«Y con recia garganta, canta, espanta, lejos la maldición» El Mayor, canción de Silvio Rodríguez Concluían las pequeñas batallas diarias, esas que cada uno lleva adelante, a pesar de muchos pesares y gracias a muchos tesoros que lleva cada cubano revolucionario en sí… ya casi me rendía el sueño cuando busqué un poco de música […]
«Y con recia garganta, canta, espanta, lejos la maldición»
El Mayor, canción de Silvio Rodríguez
Concluían las pequeñas batallas diarias, esas que cada uno lleva adelante, a pesar de muchos pesares y gracias a muchos tesoros que lleva cada cubano revolucionario en sí… ya casi me rendía el sueño cuando busqué un poco de música y, para mi sorpresa, la voz de Arleen Rodríguez Derivet me alertaba de que estaba en el aire el tan esperado programa de La Luz en lo oscuro, que había postergado su salida al aire por compromisos deportivos de la emisora radial.
Ansiábamos escuchar la voz de nuestro hermano René: soñábamos que, como esperaba Arleen, fuera en el Programa donde primero Cuba escuchara a su hijo… pero no contábamos con la contumacia del gobierno de los Estados Unidos; no contábamos -difícilmente las almas buenas puedan entender los recovecos de las torcidas, preñadas de odio, de los que imparten la injusticia en los EE. UU.- conque aún no le han dicho a René qué injustas y retorcidas cláusulas irán a apretar la tuerca de la injusta y odiosa retención en los predios de la mafia miamense. Y perdónesele a esta redactora la repetición, una y otra vez, de la palabra injusticia, porque no hay otra que pueda definir con más justeza lo que en estos momentos el aparato judicial perpetra contra un hombre privado de sus más elementales derechos: el de regresar al lado de los que ama, el de volver a la Patria que defendiera con denuedo.
Fue hermoso escuchar a Olguita, la fuerza, la entereza que era capaz de trasmitirnos a nosotros, ella que sufre como nadie la crueldad desde hace 13 años… «Nuestra nueva batalla es porque René regrese a casa. No nos van a robar los momentos; no nos van a robar la alegría», dijo emocionada… y nos cuenta que no le escribió a René al alcanzar esta libertad condicionada, si no que envío su mejor mensaje, sus dos hijas, que llevaron a Rene mucho de Cuba, sobre todo música y -¿cómo podría ser de otra forma?- música de Silvio. Y nos estremeció imaginar a René, cantando a voz en cuello junto a sus hijas «El mayor», espantando lejos la maldición de quienes no acaban de entender que nunca podrán vencernos, porque como dijera en su mensaje de uno de nuestros hermanos en Jessup: «Optimismo y verdad ya hacen un triunfo».
Y de ambos tienen de sobra los Cinco y Cuba…
Olga Salanueva: «La vida de mi esposo corre peligro en EEUU»
http://www.cubadebate.cu/
Declaraciones de Olga Salanueva, esposa de René González
http://teveo.icrt.cu/jen69r/
Olga Salanueva: «Nuestra nueva batalla es porque René regrese a casa»
http://www.youtube.com/watch?
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