¿Qué genera una «Cantora» en el pueblo? Sin entrar en fundamentos ideológicos, detrás de la voz que se apaga hay un mensaje que es percibido por el común de la gente y que nos iguala a todos los seres humanos: la finitud del cuerpo. Sin embargo perdura en el tiempo la imagen que algunas personas […]
¿Qué genera una «Cantora» en el pueblo? Sin entrar en fundamentos ideológicos, detrás de la voz que se apaga hay un mensaje que es percibido por el común de la gente y que nos iguala a todos los seres humanos: la finitud del cuerpo. Sin embargo perdura en el tiempo la imagen que algunas personas han conseguido construir de sí mismas de cara a la sociedad en la que viven. Sin juzgar sus posicionamientos, ni reflexionar sobre las contradicciones de su propia personalidad, (contradicciones que todos los seres humanos tenemos, por el hecho de ser seres humanos) Mercedes ha sido portadora de un mensaje esencial. Si uno no conociera su vida de cerca podría pensar en la «Negra» como en un ídolo de barro, aquellos ídolos que construimos las sociedades carentes de referentes. Sin embargo esta Cantora que apaga su voz lentamente ha sabido interpretar sobre un escenario, quizás mejor que nadie, el valor de la música más allá de los géneros. Y su voz, gruesa, imponente, deslumbrante, apabulla.
Mercedes se va lentamente como agonizando una sonrisa que ya no encuentra lugar en el mundo. Su voz, aquella que desde los más variados escenarios de todo el mundo, supo regalar sonoridad, belleza y alma, se va desvaneciendo del cuerpo, un cuerpo que ahora dice basta. Sin embargo, los milagros de las nuevas tecnologías nos permitirán tener esa voz siempre en tiempo presente. Porque Mercedes dejó huella en el mundo. Literalmente: dejó una huella en el mundo. Y son pocos los seres capaces de dejar huellas en el mundo. Cantora sintetiza entonces esa huella a través de la música popular. Es que en los últimos años «la Negra» no ha discriminado género musical y ha logrado atravesar la puerta del purismo que suele envolver a algunos folkloristas «tradicionales». Mercedes fue entonces capaz de pensar la música desde lo universal. Vale tanto un Tango, como una letra de Rock. Por eso pudo conjugar entre el «Polaco» Goyeneche y Charly García, un estilo propio. No el de los márgenes, sino el de los adentros, los de la tierra misma. Mercedes fue entonces «todas las voces todas» y supo interpretar de cada género su espíritu y alma. Se abrió al Rock Nacional, se abrió al tango, se abrió a la canción, así, sin más, como la Cantora que fue, aclamada cientos de veces, amenazada, repudiada, ovacionada. Esa voz que sufrió el exilio de la dictadura, supo regresar y plantarse en un escenario, y dar sentido al mensaje. Una vez más, no quisiera pensar hoy en las contradicciones de la Cantora, porque a fin de cuentas ¿Quién no las tiene? Y la pregunta de siempre vale también para Mercedes ¿Qué esperamos de nuestros artistas populares? Quizás, esas mismas contradicciones, son las contradicciones que nos persiguen a nosotros, un fiel reflejo de lo que en definitiva somos. Hoy podemos decir que vamos a echar de menos a Mercedes, pero que sus discos siempre estarán aguardándonos para ser escuchados. Nos quedará entonces la sonoridad de su voz profunda y la profundidad de su mensaje sonoro, aquel que sobre un escenario una vez se animó a gritar por una América Latina libre. Hasta siempre Mercedes Sosa, hasta siempre.
Fuente: http://deigualaigual.net/es/opinion/firma/3938-todas-las-voces-todas
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