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Carta al Director de "Punto Final"

La condescendencia de Don Guillermo (Teillier)

Fuentes: Punto Final

Señor director: Me permito una reflexión a propósito de su artículo sobre las palabras de Teillier («Pasas para la memoria», PF 813: www.rebelion.org/noticia.php?id=189777&titular=pasas-para-la-memoria-). Sin duda que estamos delante de una condescendencia histórica que sólo puede explicarse por los compromisos electorales y programáticos de gobierno que el PC suscribió con la Concertación, hoy Nueva Mayoría. Se […]

Señor director:

Me permito una reflexión a propósito de su artículo sobre las palabras de Teillier («Pasas para la memoria», PF 813: www.rebelion.org/noticia.php?id=189777&titular=pasas-para-la-memoria-). Sin duda que estamos delante de una condescendencia histórica que sólo puede explicarse por los compromisos electorales y programáticos de gobierno que el PC suscribió con la Concertación, hoy Nueva Mayoría. Se trata, por tanto, de un relato de ocasión justificado por esos acuerdos, y, en tal sentido, es algo lógico que no debería sorprender.

Que así sea, sin embargo, no inhibe que las palabras de Teillier hubiesen estado acompañadas también de más de alguna indicación crítica sobre el rol de la DC y Frei Montalva en los años 60 y 70. No creo que tales reparos hubiesen provocado escándalo, y es lo que esperaría cualquier militante o simpatizante comunista o de la Izquierda. Pero no fue así. Y ello tal vez porque en la mente del dirigente comunista prime más la condescendencia que el reconocimiento de los hechos. ¿Tan feble es la «unidad» de la NM que se tiene que tratar con algodones el pasado político del país? ¿O tan entregado se haya el PC al gobierno actual, que no cabe en él posibilidad alguna de contraste con sus «aliados»? Pareciera que sí.

Es cierto que los cambios que el país reclama demandan de acuerdos básicos entre las fuerzas que están por ellos y, en tal sentido, las alternativas de encuentro entre la DC y organizaciones de Izquierda son cruciales. Pero no es menos cierto que los arreglos unitarios no pueden ser cualquiera, ni tampoco determinados por la sola lógica del imperio neoliberal que desde décadas padecemos. En este sentido, bien podría preguntarse Teillier si la DC actual es la DC de hace 50 años; si las perspectivas de cambio de hoy responden al sentido transformador de inicios de los 60 y, sobre todo, si las posibilidades de acercamiento con la DC actual se dan con una Izquierda y un PC poseedores de una política emancipadora más clara y coherente, como tal vez en los 60. Supongo que es sobre esto último que debería pensar el PC, si quiere realmente hacer unidad efectiva, y no andar omitiendo cosas para que no se enoje el vecino. Bien sabemos que una relación que se da a base de la vista gorda tiene muy pocas posibilidades de prosperar, a no ser que la hipocresía nos haga soportar lo insoportable.

El autor es Editor de www.izquierdas.cl (Universiad de Santiago – USACH)