¿Cuántos no habremos soñado con leer este titular en nuestro periódico habitual? Un constructor que vende (y cobra) todas las casas antes de poner el primer ladrillo y luego desaparece; el apoderado de una cooperativa que no paga a la constructora, dejando tirados y arruinados a los cooperativistas; una empresa que afronta los encargos del […]
¿Cuántos no habremos soñado con leer este titular en nuestro periódico habitual?
Un constructor que vende (y cobra) todas las casas antes de poner el primer ladrillo y luego desaparece; el apoderado de una cooperativa que no paga a la constructora, dejando tirados y arruinados a los cooperativistas; una empresa que afronta los encargos del director de un palau con un 104% del coste inicial del proyecto; un banquero que intoxica a sus clientes inversores con productos en mal estado del otro lado del charco; un concejal de urbanismo que recalifica de forma incalificable todos los terrenos habidos y por haber, un… de tener ganas y muchísimo más espacio, podría seguir y seguir.
En realidad es difícil elegir la más cruel, la más despiadada, la más atroz, la más desalmada o la más feroz, de entre tantas y tan variadas formas de robar. Pero de todo eso y además ironía, mucha ironía, tiene el caso del banquero que estafa a sus clientes vendiéndoles un producto de inversión en mal estado, alegando que no lo sabía. Muy bien, no lo sabías, pero si el desconocimiento de la ley no exime de su cumplimiento, el desconocimiento del mal estado de un producto vendido y cobrado, no exime de su reembolso, o cuando menos, de su reparación. Si compras en el supermercado un producto en mal estado y sufres una intoxicación, denuncia al canto: resarcimiento al canto. ¿Por qué con los productos financieros no pasa igual?, ¿se imaginan que al salir de la unidad de toxicología uno tuviera que ir a «rescatar» al supermercado? Es de locos.
Pero no, en este país, y creo que en este mundo, en que vivimos, el banquero está exento de hacer frente a las mínimas responsabilidades que su quehusmear diario le genera, el banquero está exento de afrontar las garantías de los productos que vende y por los que cobra su buena comisión. Digo más, en caso de haber algún tipo de reparación, ésta se produce en el sentido inverso y diametralmente opuesto a toda lógica, es decir, del cliente estafado al banco. Es de locos.
A ver si lo entiendo, tenemos un caso en el que un cliente resulta estafado por una entidad bancaria, y la salida del entuerto es que aquel debe resarcir a ésta por dicha estafa (¿¿¿???). Pues no lo entiendo. Pero hay más, no sólo el estafado debe resarcir a la entidad bancaria, sino que además debe hacerlo todo aquel pobre contribuyente que, sin ser susceptible de ser timado por el banco dada su restringida capacidad económica, no adquirió aquellos productos en mal estado. Es impresionante. Con dinero público!!!…, a veces pienso que Hacienda somos tontos.
Además, si uno todavía tiene ganas de gastar, invertir, salir adelante, montar un negocio, hipotecarse hasta los nietos (llámenlo como quieran), la entidad bancaria del ejemplo (y cualquiera adonde pregunten) le negará sistemáticamente un crédito. El motivo: usted no podría devolverlo. Quizás eso sea debido a que los fondos con que podríamos devolverlo se los hemos tenido que dar a usted a fondo perdido, rescatándole de no sé qué bajada en sus beneficios. Y ¿a nosotros quién nos rescata?
Poco han tardado unos y otros bancos en anunciar a bombo y platillo sus espectaculares resultados, los que ganaron más aún, sin vergüenza, los que ganaron menos, por el pobredemí.
-el banco de Santander ha aumentado en un 6,6% su margen neto en el primer semestre de 2.010 comparado con el mismo periodo del 2.009, según su propio informe
-el Bilbao sigue aumentando sus beneficios atribuidos desde el cuarto trimestre del 2.009, pero se complacen en resaltar que eso supone un descenso con respecto al primer semestre del 2.009
-el Banesto crece menos del 1%, pero crece.
–ING pasó de pérdidas en el primer trimestre de 2.009 (793 millones), a beneficios de 1.326 millones en el mismo periodo de 2.010, lo cual viene a ser un incremento de resultados de unos 2.119 millones
Luego hay una larga lista de entidades, bancos y sobre todo cajas, cuyos resultados han descendido en una media aproximada del 25%, lo cual quiere decir que han tenido beneficios menores que en 2.009. Pero repito, beneficios, de al menos un 75% de los del último ejercicio, que siguen siendo millonarios.
Sean como sean los resultados, todas las entidades se quejan del aumento de la morosidad. Habría que entrar a fondo en las causas de esa morosidad que impide al indefenso ciudadano de a pie, devolverle al banco su hipoteca. Como habría que entrar a analizar a fondo por qué las entidades financieras siguen teniendo unos beneficios millonarios, mientras la situación general se aleja en sentido inversamente proporcional.
Repasando un poco los informes uno puede comprobar que, en parte, el aumento de los beneficios se debe al aumento de comisiones corrientes, es decir, las que nos cuelan en cuanto nos descuidamos por enviarnos un correo, por coger nuestro dinero, por conservarlo, por mantenerlo, por administrarlo, por devolvérnoslo, por una reclamación de un descubierto que han provocado ellos con sus propias comisiones, por existir o respirar, en definitiva. Eso sí, las comisiones impuestas a las imposiciones a plazo, a las inversiones, a la compra de valores, han descendido.
O lo que es lo mismo, si decides invertir porque tienes dinero, el banco no te sangra a comisiones; pero si no tienes ni un euro, y andas siempre a la cuarta pregunta, te apedrearán a comisiones.
Lo mismo pasa con los préstamos, si tienes dinero te prestan, pero si no, que es por lo que lo necesitas, no te prestan.
Ya lo decía Mark Twain: «Un banquero es un señor que nos presta un paraguas cuando hace sol y nos lo exige cuando empieza a llover»
Quizás sea una impresión mía, pero tengo la sensación de que el famoso rescate ha sido como llevarse solamente a los heridos de un siniestro y dejar a los muertos (que somos los demás) porque ya no se puede hacer nada por ellos.
Espero que la razón desbanque a la ambición en el corazón de los hombres y algún día podamos leer en la prensa ese titular con el que tantos y tantos soñamos:
«Una peligrosa banda de banqueros ha sido detenida en…»
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.