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No necesitamos licencias, necesitamos sindicatos

La muerte de la cultura libre

Fuentes: ¿Por qué Marx no habló de copyright?

Este texto aparecerá en el próximo número de julio de Madrid15M. En la II Universidad Popular de Verano del la Cebada organizada por el colectivo C4C tuvimos que hacer un triste anuncio: la cultura libre ha muerto. Entendíamos por cultura libre un movimiento que pretendía huir del paradigma de «todos los derechos reservados» en los […]

Este texto aparecerá en el próximo número de julio de Madrid15M.

En la II Universidad Popular de Verano del la Cebada organizada por el colectivo C4C tuvimos que hacer un triste anuncio: la cultura libre ha muerto. Entendíamos por cultura libre un movimiento que pretendía huir del paradigma de «todos los derechos reservados» en los productos culturales, crear sus propios canales de difusión y generar sus propìas instituciones y cooperativas, al margen del voraz entramado industria-entidades de gestión. Pero el fracaso ha sido absoluto, sin paliativos.

Las licencias libres, utilizadas como un logo en webs y blogs sin demasiada reflexión sobre qué implican en realidad, posibilitan la precariedad de cada vez más freelances: ¿quién va a pagar por fotos o audiovisuales de movilizaciones y actos si hay abundante material libre que permite no tener que pagar por él? Los medios y canales como Youtube y Flickr celebran la cultura libre, pero no los periodistas y creadores que intentan vivir de su trabajo. Meterse con la SGAE y las y los músicos era fácil, y el mantra de «los músicos que vivan del directo» muy celebrado. Pero… ¿cuál es ese «directo» para escritores, fotógrafos, periodistas etc.? El propio Juan Gómez-Jurado, escritor que afirmaba en el 2011 que la piratería no existe ahora implora que no le pirateen sus libros. Muy divertido.

En el 2004 Mercé Molist anunciaba «han violado mi licencia copyleft: ¿y ahora qué?» Un artículo escrito por ella, bajo una licencia copyleft, que había sido cortado y pegado tal cual por la agencia Servimedia y vendido a sus clientes (El Mundo y ABC entre otros) como elaborado por la propia agencia. Diez años después casos como el de Jaime Alekoso muchos otros periodistas demuestran que seguimos en las mismas: ante los abusos de los medios sólo queda la denuncia pública y pagarse un abogado experto en propiedad intelectual.

La cultura libre surge, al igual que el software libre, en los EEUU. Las licencias Creative Commons y la filosofía del copyleft fueron el resultado del primer movimiento social generado en torno a la propiedad intelectual. El software libre goza de buena salud, pero la cultura libre no. El tratar los productos culturales o las noticias como si fuera software ha resultado desastroso. Las diferencias entre código y libros, canciones y películas son cada vez más evidentes, pero se sigue insistiendo en que el uso de las Creative Commons, por si solas, van a acabar con la precariedad y con los abusos de la industria. No necesitamos licencias, necesitamos sindicatos. ¿Nos ponemos a ello?

Fuente: http://marxcopyright.wordpress.com/2014/07/16/la-muerte-de-la-cultura-libre-no-necesitamos-licencias-necesitamos-sindicatos/