El editor François Gèze tradujo al francés la traducción inglesa que Naima Bouteldja, periodista tunecina afincada en Londres, hizo de unas declaraciones del médico Moncef Marzouki en mayo de 2010. Marzouki es un conocido opositor al régimen de Ben Ali que durante los últimos años había vivido exiliado en Francia. Hoy me permito hacer una […]
El editor François Gèze tradujo al francés la traducción inglesa que Naima Bouteldja, periodista tunecina afincada en Londres, hizo de unas declaraciones del médico Moncef Marzouki en mayo de 2010. Marzouki es un conocido opositor al régimen de Ben Ali que durante los últimos años había vivido exiliado en Francia. Hoy me permito hacer una traducción de la versión francesa. Las palabras no serán las originales, pero espero que su espíritu sí lo sea.
«Tengo dos técnicas para mantener una actitud psicológica positiva. La primera es que me digo que el tiempo geológico no es el tiempo de las civilizaciones, que el tiempo de las civilizaciones no es el de los regímenes políticos y que el tiempo de los regímenes no es el de los hombres. Hay que aceptarlo. Si me comprometo en el proyecto de transformar Túnez, con quince siglos de antigüedad, no voy a transformarla en veinte años. Debo aceptar por tanto los plazos del tiempo largo. Y a partir de ahí, no me desanimo, porque mi horizonte no consiste en los próximos seis meses o en la próxima elección presidencial: es el de los próximos cien años, que yo no veré, como es evidente.»
«Y la otra técnica proviene del hecho que soy un hombre del sur. Vengo del desierto y vi a mi abuelo sembrar en el desierto. No sé si usted sabe lo que es sembrar en el desierto. Siembra en una tierra árida y luego espera. Si cae la lluvia, recolecta. No sé si usted ha visto el desierto después de la lluvia, ¡es como la Bretaña!. Un día, usted marcha sobre una tierra completamente quemada, luego llueve y lo que sigue, usted se pregunta cómo ha podido producirse: tienes flores, verdor… Todo simplemente porque los granos ya estaban ahí… Esta imagen me marcó de verdad cuando era niño. Y, en consecuencia, ¡hay que sembrar! ¡Incluso en el desierto, hay que sembrar!»
«Y es de esta manera que veo mi trabajo. Siembro y si mañana llueve, está bien, y si no, al menos los granos están ahí, porque ¿qué va a pasar si no siembro? ¿Sobre qué caerá la lluvia? ¿Qué es lo que va a crecer, piedras? Es la actitud que adopto: sembrar en el desierto…»
Hace unos días Moncef Marzouki volvió a Túnez y regresó a su pueblo, donde fue acogido en loor de multitudes. Si la salud le acompaña, se presentará a las próximas elecciones presidenciales de su país. La lluvia se traslada ahora a otros países. En algunos parece que sembraron…
Fuente: http://www.javierortiz.net/voz/samuel/sembrar-en-el-desierto
rCR