Reflexión irónica del proceso de Bolonia releyéndolo/parafraseándolo/revisualizándolo desde la trilogía Matrix. 15-12-2011 a las 12:21 Primera Parte: «¿Qué es Boloniatrix?» – Liberty: Profesor Neovel, soy Liberty. Sé por qué te pasas la vida solo, entre ordenadores, buceando en las redes sociales, sé por qué no duermes… Sabes la pregunta tan bien como yo. – Neovel: […]
Reflexión irónica del proceso de Bolonia releyéndolo/parafraseándolo/
Primera Parte: «¿Qué es Boloniatrix?»
– Liberty: Profesor Neovel, soy Liberty. Sé por qué te pasas la vida solo, entre ordenadores, buceando en las redes sociales, sé por qué no duermes… Sabes la pregunta tan bien como yo.
– Neovel: ¿Qué es Boloniatrix?
– Liberty: La tienes como una astilla clavada en tu mente, algo no funciona. Sin embargo, no puede explicarse qué es Boloniatrix, tienes que verla con tus propios ojos. Si eliges la pastilla «empresa», fin del juego, volverás a tu despacho y venderás lo que quieras venderte. Si eliges la pastilla «educación» yo te mostraré la salida de la cueva de Alí Babá.
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– Pedagogo del ICE: Señor Gutiérrez, sabemos que ha contactado con usted una conocida educadora. Lo que usted crea saber sobre ella es irrelevante, lo importante es que ciertas autoridades la consideran como la terrorista educativa más peligrosa.
Y añade, elevando el tono de amenaza:
– Pedagogo del ICE: Señor Gutiérrez, como verá hemos estado observándole y evaluándole durante mucho tiempo. Ha llevado una doble vida, ¡una de ellas tiene futuro, la otra no! En una de ellas es usted empleado de una excelente empresa universitaria, cumple todos los criterios de la ANECA, publica en revistas de impacto JCR, participa en proyectos europeos de desarrollo financiados por el Banco Mundial y por empresas del IBEX35, realiza estancias de investigación en universidades extranjeras de prestigio… E incluso colabora un día a la semana en una onG. Y los domingos va a misa y por la tarde enseña matemáticas a los hijos de su vecina inmigrante ilegal.
El pedagogo ataca como un virus desgranando los delitos que ha cometido Neovel:
– Pedagogo del ICE: En la otra vida usted es culpable prácticamente de todos los delitos tipificados en la ley. Actúa bajo el alias de salteador «profesor Neovel». Se pasa la vida entre libros, navegando por Internet, en reuniones clandestinas, estudiando ética, escribiendo panfletos subversivos, tratando como a iguales y con generosidad a quienes sólo son sus clientes. Ironiza sobre las desnortadas coordenadas ECTS. Invita a conferenciantes sin suficientes títulos académicos. Y lo más grave, se niega a preparar futuros empleados dóciles al patrón que compitan en el mercado contra Estados Unidos.
Y finaliza con un prurito de soberbia:
– Señor Gutiérrez, seré claro, va a ayudarnos quiera usted o no. O realiza voluntariamente nuestros «cursos de formación docente» o le obligaremos a acreditarse sometiéndole a nuestros programas de calidad.
…
El líder de la resistencia, Utopía, se dirige a Neovel tras el mal trago pasado con los pedagogos del sistema:
– Utopía: Profesor Neovel, han subestimado lo que vales, si supieran lo que yo sé quizá ahora estarías en la cola del paro o algo peor. No tenemos tiempo, tienes que liberar tu mente, hay que desparasitar tu cerebro de toda la jerga empresarial, de toda la ideología neoliberal, de toda la cultura consumista. Neovel, tienes que liberar tu mente. Libera tu mente de los miedos, las dudas, los apegos. Neovel, libera tu mente.
…
Finalmente Neovel escoge la pastilla que le lleva a la realidad, aunque ni él mismo lo sepa:
– Neovel: ¿Estoy muerto?
– Utopía: No. Descansa, necesitas rehabilitación. Pronto llegarán las respuestas.
– Neovel: ¡Me duelen las neuronas!
– Utopía: Claro, nunca las habías usado antes.
…
– Utopía: Neovel, ésta es nuestra nave, la Univernicaneser. Y esto es el Aula Virtual, aquí enseñamos todo lo necesario para una vida digna. Aquí preparamos personas, ciudadanos críticos y comprometidos políticamente. Aquí simulamos el comportamiento de Boloniatrix y nos preparamos para enfrentarla.
Y prosigue:
– Utopía: En Boloniatrix todos pueden ser clientes o ninguno. Hasta que no los liberemos a todos cualquiera puede ser nuestro enemigo. Cualquiera de ellos puede ser un Pedagogo del ICE. Si ves a un Pedagogo del ICE, haz lo que hacemos nosotros, huye, corre. Sólo cuando estés preparado no te hará falta huir de ellos.
– Neovel: ¿Qué quieres decir, que podré esquivar sus «cursos»?
– Utopía: No, quiero decir que cuando estés preparado no te hará falta esquivarlos.
El líder de la resistencia, Utopía, continúa hablando a Neovel con franqueza:
– Utopía: Neovel, en Boloniatrix los profesores ya no son universitarios, son artistas de circo. Los profesores ya no educan, entretienen. Los profesores ya no educan, venden títulos. Boloniatrix son campos inmensos donde los profesores ya no educan, se cultivan.
Y concluye con solemnidad:
– Utopía: Profesor Neovel, Boloniatrix significa control. Control de tus pensamientos, control de tus respiraciones, control de tu vida. Boloniatrix se diseñó para convertir la educación en esto: dinero. Boloniatrix se diseñó para convertir al ser humano en esto: mercancía.
– Neovel: ¡No puede ser! Estáis locos. Quiero salir de aquí. ¡Sacadme de aquí!
– Utopía: No te dije que sería fácil. Te dije que te mostraría la verdad, sólo la verdad.
Epílogo de la primera parte: «La pesadilla de Neovel»
Fórmula es el encargado de descifrar la opresión de Boloniatrix entre la jerga jurídica. Está sentado frente al ordenador. Neovel se acerca sigiloso por detrás.
– Fórmula: ¡Wow, me has asustado, Neovel!
– Neovel: Perdón, ¿qué ves, Boloniatrix?
– Fórmula: Neovel, Boloniatrix te rodea, puedes verla cuando sacas dinero del cajero, cuando firmas una hipoteca, cuando compras en el supermercado, cuando enciendes la televisión, cuando echas gasolina, cuando votas en una urna, cuando vas a misa…
Y Fórmula prosigue:
– Fórmula: Puedes verla cuando examinas a un alumno, cuando te acreditas en la ANECA, cuando entras en el aula, cuando sales de la biblioteca… Yo ya sólo veo una nota: un suspenso, un notable, un aprobado, un sobresaliente…
– Neovel: Fórmula, entonces sólo ves números…
– Fórmula: Sí, sólo números, números, códigos de barras, asientos contables, no veo a los estudiantes, no veo personas, sólo clientes. El procesador para el seguimiento del aprendizaje trabaja para el «departamento de marketing y manipulación avanzada del consumidor», así que tengo que conformarme con números y más números.
Y finaliza con la siguiente recomendación:
– Fórmula: Neovel, si ves a un estudiante haz lo que hacemos nosotros, huye, powerpóinalo, apruébalo, prejubílate… Pero no te preocupes, todo llegará. Anda, toma este brebaje, lo destilan en el Rectorado, va bien para dos cosas, elimina los candidatos foráneos a las plazas de PDI y limpia la cuenta bancaria de las arcas públicas.
De pronto llega Liberty apresurada:
– Liberty: ¡Neovel, hay que dar una clase de máster! Tenemos que conectarnos a Boloniatrix. Con suerte no vendrá nadie.
Liberty y Neovel entran en Boloniatrix. El aula está vacía. El silencio se puede cortar en lonchas. Se masca la tensión. El powerpoint está preparado para disparar a todo el que se acerque. Una bola de pelusa surca rauda entre los pupitres movida por el viento de la calle…
De repente alguien gira el pomo de la puerta, chirrían los pernos… ¡Es un alumno! Se sienta veloz, sin hablar, sin saludar, sin levantar la cabeza. Liberty salta por la ventana y se aleja corriendo. Neovel permanece inmóvil, sin hacer ruido. Los compañeros de Neovel lo están viendo todo desde la nave, y dicen estupefactos:
– Utopía y Fórmula: Pero, ¿qué hace?, ¡huye!, ¡evádete!, ¡apruébalo!
El alumno alza la vista y comienza a disparar miradas asesinas. Neovel consigue esquivarlas moviéndose rápido, muy rápido. Mueve el ratón, coge la tiza, garabatea en la pizarra, lee las diapositivas… Se mueve rápido, aunque no lo suficiente, pues una mirada insidiosa le alcanza el currículum. El alumno ha descubierto su punto flaco y no parará de azotarle con su desprecio. Finalmente Neovel cae tras la mesa después de firmar el «aprobado general».
Utopía no da crédito a lo que está viendo. Fórmula sonríe malicioso. Liberty se queda petrificada un milisegundo, pero reacciona y… (se acerca a Neovel y le devuelve a la vida dándole un beso reseteador).
Neovel se incorpora, henchido de valentía y utopía. El alumno se da la vuelta cuando ya se marchaba. Le mira irritado. Se prepara para asestar una nueva andanada al profesor novato. Neovel apenas se inmuta. Apaga el ordenador y el retroproyector. Deja la tiza. Esquiva cada insulto, cada vituperio, cada falta de respeto, cada bostezo, cada llamada al móvil…
Hasta que finalmente se lanza como un rayo hacia la cabeza del alumno, allí donde hacen eco las neuronas. Y empuja, y empuja hasta expandir la mente del discípulo. Más y más, cada vez más. El alumno de repente se siente sobrecogido, despejado, ve la vida con más claridad, sus pulmones se llenan por primera vez completamente de aire, de satisfacción, de ilusión, de curiosidad, de alegría…
Los compañeros de Neovel se quedan de piedra:
– Utopía: ¿Adónde ha ido? ¿Dónde está Neovel? ¿Sigue conectado a Boloniatrix?
Entre tanto el alumno llega a su casa y se sienta frente al televisor. Fuego de metralla a discreción. Millones de disparos, de impactos publicitarios. Y así un día y otro y otro. En casa, en la calle, en el metro, en la iglesia. La mente se encoge brutalmente, como un muelle.
Y Neovel dentro de la cabeza del alumno, expandiendo la mente durante la noche, recuperando lo perdido durante el día. Pero cada vez siente menos fuerzas, cada vez recupera un metro menos que el día anterior. Cada vez se siente más atrapado… La mente del discípulo se contrae como un «Big Crunch», implosionará y se volverá del revés, se volverá un agujero negro. Un agujero negro que todo lo consume y jamás se sacia.
Segunda parte: «Boloniatrix Revaluated»
– Oráculo: Profesor Neovel, soy El Oráculo, el profeta que anuncia el fin de Boloniatrix. Soy El Oráculo, el estudiante que acompaña tu destino. ¡Bienvenido al desierto de la sabiduría! ¿Es tan difícil de creer?
Y prosigue:
– Oráculo: La sabiduría puede ser una interpretación lucrativa de tu yo especulativo.
– Neovel: Pero, entonces, ¿y mi currículum? -Dice maravillado Neovel-.
– Oráculo: Tu currículum es sólo la letra residual de tu ignorancia capital. Tu currículum es sólo la expresión inconsciente de tu yo oprimido. Tu currículum es sólo el brillo luminoso y radiante de tus cadenas de oro.
– Neovel: Oráculo, no comprendo, no sé qué debo hacer.
– Oráculo: Neovel, nadie puede aprender más de lo que no ha estudiado. Nadie puede saber más de lo que no ha vivido. Sólo puedo decirte que el camino del educador culmina en la fuente de la pedagogía. Pero, para llegar allí necesitas obtener el prestigioso MBA, el Máster en Basura Androide.
…
Neovel está hablando con su compañera, Liberty:
– Neovel: Liberty, tenemos que reevaluar todo el sistema educativo, hay que recargar la Univernicaneser antes de regresar a la fuente. Hay que recargarla de esperanza, de alegría, de conocimiento teórico, de espíritu crítico, de sentido común, de amor por la sabiduría…, de filosofía…, de filosofía, de mucha filosofía…
Y continúa su arenga diciendo:
– Neovel: Liberty, tenemos que reevaluar todo el sistema educativo. ¡Hay que desclavar los pupitres del suelo! ¡Hay que desclavar las neuronas de la rentabilidad económica! ¡Hay que desclavar los exámenes de la vieja mentalidad académica! ¡Hay que desclavar la apatía de los sueños de juventud! ¡Hay que desclavar la carcoma de la sapiencia senil!
Liberty está asustada y le advierte con preocupación:
– Liberty: Neovel, ir por ese camino es peligroso. Esa carretera es un suicidio. Necesitaremos correr como una moto para escapar de los Pedagogos del ICE y sus secuaces anequianos.
– Neovel: No hay problema, Liberty. Iremos con los mejores. Caminaremos junto a Paideia, a Freire, a Barbiana, a Hipatia, a Lutero, a Galileo, a los peripatéticos… Caminaremos imbuidos de su espíritu…
– Liberty: Neovel, nos acusarán de «radicales», de «militantes», nos dispararán a quemarropa con sus «cursos de formación docente» y sus «planes de estudio» y su burocracia de celulosa. Nos gasearán con su retórica pseudoaséptica…
– Neovel: ¡Liberty, podemos hacerlo! Sólo necesitamos filosofía, mucha filosofía…
…
– Gran Pedagogo: Profesor Neovel, soy El Gran Pedagogo, el arquitecto que diseñó Boloniatrix. Como tú, antes otros intentaron mejorar el sistema educativo. Pero ésta es ya la enésima reforma que llevamos a cabo y nos hemos vuelto extremadamente eficientes en la destrucción de toda sabiduría y conocimiento.
Y prosigue:
– Gran Pedagogo: Neovel, la primera Boloniatrix fue planeada para que todas las personas accedieran al conocimiento, a la enseñanza superior, pero fue un fracaso. Por eso la rediseñamos así, abierta al capitalismo. Primero había que introducir en las aulas el lenguaje dominante en vuestra civilización: el lenguaje económico. Y empezamos a hablar de clientes, competencias, calidad, préstamos, objetivos… Había que mercantilizar gradualmente todo el sistema educativo. Había que poner al servicio de la empresa privada todo el dinero público. Hay que «educar» al ser humano para que sirva dócilmente a la pecunia.
El Gran Pedagogo se va emocionando cada vez más:
– Gran Pedagogo: Neovel, la única ciencia válida es la que financian las empresas. El único conocimiento verdadero es el que patrocina la obra social de las entidades financieras. La auténtica sabiduría es la que se compra en los centros comerciales. La única inteligencia imprescindible es la «inteligencia militar». ¿Quién quiere o necesita saber la lista de los reyes godos?
Y revela su verdadera sabiduría:
– Gran Pedagogo: Neovel, la «universidad excelente» no es un lugar para el debate y la reflexión. Es un lugar para el consumo y la inversión. No es un lugar para aprender y crecer. Es un lugar para lucrarse y vencer. ¡La universidad ya no es un lugar para la ciencia, es un videojuego, una ficción creada por ordenador para oprimir tu mente y extirpar tu conciencia!
Y repite oyéndose a sí mismo:
– Gran Pedagogo: Neovel, en la «universidad excelente» ya no hay bibliotecas, hay «salas de estudio». Ya no hay libros, hay «apuntes». Ya no hay libros, hay «libretas de ahorro». Ya no hay discusión científica, hay «tertulias de café». ¡La universidad ya no es un lugar de aprendizaje, es sólo un punto más para la oposición! Ya no hay bibliotecas…
Y concluye complaciente:
– Gran Pedagogo: Neovel, al igual que tus predecesores sientes una pasión irrefrenable que te ciega y te conduce irremediablemente a ignorar la verdad más obvia: no llegarás a tiempo de salvar el Ágora…, ¡ni a Liberty!
Tercera Parte: «Boloniatrix Extintion»
Utopía se dirige a los universitarios que viven en la última ciudad humana que ama el conocimiento y la sabiduría, la Favela de los Empobrecidos:
– Utopía: ¡Universitarios, escuchadme! Lo que muchos habéis oído es cierto. Una avalancha de gélido neoliberalismo se cierne sobre nuestras cabezas. Bajo la apariencia de un «iceberg de competencias» se oculta el nuevo caballo de Troya. Pero si hoy estoy aquí es porque no tengo miedo. Y si no tengo miedo es porque tengo imaginación crítica. Y tengo esperanza no por el camino que me queda por recorrer, sino por el camino que he dejado tras de mí».
Y añade con mayor fervor:
– Utopía: Tengo presente que llevamos luchando contra la intolerancia y la cerrazón desde los albores de la humanidad. Tengo presente que hemos aumentado las tasas de escolarización en la última década más que en todos los siglos anteriores. Tengo presente que hemos despertado más conciencias en el último año que desde la Revolución Francesa. Universitarios, esta noche haremos que tiemblen las entrañas de esta universidad, haremos que se nos oiga desde el núcleo incandescente hasta la ignorancia supina de las altas esferas. Esta noche les haremos saber que la Universidad no es una academia de formación de mercaderes. Les haremos saber que la Verdad es un eje vertebrador de la misión universitaria. ¡Esta noche les haremos saber que no tenemos miedo y que no somos esclavos!»
…
– Liberty: Neovel, ¿qué te pasa?
– Neovel: No lo sé, Liberty, tengo miedo, no quiero perderte.
– Liberty: Neovel, no me perderás, mi silencio siempre hablará por ti. Neovel, ¿dónde iremos?
– Neovel: Liberty, sólo sé que debemos ir a la «Ciudad de la Ignorancia», más allá de eso no tengo ni idea…
– Liberty: Neovel, la Comisión de Evaluación de la Calidad Docente e Investigadora me ha rescindido el contrato. Sus argumentos han sido sucintos. Afirman que no soy lo bastante divertida en clase. Afirman que no tengo suficiente «índice de impacto». Afirman que casi toda mi actividad profesional no se ajusta a su baremo. Y lo peor es que por apoyarme te han sancionado a ti también. -Y rompe a llorar-.
…
Neovel y Liberty se dirigen malheridos en su nave Univernicaneser hacia la Ciudad de la Ignorancia, hasta que finalmente se estrellan… Allí el comité de bienvenida les evalúa su grado de excelencia y les vapulea con mil y un impresos a cual más absurdo y detallado. Liberty muere. Neovel sobrevive.
…
– Gran Pedagogo: ¿Qué quieres, librepensador? -Le inquiere furioso el presidente de los pedagogos-.
– Neovel: Dejadme hablar y luego haced lo que queráis. La Aneca ha escapado a vuestro control y yo puedo detenerla.
– Gran Pedagogo: ¡No te necesitamos, miserable librepensador! -Ruge con fiereza-.
– Neovel: Dejadme intentarlo, si fracaso me rendiré y opositaré a catedrático.
…
– Pedagogo del ICE: Señor Gutiérrez, de nuevo volvemos a encontrarnos. Como ve he preparado este bonito formulario para que lo rellene. El resto del papeleo, montañas y montañas de expedientes, sólo lo he traído para atestiguar cómo le machaco…, perdón, quería decir cómo le acredito…
Y sonríe malicioso:
– Pedagogo del ICE: Señor Gutiérrez, puede romper en mil pedazos este formulario que, por ciencia infusa, proliferarán mil formularios más. ¿Por qué se resiste? Quien paga, manda. El «pensamiento único» es la mejor referencia. ¡No se resista, no puede vencernos!
…
La lluvia golpea fuerte sobre los cristales. Y Neovel recuerda aquellas palabras de Einstein que leyó en la cocina del Oráculo: «El gusto por aprender e investigar es como una delicada plantita, y puede morir si a uno se le obliga a pisotearla, si a uno se le obliga a abarrotarse la mente con una balumba de ideas y cosas sin sentido».
La lluvia golpea fuerte sobre los cristales. Un cráter enorme orada los cráneos de los estudiantes ahogados en un mar de telebasura, acribillados de impactos publicitarios. Y cuanto más se habla de «competencias» más grande es la brecha de la insolidaridad y la incompetencia humana. Cuantas más respuestas técnicas hay a los problemas del mundo menos valores compartidos consiguen permanecer vivos. Cuantas más posibilidades y recursos para aprender e investigar, menos conciencia crítica hay y más temor a expresarse y relacionarse con libertad y dignidad.
La lluvia golpea fuerte sobre los cristales.
– Pedagogo del ICE: Señor Gutiérrez, no se resista… Eso es, no se resista. Todo lo que tiene un principio tiene un final…, mi silencio siempre hablará por ti… ¿Qué?, ¿qué he dicho? ¡No, no, no, no puede ser!
La lluvia golpea fuerte sobre los cristales…, y la realidad se comba… Demos a la Aneca lo que es de la Aneca. Y lo que hagamos a partir de ahora es cosa nuestra.