Los dos años en los que Javier estuvo cooperando con colectivos quichés en Guatemala fueron de muchas preocupaciones, por eso le llamaban «machiru», «el hombre con bigote enfadado». Su desasosiego moldeó su rostro. El huracán Mitch había pasado para rematar el serial de injusticias que desvalijó el presente de este pueblo. Javier no quería fallarles. […]
Los dos años en los que Javier estuvo cooperando con colectivos quichés en Guatemala fueron de muchas preocupaciones, por eso le llamaban «machiru», «el hombre con bigote enfadado». Su desasosiego moldeó su rostro.
El huracán Mitch había pasado para rematar el serial de injusticias que desvalijó el presente de este pueblo. Javier no quería fallarles.
Atanasio, líder de la comunidad, le dijo con cariño -Nos tiene intranquilos…
-Pues sí -interrumpió Javier- me desvelo pensado en cómo irá la próxima cosecha, si funcionará el proyecto que hemos puesto en marcha, si llegarán los nuevos fondos que he solicitado, si…
-Pues no, de veras, Javier -dijo Atanasio rodeado de sus vecinos y familiares, de esa colectividad que fortalece, que conecta seres con seres y da sentido a la lucha- lo que a nosotros nos angustia es que Usted,… Usted está sólo.