La banca aumentó su activo y patrimonio en un 6% y 11% respectivamente durante la pandemia en Ecuador.
Entre enero y agosto de 2020, durante la emergencia sanitaria -provocada más que por la epidemia por los recortes del presidente Moreno al sector de la salud y el pago de la deuda externa-, la banca (un total de 24 bancos) aumentó su activo y patrimonio en un 6% y 11% respectivamente. Si bien existen variaciones entre entidades, los 4 principales bancos (ver tabla 1-2) muestran esta tendencia de crecimiento. En un periodo plagado por despidos y por la pérdida de recursos económicos para la mayoría de la población ecuatoriana se observa que la banca no pierde. No obstante, ¿por qué entonces la liberalización de las tasas de interés? ¿Por qué el escaso y casi nulo apoyo crediticio a la MIPYMES para la reactivación de sus actividades? Porque la banca no solo no debe perder, debe ganar cada vez más y el récord de utilidades en 2019 (USD 616 millones) debe superarse y ni la pandemia ni la vida de los habitantes del país deben impedirlo. Lamentablemente, con un gobierno y todas sus instituciones subordinadas a a la banca va a realizar todo lo que esté a su alcance para lograrlo.
En efecto, el oficio (JPRMF-2020-0351-O) promulgado por la Junta de Política y Regulación Monetaria y Financiera del 22 de septiembre del 2020 puso en alerta la liberalización de las regulaciones sobre las tasas de interés de los créditos bancarios. Sin embargo no tardaron en apagar el incendio, en articulación con los grupos económicos de la comunicación, indicando que no se trata de ninguna liberalización, ni ningún aumento de las tasas sino que “el Banco Central del Ecuador desarrollará durante los próximos cinco meses una nueva metodología, y entonces, se determinarán las nuevas tasas de interés activas máximas.”[1] Una forma de suavizar la intención de liberalizar, así como las palabras “concesión” y “monetización” tratan de matizar la privatización de los activos del Estado. De esa manera, la búsqueda no solo de sostener sino aumentar las ganancias de la banca encuentra eco en la Junta.
Una Junta conformada por nueve integrantes, entre ellos por Martínez ex ministro de economía y ex presidente del Comité Empresarial Ecuatoriano, así mismo Ruth Arregui a quien Trujillo impuso como Superintendenta de Bancos[2] y quién en lugar de velar por los intereses de los usuarios de los bancos se encuentra tratando de ampliar su negocio bajo el paraguas de “Inclusión financiera”. Y también por Artola quién se encuentra desde el principio de la gestión del presidente Moreno como titular del Banco Central. En efecto, estuvo presente cuando se eliminaron los mecanismos de financiamiento interno al país por parte del Banco Central en la Ley de Fomento Productivo (2018) y con la premisa de la autonomía del Estado de esta institución, más no de los grupos de poder financiero, una situación que fue rechazada en la no aprobada Ley de Crecimiento Económico, pero que nuevamente lo intentarán. Esos mismos que ahora exigen que sus ganancias no sean tocadas, por lo cual van a buscar a toda costa que las tasas sean liberalizadas con la excusa de “nueva metodología”. Ambos actos a los que la ciudadanía debe oponerse para recuperar el bienestar de las grandes mayorías.[3]
Por ello, la manera en que los grupos económicos de la comunicación han situado al IVA y otras medidas tributarias como las principales regresiones trata de ocultar el verdadero objetivo de estos últimos meses de gobierno de la élite empresarial, se trata de la autonomía del Banco Central y las privatizaciones. Desde esa perspectiva se desea que el Banco Central con su “autonomía” destine los recursos de las privatizaciones para el pago de deuda externa y, además, de los arbitrajes internacionales perdidos por el Ecuador ante las multinacionales. Eso explica la aprobación de la Ley de Ordenamiento de las Finanzas Públicas para que esta acción tenga lugar.
Finalmente, que el Banco Central sea “autónomo” también beneficia a la banca, pues se retorna sin velos (gobierno actual) a aquellos tiempos en el que los banqueros dominaban esta institución y después, cual puerta giratoria, retornaban a sus bancos a disfrutar de las acciones implementadas para su exclusivo beneficio o a organismos multilaterales que en operaciones de deuda extraían los recursos del país, mientras ellos se beneficiaban de posiciones en estos organismos (situación detectada durante el neoliberalismo y limitada por la Constitución del Ecuador de 2008. Sería necesario observar si esta será una más de los actos permitidos por la Corte Constitucional, considerando la sombra de Trujillo en esta institución) y después se convierten en los apologistas del neoliberalismo en los grupos económicos de la comunicación.
Tabla 1. Indicadores de bancos en el país enero-agosto 2019 –en millones USD-.
Fuente: ASOBANCA
Elaboración: Propia
Tabla 2. Indicadores de bancos en el país enero-agosto 2020 –en millones USD-.
Fuente: ASOBANCA – Elaboración propia
Notas:
[1] https://www.elcomercio.com/actualidad/asobanca-tasas-interes-redes-sociales.html.
[2] https://dolarizacion.ec/2019/03/20/super-de-bancos-cpccs-interpreta-su-propia-norma-como-no-escrita-para-imponer-a-ruth-arregui-ya-rechazada-dos-veces/
[3] Para un análisis detallado de cómo recuperar las herramientas del Banco Central ver: https://coyunturauceiie.org/2020/03/31/urge-devolver-la-capacidad-de-la-creacion-monetaria-a-la-sociedad-ecuatoriana-para-hacer-frente-a-la-emergencia-actual/