A la crisis sanitaria y hospitalaria por la endemia, se sumó el colapso del sistema funerario, problema que no han sabido solucionar ni el incapaz gobierno nacional ni la administración provincial y local, todos ellos en manos de gobiernos neoliberales, que no han comprendido que la tragedia debe entenderse como un tema de salud pública.
Los casos de coronavirus se multiplican sin pausa en Ecuador, donde el gobierno no logra detener una crisis que se desborda, especialmente en Guayaquil, donde han muerto 52 de los 79 fallecidos por el virus en todo el país, aunque sospechan que otras 67 muertes puedan estar relacionados con la enfermedad
… Y los cadáveres se acumulan en las calles.
Ecuador está bajo toque de queda, quince horas al día, mientras el sistema hospitalario ya está colapsado. Con 3.600.000 habitantes, Guayas acumula 1.615 de los 2.302 casos de coronavirus en Ecuador, la mayor parte de ellos, 1.116 concentrados en la capital provincial.
Guayaquil, la portuaria capital, es el indiscutible foco de la epidemia con el 70% de los casos… y de los muertos. Las escenas en las calles son distópicas, con hospitales rebasados en su capacidad, así como cadáveres en las calles, esperando días, para ser recogidos o ser, incluso, quemados en la vía pública.
A la crisis sanitaria y hospitalaria por la endemia, se sumó el colapso del sistema funerario, problema que no han sabido solucionar ni el incapaz gobierno nacional ni la administración provincial y local, todos ellos en manos de gobiernos neoliberales, que no han comprendido que la tragedia debe entenderse como un tema de salud pública.
Tiene que ver con políticas de Estado y del interés real de los gobiernos en la salud de su población. Los sanitaristas señalan que se le ha dado demasiada importancia a los hospitales y no se ha trabajado a nivel comunitario. Y desde los medios oficiales quieren echar la culpa del colapso al gobierno anterior, del progresista presidente Rafael Correa.
En las comunidades populares se está produciendo una verdadera y profunda crisis humanitaria, denunció Paúl Murillo, del Comité Permanente de los Derechos Humanos: el gobierno nunca pensó en planes de contingencia que garanticen, al menos, la seguridad alimentaria en los barrios periféricos y marginales
El comandante de la Armada, Darwin Jarrín, quien asumió el 30 de marzo la coordinación militar y policial para la provincia del Guayas, garantizó que antes de fin de semana estarán enterrados todos los fallecidos en Guayaquil. Más de 300 cadáveres fueron recogidos en distintos domicilios por la policía ecuatoriana, según informa el diario El Comercio, obviamengte no todos muertos por el coronavirus.
La crisis ha enfrentado a la alcaldesa neoliberal de Guayaquil con sus aliados del gobierno nacional. Cyntia Viteri, quien se encuentra en cuarentena por haberse infectado con el coronavirus, preguntó ¿Qué pasa con nuestros enfermos? Las familias deambulan por toda la ciudad tocando puertas para que los reciba un hospital público, donde ya no hay camas», dijo.
El gobierno municipal quiso enterrar a los muertos en una fosa común, pero la idea fue desechada por Jorge Wated, quien está al frente de la fuerza de tarea designada por el presidente Lenín Moreno para sepultar los cadáveres.
Conseguir un entierro digno se ha convertido en una quimera en la Guayaquil, donde los servicios sanitarios y funerarios han colapsado ante la rápida propagación del coronavirus y pese a los intentos del Gobierno para agilizar la recogida de cadáveres.
La sensación de muerte se ha expandido particularmente por aquellos lugares donde los familiares han preferido sacar a la calle a sus seres queridos fallecidos, dentro y fuera de ataúdes, antes que mantenerlos en casa a la espera de una funeraria.
“Lamentablemente, expertos médicos nos han dicho y estiman que fallecidos en estos meses llegarán entre 2.500 a 3.500 por Covid -19 solo en Guayas”, anunció Wated.
“Somos testigos del inhumano padecimiento de familiares de personas, especialmente de escasos recursos, que fallecen durante la emergencia sanitaria, resultado de las falencias de todo orden del sistema de salud pública”, dice la Alianza de una docena de Organizaciones de Derechos Humanos, que pidió al Estado preservar los mínimos parámetros de necroética en la actual pandemia.
“Colegas presidentes, no nos hagamos eco de las noticias falsas que tienen clara intencionalidad política. ¡Todos estamos haciendo esfuerzos en la lucha contra el covid-19! La humanidad nos necesita unidos”, publicó el presidente Lenín Moreno.
Aunque no lo menciona directamente, todo parece indicar que Moreno hizo referencia a las publicaciones efectuadas por Nayib Bukele, presidente de El Salvador, quien puso como ejemplo a los efectos que ha causado la pandemia del coronavirus en Ecuador.
“Después de ver lo que está pasando en Ecuador, creo que nos quedamos cortos en el cálculo de lo que este virus hará. No fuimos alarmistas, sino que pecamos de conservadores. Cualquiera que dude, ponga ‘Ecuador’ en el buscador de Twitter y seleccione videos”, escribió Bukele.
Mientras, las funerarias siguen colapsadas; los cementerios no tienen capacidad de recibir tanta gente a tanta velocidad; la gente no puede salir de sus casas a hacer los trámites para enterrar a sus fallecidos; el número de muertos crece entre los diagnosticados con COVID-19 y la gente sospechosa de haber muerto de covid a la que no se le hizo una prueba: Todo esto genera un cuello de botella, señaló Wated..
Es difícil pensar que por más rápido que actúen las autoridades en estas horas, alguien olvide en Guayaquil estos últimos días de espanto.
Eloy Osvaldo Proaño: Analista e investigador ecuatoriano, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)