoEstado, para que concesionarios privados realicen obras públicas, y subsidios habitacionales que reduzcan la sobreproducción de viviendas que tiene jaqueada a las grandes constructoras inmobiliarias. De esta manera, el Ejecutivo persigue paliar simbólicamente el desempleo (que ya alcanza el millón de cesantes) y satisfacer las reivindicaciones patronales, ya complacidas a través de último Acuerdo Laboral, disfrazado de pacto social y unidad nacional. Además, Bachelet -destruyendo en los hechos su retórica contra el populismo- notificó sobre un bono «helicóptero» para agosto de 70 dólares, por una vez y por carga familiar para los «los sectores más vulnerables». Asimismo, prometió que los estudiantes cuyos padres estén cesantes, para costear sus aranceles del segundo semestre de 2009 podrán endeudarse con créditos provenientes de la Corporación de Fomento de la Producción (CORFO). Hace una semana, el 14 de mayo, los gremios patronales que controlan el comercio en Chile ya habían dictado con sus solicitudes gran parte del discurso de la Presidente , exigiendo flexibilidad laboral (más todavía), nuevos bonos para los pobres, ventajas tributarias y obras de infraestructura para reactivar el consumo y dinamizar ese sector ferozmente deprimido por la crisis capitalista en curso. En síntesis, y más allá del uso y abuso de una pobre poética dirigida a la izquierda ingenua y combinada con emocionales lugares comunes alusivos a la violencia contra la mujer y la desigualdad de género existentes en Chile, la Jefa de Gobierno fortaleció con sus noticias el Estado subsidiario y antisocial, manteniendo intacto el actual orden de cosas.

3. El ex presidente del Banco Central, cuya dirección terminó a fines de 2007, Vittorio Corbo, indicó que respecto de la crisis «No hay ninguna evidencia de que haya tocado fondo». Asimismo, analizó que «Con la quiebra de Lehman Brothers se desató un congelamiento del sistema financiero y comenzó un derrumbe sistémico», y enfatizó que «La proyección de crecimiento para este año que tiene el Banco Central muestra un rango de entre – 0,75% y 0,25%. El Consensus Forescast de abril proyecta – 0,5, y el Economist Intelligence Unit (EIU) de mayo muestra una caída de 0,8%. Y los analistas tienen una expectativa de caída de 0,7%. Yo creo que lo más probable es que el crecimiento vaya entre 0 y -1,5%.» Pero Corbo no terminó allí sus vaticinios: «…no veo la economía mundial volando. Por ejemplo, el peak del desempleo será a mediados del próximo año (2010). Tampoco veo el consumo ni la inversión saltando rápido (…) puede que el próximo año se requiera tener de nuevo programas de estímulo fiscal. Guardemos municiones para ese momento. Pero no gastemos más plata, si ya vamos a terminar este año con un déficit fiscal por sobre el 3,5% del PIB». Por otra parte, las exportaciones chilenas en el primer trimestre de 2009 cayeron un 21% en relación al mismo período de 2008. Estados Unidos y Perú lideran la compra de productos manufacturados del país. En este marco, la OCDE (el «Club de países desarrollados») advirtió que el Comercio mundial podría retroceder hasta un 13%. Contradictoriamente, de acuerdo a EIU, Chile estaría en el lugar 15 de países con «mejor ambiente empresarial», entre 82 naciones evaluadas. Naturalmente los criterios de EIU para la evaluación están sujetos a los ajustes estructurales, reducción de las regulaciones estatales, leyes laborales que benefician ampliamente al capital contra el trabajo asalariado y gobiernos obedientes a las políticas económicas, sociales, políticas y militares que emanan de la hegemonía del capitalismo corporativo en su período imperialista, financiero y otoñal. Pero mientras el bloque en el poder en Chile, campea en los ranking de la ganancia fácil y con menores riesgos, las exportaciones de cobre cayeron un 52% en abril de 2009 respecto del mismo mes del año pasado, esto es, el cuarto mes de este año se exportaron 1.753,7 millones de dólares. Las causas se encuentran en la menor demanda cuprífera y su consecuente baja vertical de precio. El metal rojo corresponde a la principal materia prima de exportación de Chile, al más importante soporte productivo del ahorro fiscal y dínamo de la economía nacional.

4. Cuando se multiplica la reorganización por abajo de las expresiones de la izquierda anticapitalista en Chile a través del Movimiento de los Pueblos y los Trabajadores (MPT), su unidad política, sus posibilidades de ser mañana alternativa genuina para participar-conduciendo el movimiento real del pueblo trabajador castigado cotidianamente por los efectos de la crisis capitalista mundial a escala criolla; por arriba la Concertación se hace trizas por un costado, y procura actualizarse ilusoriamente, por otro. Con la colaboración desembozada de la colusión mediática del poder -tutelada por el diario El Mercurio-, el candidato presidencial y diputado Marco Enríquez Ominami trata aceleradamente de ordenar alrededor suyo los desprendimientos de la componenda en el Ejecutivo, a 7 meses de las elecciones presidenciales y parlamentarias. De este modo, desde el derechista Partido Regionalista Independiente del ex DC Adolfo Zaldívar; el ex miembro del Partido Socialista y senador Alejandro Navarro; el Partido Ecologista; ex militantes de Chile Primero (micro tienda liderada por Fernando Flores que ya es parte de la candidatura del ultraderechista Sebastián Piñera); y recientemente, el Partido Humanista (distanciado del Juntos Podemos, que agrupa a la izquierda tradicional, por quedarse fuera del acuerdo parlamentario entre la Concertación y la organización capitaneada por la dirección del Partido Comunista), están conjuntándose con la esperanza, en boca del diputado Esteban Valenzuela de que «Este puede ser el nacimiento de un nuevo arco iris, que reúna a todas las fuerzas que no son de la Concertación y de la Alianza.» Lo cierto, es que el nuevo panorama político -regido estratégicamente por el mismo modelo de explotación capitalista, apenas matizado retóricamente- daña de inmediato a la candidatura del oficialista y DC, Eduardo Frei Ruiz Tagle, descalcifica la capacidad de negociación y potencias políticas y electorales del Juntos Podemos, y mantiene intacta la candidatura de Sebastián Piñera. Ello explica, en gran medida, la profusa publicidad en los medios de comunicación de masas controlados por la minoría que manda y que es dueña de alrededor de un 90% de los canales televisivos, radios y medios de papel en el país. Esta suerte de «Concertación chica» o despechada, tiene sus fundamentos no tanto en aspectos programáticos (de hecho, Marco Enríquez llegó a postular la privatización de un 5% más de lo que queda de propiedad estatal del cobre, yendo más a la derecha en este aspecto sustantivo que el propio Piñera), sino más bien con el deseo de desplazar a los grupos de poder que no se han movido de manera significativa desde hace 20 años de los mejores lugares en el Ejecutivo y el Legislativo, provocando así, ante la opinión pública un «cambio de rostros», y hacia adentro del nuevo pacto, construir una componenda de fuerzas que, manteniendo los ejes estructurales del actual modelo de dominación, despeñe «los viejos estilos» y a sus viejos personajes. Es decir, tras y alrededor de Marco Enríquez, por ahora mediante una lista parlamentaria única y distinta de la Alianza por Chile y la Concertación «tradicional», se compondría un arco político de recambio generacional, y la renovación de una fracción de la fachada del bloque en el poder. Todo esto, apoyado electoralmente a través de la capitalización del descontento ambiental que reina en Chile ante la mala vida. En fin, en torno a palacio se observa el más puro gatopardismo a la chilena, aparentemente audaz y, por el momento, que beneficia en las encuestas a la ultraderecha.