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Elecciones presidenciales

¿Cambio generacional, de género o de clase?

Fuentes: Correo semanal

  Las campañas por las elecciones presidenciales en Chile, están mostrando la fatiga de un sistema capitalista que no da para más, el supuesto «exitoso modelo neoliberal chileno» esta haciendo agua por los cuatro costados, esto se esta viendo reflejado en la incapacidad de las campañas presidenciales de encantar a los electores con sus propuestas […]

  Las campañas por las elecciones presidenciales en Chile, están mostrando la fatiga de un sistema capitalista que no da para más, el supuesto «exitoso modelo neoliberal chileno» esta haciendo agua por los cuatro costados, esto se esta viendo reflejado en la incapacidad de las campañas presidenciales de encantar a los electores con sus propuestas que es más de lo mismo, ya no sólo de los jóvenes.

La Concertación como tal esta acabada, aunque vuelva a ganar otra elección, cada vez menos gente cree en este conglomerado y el odio que esta despertando en fuertes sectores de la población, ya sólo es comparable con el que gente tiene contra la derecha pinochetista. La gente ya no quiere a la Concertación, pero todavía el odio contra la derecha pinochetista es mas fuerte, este a sido el salvavidas de la Concertación en las últimas dos elecciones, porque todavía podían seguir jugando con la teoría del mal menor.

¿Necesitamos un cambio generacional?

Los analistas de la burguesía frente a esta situación ya están viendo como lanzar una alternativa dentro del sistema y han empezado a hablar de una «rebelión generacional», que en Chile estaría representado por la candidatura de Marco Enríquez Ominami. Claramente los teóricos de la burguesía quieren distraer la atención de los trabajadores y pobres de nuestro país y llevarnos a una especie de lucha generacional y no al tema de fondo, que son los problemas de clase.

El problema de fondo es que en Chile en los últimos 36 años hemos sido gobernados por una dictadura cívico-militar de derecha y cuatro gobiernos de la Concertación que han cogobernado con los mismos elementos civiles de la dictadura y han mantenido el sistema económico neoliberal instaurado por Pinochet y sus secuaces.

La dictadura y la Concertación durante todos estos años han defendido los intereses de los empresarios y los ricos, no los de los trabajadores y pobres de este país.

El problema no es si es viejo o joven, sino que sistema económico defiende y a que clase representa ¿a la de los empresarios o los trabajadores? ¿A los explotadores o los explotados? Y Marco Enríquez Ominami, a pesar de ser joven, defiende los intereses de los empresarios y al capitalismo, sus propuestas apuntan a la privatización de sectores claves de la economía de nuestro país, a pesar de que esta mas que probado que estas políticas son las que han conducido a la mayor parte de los países del mundo a una total bancarrota.

Michelle Bachelet y el tema de género.

El tema generacional, es similar a lo que se planteo con la elección de Michelle Bachelet, cuando se dijo que todos los problemas que teníamos en el país se debían a que siempre este había sido gobernado por hombres, que no tenían la misma sensibilidad de las mujeres. Ahora ya hemos pasado por la experiencia de una presidenta mujer, seria bueno preguntarle a las mujeres jefas de hogar que son deudoras habitacionales, cuanto cambio esa «sensibilidad» cuando son golpeadas por carabineros de fuerzas especiales o sus casas son rematadas por los mismos bancos a los que el gobierno les esta pasando plata a manos llenas. Lo mismo ocurre con los trabajadores que son duramente reprimidos o asesinados por carabineros de fuerzas especiales, alguien recuerda ¿Cuantos mapuche han sido asesinados bajo el gobierno de Bachelet? Claro que han sido asesinatos con sensibilidad femenina, eso aparentemente los hace menos criminales que los cometidos bajo la dictadura o en los anteriores gobiernos de la Concertación.

El problema no es, si es hombre o mujer, si es viejo o joven, si es negro o blanco, mapuche o huinca, sino cual es la clase que representa o cual es el sistema político y económico que defiende , no es lo mismo una mujer empresaria, que es absolutamente déspota con sus trabajadores o la mujer «liberada» de las labores domesticas, pero a costa de la explotación de otra mujer y por un salario miserable.

Necesitamos un cambio de clase, no sólo generacional o de género.

Los trabajadores necesitamos cambios de fondo, no de forma, ni de rostros, necesitamos un gobierno encabezado por trabajadores, mujer u hombre, pero que sean parte de nuestra clase y probados luchadores sociales que defienden nuestros intereses. Necesitamos jubilar de forma definitiva a todos los políticos que defienden el actual sistema de injusticias.

Debemos terminar con el capitalismo, es necesario terminar con este sistema que sólo sirve a los empresarios y los ricos y construir una sociedad de los trabajadores y pobres de nuestro país, en otras palabras, necesitamos construir una sociedad socialista.