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La izquierda: identidad y programa para construir alternativa de poder

Fuentes: Crónica Digital

La izquierda chilena, la que representa el candidato presidencial Jorge Arrate, es históricamente republicana, democrática y socialista. Este es un dato de realidad y las caricaturas, estereotipos y prejuicios atávicos no han podido matar ese ethos que emerge del Chile profundo y de su intensa y larga historia popular. Ni el genocidio, ni el terrorismo […]

La izquierda chilena, la que representa el candidato presidencial Jorge Arrate, es históricamente republicana, democrática y socialista. Este es un dato de realidad y las caricaturas, estereotipos y prejuicios atávicos no han podido matar ese ethos que emerge del Chile profundo y de su intensa y larga historia popular.

Ni el genocidio, ni el terrorismo de estado, ni la caída de los muros, y menos un efímero y prematuro período epocal pos moderno y neoliberal, han logrado hacer desaparecer esta historia plagada de raíces profundas, desde la cual se construye futuro.

La izquierda chilena es historia, es Recabarren, Víctor, Clotario, Violeta, Pablo, Gladys, Salvador, Carlos, Miguel, Gabriela, Rodrigo, Manuel, Lautaro. Entronca con los pueblos originarios y con la construcción del estado nacional chileno, pero lo hace desde la condición plebeya, desde abajo y con una fuerte impronta de tradición obrera y popular.

La tradición es trascendencia, es decir, lo que desde el pasado cursa el presente y se proyecta al futuro.

La izquierda chilena es presente y fuerza de futuro. Se hermana con los procesos de emancipación que hoy levantan la esperanza en todo el continente americano; pero también en Africa, en Asía, en el Oriente Medio, aquella realidad que en nuestro país se pretende desconocer.

Esta izquierda reconoce en Cuba un hito de la emancipación popular americana.

Con un programa de gobierno que ya se instaló en la campaña presidencial de Gladys Marín, que se enriqueció en la campaña presidencial de Tomás Hirsch y que tomó en sus manos Jorge Arrate, tras una asamblea nacional con dos mil delegados, que aportaron sustantivamente al actual programa de gobierno, esta izquierda propositiva sostiene, sin tapujos, la urgente necesidad de superar el neoliberalismo y el capitalismo salvaje en Chile. Y lo hace junto y desde los movimientos sociales y las fuerzas socio-políticas que el país reconoce como fuerzas de cambio. Esta es la realidad.

Hoy, desde este territorio construido, que no pretende mesianismos ni disputas de identidad, porque no los necesita para seguir adelante, esta izquierda batalla para romper la exclusión impuesta a la izquierda desde Pinochet. La derecha política, la de Piñera, en el período de Michelle Bachelet, negó incluso una reforma menor y parcial al sistema binominal que habría posibilitado la elección de candidatos comunistas y de la izquierda. El pacto instrumental Concertación-Juntos Podemos Más, honra a ambos conglomerados en un propósito ciertamente democratizador, que de cumplirse, abre una brecha a un sistema institucional autoritario y excluyente.

Es lógico y esperable que esa misma derecha trate de estigmatizar y odiosamente descalificar este pacto instrumental. Lo ha hecho en toda la historia republicana y apeló en su momento al terrorismo de estado.

El actual entendimiento entre la izquierda y el centro político puede sorprender, pero no es inédito. En la lucha contra la dictadura, el pueblo allendista y el pueblo freista dieron muchas batalla comunes, desde sus diferencias. Lo que llama la atención, profundamente, es que un sector que se autodefine «progresista y liberal» también descalifique este intento democratizador.

Es en este contexto que Jorge Arrate ha lanzado la propuesta de Acuerdo Mínimo. Y es un planteamiento propositivo que arranca de un «clamor popular», como lo ha señalado el Presidente del PC, Guillermo Teillier.

Sí, efectivamente, es para impedir que la derecha, con mano ajena, llegue a La Moneda. Pero es también un llamado estratégico y unitario cargado de futuro: ¡Para una nueva constitución política!; ¡Para empujar todos, ahora, al mismo tiempo, la batalla para romper la exclusión y que la izquierda llegue al Parlamento!; ¡Para asumir el Pliego de los trabajadores chilenos que levanta la CUT!.

Con vocación democrática y nacional, la izquierda chilena busca y se abre a entendimientos y alianzas con estos propósitos. Ciertamente, Chile no termina con la derecha en el gobierno.

Pero con la derecha en La Moneda, todo será más duro y difícil para los excluídos en todos los aspectos; para las comunidades mapuches; para quienes viven de su trabajo y su salario; para los jóvenes y las minorías. El comportamiento de la derecha en el período dictatorial y su actitud en el Parlamento en los gobiernos civiles, bajo el signo de la «democracia pactada de los consensos», así lo demuestran.

Y no es menor lo que puede ocurrir con el tipo de relaciones internacionales que buscaría un gobierno de este tipo, dando la espalda a los procesos de emancipación que hoy cursan en el continente.

La propuesta formulada por el mejor de los candidatos presidenciales, que tiene tradición y construye futuro, se hace precisamente para seguir construyendo izquierda y mirando el interés de las mayorías nacionales. Por eso es a las otras dos candidaturas presidenciales, no a una. Es imposible tergiversar su sentido.

Se entiende que la derecha reaccione con ira.

La izquierda chilena ha mostrado su generosa vocación política. Y por esa actitud esta izquierda incidirá en primera y en segunda vuelta. No tiene contradicciones político-existenciales porque ningún voto de esta izquierda irá a la derecha. Más ciudadanos saben y se dan cuenta que votar por Jorge Arrate en primera vuelta es un voto de futuro, de incidencia política real. Apelamos en nuestro llamado a una actitud de generosidad democrática.

La prepotencia, el engreimiento, la descalificación y la autoreferencia no son buenas compañías cuando se busca una construcción de verdad unitaria, desde la izquierda y el campo democrático.

– Juan Andrés Lagos. Periodista y académico. Miembro del Consejo Editorial de Crónica Digital.

– Fuente: http://www.cronicadigital.cl/news/columnistas/lagos/1372.html?VivvoSessionId=4f1431c34b0fb0eede87a