Murió Miguel Romero, viejo y destacado luchador antifranquista y anticapitalista.
Tenemos aquí un interesante libro de entrevistas, en el que tanto el entrevistador y los entrevistados pertenecen a la izquierda europea. El calificativo de izquierda anticapitalista supone definirse en la polémica sobre si hablamos de una izquierda que cuestiona el neolibealismo u otra más radical que lo hace con el propio capitalismo. En todo caso la izquierda queda delimitada por su discursos concretos y por su práctica, no por su origen o su retórica. Evidentemente los métodos del socialismo y el propio contenido del término es plural. Pero tanto las tradiciones socialdemócrata como la comunista pertenecían inicialmente al campo de la izquierda. En Europa, la Internacional Socialista queda excluida de la izquierda por sus derivas a partir de la Tercera Vía o afines, que los han convertido en simples gestores del capitalismo. Quedan entonces el Partido de la izquierda europea y la Izquierda anticapitalista europea. En realidad de los dos partidos tratados a través de sus representantes hay uno que pertenece a la Izquierda anticapitalista europea (NPA ) y uno al Partido de la izquierda europea ( Die Linke), mientras que el Bloco está presente en ambos. Como mostraré la diferencia real del discurso y la práctica se da entre Bloco/Die Linke por un lado y NPA por otro.
Miguel Romero, el entrevistador, pertenece a la vieja guardia, en el mejor sentido de la palabra, de los luchadores de filiación troskista de nuestro país. Fundador del Grupo Comunismo en el Frente de Liberación Popular que dará lugar a la Liga Comunista Revolucionaria y finalmente a Izquierda anticapitalista. Es editor de una interesante revista de izquierda, Viento Sur. El Bloco d’Esquerda tuvo un origen ambivalente, por una parte al troskismo ( a través de los partidos LCI y PSR) y por otra parte al maoismo ( a través del UPD). Hay que señala que éste último fue un importante partido a la izquierda del PC después de la Revolución de los claveles.
El troskismo y el maoismo me parece que fueron dos derivaciones políticas de los movimientos juveniles radicalizados en Europa en los años 60 y 70, cuyo ejemplo más paradigmático fue Mayo del 68. Estos movimientos cuestionaban el llamado socialismo real y también a los Partidos comunistas oficiales, fuera por su carácter estalinista ( Partidos comunista portugués o francés) o reformista ( eurocomunismo del PC Italiano o español). En Italia derivaron en una experiencia interesante que fue la autonomía obrera, que entre otras cosas se hundió por la vinculación, real o supuesta, con el grupo armado Brigadas Rojas. También en Alemania hubo también una derivada que se cristalizó en grupos terroristas como la Fracción del Ejército Rojo.
Los jóvenes radicalizados de Francia, España, Portugal y Grecia se organizaron en grupos maoistas y troskistas. El maoismo fue una de las ilusiones en las que cayeron jóvenes y no tan jóvenes de la izquierda del PC. La revolución cultural de Mao parecía un cambio radical en las formas de pensar, de vivir y de organizarse de una manera alternativa y radical. También la Revolución permanente de Trosky parecía una promesa de este hombre nuevo. En realidad el movimiento de la revolución cultural fue una de las peores versiones del totalitarismo. La desmitificación del maoismo llevó a la disolución práctica de los partidos maoista en Europa. Trosky, por otra parte, fue un revolucionario ruso, polémico, que resultaba muy atractivo para estos jóvenes comunistas disidentes. Sus seguidores fueron en la mayoría de los casos bastante dogmáticos y sectarios. De todas maneras muchos jóvenes se formaron políticamente en los grupos maoistas y troskistas. En el caso español el MC, la ORT y el PC(i) ( luego PT) en el campo maoistas forjaron franjas importantes de luchadores obreros y estudiantiles. En el campo troskista la LCR, la LC, la OT ( luego PORE) y la OCI ( luego POSI) forjaron sobre todo universitarios politizados. La LCR fue la organización que manifestó una concepción menos doctrina y más abierta al resto de la izquierda del PC.
Lo que quedó de todo esto en Francia ( donde la LCR francesa fue siempre el partido troskista europeo de más implantación ) fue un grupo minoritario que acabó en el Nuevo Partido Capitalista (NPA), que en las elecciones del 2008 consiguió con Olivier Besancenot ( uno de los entrevistados) más del 4% de los votos, la candidatura más votada a la izquierda del PSC. En Portugal la LCI y el PSR, los dos partidos troskistas, se fusionaron como he comentado con los maoistas para crear el Bloco d’Esquerda. Lograron en las elecciones del 2009 casi el 10% de los votos.
Die Linke tiene una historia diferente, aparece desde los restos del PCA de Alemania Oriental con un grupo que rompe con la socialdemocracia y con algunos escindido del Partido Verde. Die Linke consiguió en las elecciones del 2009 un 11% de los votos.
En este contexto aparecen las entrevistas de Miguel Romero, todas ellas muy interesantes por la inteligencia de las preguntas y de las respuestas. Las biografías políticas de los entrevistados, que de alguna manera es un ejemplo vio de la propia historia de los partidos, no muestran a izquierdistas, en el sentido negativo de la expresión que acuñó Lenin. Muestra por el contrario a luchadores muy experimentados y muy lúcidos ( en el caso de Ulla de Die Linke y de Francisco del Bloco d’Esquerda) y a jóvenes muy combativos pero también reflexivos ( en el caso de Olivier del NPA) . Al leer hoy el libro recién editado podemos comprobar hasta que punto la situación política de esta izquierda radical europea es muy fluctuante. La mala noticia es que todos estos partidos han perdido votos en las últimas consultas. Die Linke los ha perdido a costa del ascenso del Partido Pirata. Es una opción que me parece poco eficaz y contraproducente. El Bloco los ha perdido a costa de un voto más posibilista hacia Partido Socialista. El NP A tuvo tensiones y dificultades y perdió la hegemonía de la izquierda de los socialistas, que ganó el Frente de la Izquierda, quizás más en la línea del Bloco y de Die Linke.
Yo distingo, como decía a principio, dos vías bastante diferenciadas. La de el Bloco d’Esquerda y Die Linken, por un lado, y la del NPAS por otro. La primera representa el esfuerzo de unificación de la izquierda real, el segundo el del sectarismo ( lo cual no quiere decir que este grupo sea la causa sino más bien el efecto). La primera la lucha institucional para gobernar, la segunda la de utilizar las instituciones como medio de propaganda. El NAP sigue manteniendo una línea insurreccional basada en la mito de la Huelga General. !Cómo si paralizar el país diera lugar a alguna alternativa ! . Se necesitan alternativas de gobierno y construcción de experiencia para avanzar hacia el socialismo. La movilización debe existir como resistencia y como presión peo para apoyar proyectos y p`ropuestas concretas. ¿ Porque la gente, el pueblo, los trabajadores vota a la derecha o a los falsos socialistas ? Esta es la pregunta importante. La respuesta es compleja : tenemos el miedo y la hegemonía de la ideología del capitalismo como factores condicionantes. Pero también hay algo de sentido común : hace falta plantear alternativas consistentes. Hay que convencer a los ciudadanos que la política de la izquierda defiende sus intereses y lo hace de forma realista, como dice el Bloco. Poca gente quiere asomarse al abismo, sumirse en el caos por la promesa de un sociedad mejor. Esta es, me parece, la cuestión. Solo así construiremos la hegemonía de la que hablan el Bloco y Miguel Romero. La mejor noticia en la coynutura actual es el más del 15 % Coalición de la Izquierda Radical ( Syrita) con una perspectiva de aumento de votos o incluso de ganar las elecciones. También aquí vemos una cierta tensión entre la propuesta antiliberal de Syrita) y la más abiertamente capitalista de Antarsyta en Grecia. Como medida inmediata la primera plantea renegociar la deuda y la segunda salir de la Europa del euro y plantear un gobierno de trabajadores que se enfrente directamente a los poderes capitalistas en el país y en Europa.
Miguel Romero no estará de acuerdo consigue que sea un buen material para la reflexión sobre la izquierda europea que tenemos y que queremos. Sobre todo deberíamos aprender más de la experiencia de Portugal y de Alemania que de la de Francia. Llevamos muchas décadas de sectarismo y arrogancia por parte de la izquierda y deberíamos centrarnos en las prácticas que pueden unirnos como proyecto alternativo al neoliberalismo. Palabras como anticapitalista o revolución son solo esto, palabras. Son las propuestas concretas y las prácticas , la capacidad de autocrítica las que deberían unir a la izquierda en un horizonte común que podemos llamar el socialismo. Lo que esta palabra quiere decir es justamente lo que hemos de construir entre todos los ciudadanos en un proyecto común, que solo puede ser hoy sobre la base de un frente antiliberal.
Conversaciones con la izquierda anticapitalista europea
Entrevistas de Migue Romero con Olivier Besancerot (NPA), Ulla Jelpke (Die Linke) y Francisco Louça ( Bloco de Esquerda)
Madrid : La Oveja Roja, 2012 ( Colección Los libros de Viento Sur)
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