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España

«Podemos», predicar y dar trigo

Fuentes: Rebelión

Ya sabemos que cuando a la democracia se le rasca un poco brota humo, es decir, nada, un sistema de dominio sofisticado. Pero a veces la farsa clama al cielo o al menos te hace más mella su falta de sentido. Sí, el menos malo de los sistemas pero también el más ilógico y ridículo. […]

Ya sabemos que cuando a la democracia se le rasca un poco brota humo, es decir, nada, un sistema de dominio sofisticado. Pero a veces la farsa clama al cielo o al menos te hace más mella su falta de sentido. Sí, el menos malo de los sistemas pero también el más ilógico y ridículo. Conozco con seguridad dos actividades para las que no hace falta conocimiento alguno: la de político y la de elector. Por el momento, nada se exige para ejercerlas. Uno puede no distinguir un cigarro de un rascacielos y sin embargo tiene derecho de voto y puede estar en el Congreso. De un tiempo a esta parte ha aparecido el partido Podemos que es como el Cid Campeador, está ganando batallas muerto y sin bajarse del caballo. Pero, desde mi posición, por ahora, como activista teórico radical y solitario de una izquierda acaso personal e intransferible, me pregunto: ¿sabemos exactamente el significado histórico profundo de Podemos?

¿Qué clase de partido es ése? Y, sobre todo, ¿qué clase de electores tiene? Un partido no muerto o putrefacto sino lleno de vida, me puede decir alguien o me pueden argumentar muchos. ¿Seguro? Desde luego, Pablo Iglesias y otros de sus dirigentes se han defendido muy bien de los ataques de la derecha liberal-conservadora y de la ultraderecha que eso es lo que hay en España con PSOE y PP pero tener buenos argumentos en la cabeza y capacidad de expresión así como reflejos dialécticos no es suficiente para gobernar un país situado en el centro de los intereses más directos de las grandes estructuras de poder.

A mis familiares, conocidos y alumnos les ha dado por preguntarme qué opino de Podemos. Pues opino, con el corazón, que me ilusiona que esté ahí porque sólo con existir y salir airoso en los sondeos está «gobernando». Al PP le brota la vena de odio franquista que lleva dentro, el PSOE aparenta que es de izquierdas al tiempo que mira de reojo al propio PP para darle la mano porque viene el lobo; y los oportunistas de IU-Partido Comunista -que son los que tenían que estar desempeñando desde hace bastantes años el papel que ahora ejerce Podemos en lugar de chupar del sistema- se han buscado a un joven para dirigir la coalición al tiempo que un lamentable Cayo Lara se ha ido lloriqueando a su casa.

Sentado esto, y ya dejando a un lado las emociones y tratando de usar sobre todo la razón, ¿qué es Podemos y qué electores tiene? Podemos es la lógica reacción contra una dictadura de mercado vestida de democracia y sus electores representan el voto golondrina del encabronamiento. Podemos es una fuerza interesante y digna de un detenido estudio pero todavía lo son más sus potenciales votantes.

O sea, que sin saber exactamente -creo yo- lo que significa votar a Podemos el personal va a votar a Podemos. O sea, que con tal de no seguir viendo a la casta -sí, casta o grupo de gente que vive hacia dentro- que se ha podrido, una buena parte de los ciudadanos va a votar a Podemos. O sea, que sin haber elaborado Podemos su programa electoral, ni su alternativa para Cataluña ni para Euskadi, un buen número de catalanes y vascos van a votar a Podemos. Pero, ¿esto qué es?, ¿una democracia o el festival de eurovisión?

¿Han asimilado esos electores lo que hay detrás de una papeleta a favor de Podemos? Podemos significa -en mi opinión- un cambio sustancial y de raíz en España y en el mundo. ¿Tienen sus votantes lo que hay que tener para afrontar eso y desafiar de verdad al poder actual? Claro que Podemos parece que está oliendo realidad, parece que se está dando cuenta de que ya no va a estar solamente en un plató de 13 TV o de La Sexta o de Hispan TV y se está tentando la ropa. También para Podemos ha llegado la prueba del algodón. Y cuando te topas con la realidad y debes pasar de pregonar a dar trigo suele suceder siempre lo mismo: o te haces socialdemócrata -como mucho- o te hacen. Lo otro, la revolución, exige mojarse el trasero. ¿Cuántos de esos votantes están dispuestos a tan molesta pero necesaria actividad?

Lo de Podemos es una carrera de fondo con múltiples obstáculos si es que se mantiene fiel a sus principios, he ahí la prueba del algodón. Los obstáculos no van a ser un juego como los que estamos acostumbrados a ver en esto que llamamos democracia. Si El País, El Mundo, Abc y La Razón, así como sus emisoras de radio, sus televisiones y demás voceros de las tertulias, se unen en una muy similar línea editorial contra Podemos, es que le están enviando un aviso importante: o entras por el aro o te aplastamos, ahora con la palabra, mañana, ya veremos.

Puede que yo esté desinformado pero no observo que Podemos le diga esto con claridad a sus electores y debería decírselo, romper el bipartidismo es también romper el sistema y cuando la prensa está afirmando estos días que en Suecia han llegado a un acuerdo los partidos para frenar «el populismo» debe leerse para defender al sistema que, aunque se recupere coyunturalmente, está moribundo y precisa más que nunca de la propaganda periodística.

¿Son conscientes los militantes y votantes de Podemos de que en la Historia nadie regala nada? ¿Sí? Adelante. ¿No? Entonces, Podemos será una mera ilusión hecha del mismo material con el que se fabrican los sueños.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.