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Comentario Político

35%

Fuentes: PTR-CcC

Las movilizaciones contra Hidroaysen y estudiantiles continúan en el centro de la discusión política nacional. La última movilización contra Hidroaysen del sábado 28 de mayo movilizó aproximadamente 20.000 personas (100.000 según los organizadores). Para el 1 de junio se anunció un paro nacional de los estudiantes universitarios. Ante esto, el gobierno rediseñó su política: se […]

Las movilizaciones contra Hidroaysen y estudiantiles continúan en el centro de la discusión política nacional. La última movilización contra Hidroaysen del sábado 28 de mayo movilizó aproximadamente 20.000 personas (100.000 según los organizadores). Para el 1 de junio se anunció un paro nacional de los estudiantes universitarios.

Ante esto, el gobierno rediseñó su política: se enfatiza en el carácter estratégico de la decisión; que es independiente de los intereses de una empresa (ENDESA-COLBUN); se formó una comisión de expertos; se abrieron diálogos con los dirigentes de las ONGs organizadoras de las movilizaciones; se instala la discusión de la carretera de transmisión pública. Por su parte los empresarios en su conjunto, reunidos en la CPC, así como los tres principales Grupos Económicos nacionales (Matte, Luksic, Angelini), han manifestado su repudio a las movilizaciones. A la vez que las empresas directamente involucradas, desplegarán una campaña comunicacional más activa, a la vez que reconocen que de no salir continuarán con otros proyectos de inversiones.

Gobierno y empresarios, a la defensiva

Se retomaron las movilizaciones contra el juicio a los dirigentes mapuche condenados a más de 25 años con instrumentos de la ley antiterrorista.

Ante esto, el gobierno reafirma que cumplió sus compromisos; se reúne con la Iglesia. Y la Iglesia, a su vez, se reúne con la Corte Suprema, para dar una salida judicial, sin que el gobierno aparezca cediendo.

Pero, el gobierno, también aquí está a la defensiva.

En estos días, se declaró un paro de trabajadores subcontratistas en El Teniente. Reclaman una serie de reivindicaciones sindicales: Mejoras del acuerdo marco 2007, Bono de reconocimiento del 15% de lo otorgado a trabajadores de Codelco, Pago de jornada extraordinaria en casa de cambio ida y vuelta, Proteger y vigilar para que no se produzcan sanciones a los trabajadores por lograr reivindicaciones y proteger sus derechos laborales. Lo más progresivo, es que sale a la lucha este sector de trabajadores, que está entre los más explotados y que ha dado anteriores luchas que sacudieron al país en 2006 y 2007. Además que se han unido los 50 sindicatos en que están divididos. Esta división puso en riesgo el paro. Los que lo dirigen, agradecen al gobierno y critican a la Concertación, pidiendo que los funcionarios concertacionistas que quedan en la División salgan -lo que mostraría su ligazón con la derecha; por su parte, SITECO, sindicato con declaraciones de izquierda (independencia de clase, etc.) por tratarse de dirigentes amarillos como se mostró en los paros de 2006 y 2007 al principio anunció restarse al paro. Se tuvo que sumar. Es que más allá de las intenciones de los dirigentes mayoritarios, el paro se declaró sumando 10.000 trabajadores, con 4.000 movilizados.

Lejos de la «agenda laboral» del gobierno, se instala una demanda obrera que motorizó los paros y movilizaciones de los últimos años. Nuevamente poniendo al gobierno a la defensiva.

También el MOVIHL anunció la convocatoria a una movilización para que el gobierno cumpla sus promesas de campaña sobre las uniones civiles, en el marco de las discusiones sobre el matrimonio igualitario.

La derecha se ha dividido, con unos apoyando el proyecto de uniones civiles, y otros pretendiendo una aún más reaccionaria modificación constitucional que establezca que matrimonio es sólo entre un hombre y una mujer.

Habiendo eludido el tema en la Cuenta Pública del 21 de mayo, debió apresurarse en anunciar que en dos meses enviaría un proyecto de ley, actuando una vez más a la defensiva.

En este escenario, el gobierno ya anunció que espera que en las encuestas alcancen apenas un escaso 35% de apoyo. El gobierno lo explica por este escenario, y por el clima enrarecido como resultado de la posición obstruccionista de la Concertación, que se esfuerza por transmitir que le han aprobado el 98% de los proyectos de ley. Demuestra el autoritarismo de la derecha que no acepta las críticas. Y además, ceguera.

El gobierno está desgarrado. A su interior, manda el descontento: la UDI critica al brazo derecho de Piñera, Hinzpeter, denunciando la falta de conducción política. Los empresarios e intelectuales de la derecha piden que el gobierno aproveche lo de Hidroyasen para rectificar tomando medidas más propias de su sector: aprobar este proyecto aún teniendo a todos en contra porque favorece a las grandes empresas; avanzar con mayor flexibilización laboral. Y a la vez que tiene a los suyos descontentos, su agenda política deja descontentos a los otros.

Es que hay dos agendas. La del gobierno, y la del pueblo trabajador, que comienza a emerger. Donde más trágicamente se ve, es en el terreno de las políticas laborales y las llamadas leyes sociales. Con estas últimas, pretendían hacerse de una base social que les permitiera avanzar con las políticas más propias de su sector. No lo lograron. Con las políticas laborales, tampoco. Es que hablan de problemas que si bien son importantes para el trabajador, no toman lo que ha estado en las movilizaciones de los últimos años, los problemas de la subcontratación y los salarios de hambre.

La Concertación, salvo gestos inofensivos (el lienzo en la Cuenta Pública), también tiene una agenda de un mundo aparte: está enfrascada en la negociación de las listas municipales y la discusión sin rumbo de la necesidad de un programa.

La CUT brilla por su ausencia. Ni una palabra sobre Hidroaysen. Ni sobre el paro de los trabajadores contratistas de El Teniente. Y en la lucha estudiantil solo una adhesión simbólica.

Pero aunque las movilizaciones expresen el rechazo a la política concertacionista- derechista, a la impunidad patronal con sus ganancias multimillonarias contra la sensación de instalación de una carestía de la vida con una inflación que hace que los sueldos no alcancen, y se den con el gobierno debilitado y a la defensiva y la Concertación en crisis, aún sus cuestionamientos están dentro de las reglas del juego. La discusión sobre Hidroaysen no avanza sobre el negocio eléctrico en manos de tres grandes empresas imperialistas y nacionales en base a la privatización en dictadura, sino una genérica discusión de las alternativas posibles de las Energías Renovables No Convencionales (ERNC). La discusión universitaria es apenas sobre mayores regulaciones, no sobre ponerle fin al negocio de la educación vía una II Reforma Universitaria que comience por recuperar la educación gratuita para todos y el ingreso irrestricto. Para luchar por estas política y poder comenzar a avanzar a una resolución de los problemas de fondo, hace falta luchar por construir un partido revolucionario como el que lucha por construir el Partido de Trabajadores Revolucionarios- Clase contra Clase/ PTR- CcC.

http://www.ptr.cl/nacional/comentario-politico-semanal-del-ptr-ccc-n%c2%b0-69-el-35/