El conocido proceso de ordenamiento monetario y cambiario ha derivado en resultados y consecuencias no favorables que ameritan un nuevo ordenamiento. Algunas sugerencias.
Desde mucho antes de arrancar el proceso de erradicación de la doble circulación monetaria y cambiaria se alertó que los problemas estructurales de la economía se encontraban pendientes de resolver. En mayor o menor medida, aún se manifiestan en la actualidad.
También se advirtió que el proceso causó una devaluación, con impacto en los salarios y balances de las empresas, entre otros problemas. De hecho, trascendió a los precios minoristas y salarios, en cuya evolución el tipo de cambio constituye un elemento importante y por los cuales la unificación monetaria y cambiaria se vincula con la población.
La no correspondencia entre el CUC (moneda divisa vigente hasta iniciado el proceso de unificación monetaria) y las monedas extranjeras, desde entonces comenzó un proceso inflacionario con incremento de precios en las tiendas en CUC y en los mercados de libre oferta y demanda en CUP.
Era necesario prepararse, crear condiciones previas, como fondos de reservas financieras en divisa para importar alimentos e insumos para la producción y servicios, con vista al incremento de la oferta, desatar nudos que impiden el desarrollo de las fuerzas productivas. Hacer la aproximación sucesiva de ambas monedas, hasta lograr su convergencia.
Teniendo presente la estructura de la economía cubana –en la cual ocupa un lugar importante la empresa estatal -, lo más favorable era iniciar el proceso por el sector empresarial y no por diversas variables al unísono.
Todo ello hubiera conducido a una devaluación gradual del CUP, de acuerdo a una tasa de cambio técnico-económicamente fundamentada, que no sería inamovible comenzando por el sector empresarial, acompañada de costos y beneficios.
Es justo reconocer que este proceso coincidió con la pandemia de covid y el recrudecimiento del bloqueo económico-comercial-financiero de Estados Unidos, lo cual no favoreció en modo alguno su transcurso.
Hasta el presente ¿Cuáles han sido las consecuencias?
Aquellos que concentraron dinero, tanto en CUC como en CUP y no necesariamente depositados en el banco, sino en efectivo, acudieron a comprar de inmediato bienes duraderos e invertir en diversos negocios, entre otros.
De igual forma se acrecentó el espacio en el mercado informal para la compra de moneda dura (USD, euros y otras). Por otro lado el incremento salarial y pensiones, se produjo de acuerdo a un presupuesto de gastos según una canasta de productos del consumidor, sobre la base de los precios calculados, y una tasa de cambio señalada, sin tener presente el proceso devaluativo súbito de la moneda nacional.
Antes de iniciar 2021, se anunció la aplicación de la tasa de cambio 24 pesos cubanos por CUC, lo que sin duda elevó los costos. Por otro lado el incremento de salarios y pensiones a la vez aumentó la demanda, en una economía ya limitada por la oferta y ninguna respuesta solida de incrementos de producción y servicios. Unido a la existencia de una elevada masa de dinero circulante, contribuyó al actual escenario inflacionario.
Los grandes tenientes, a la vez concentradores de CUP Y CUC, fuera del sistema bancario, perduraron e inclusive fue prolongado el periodo de aceptación en la circulación del CUC (periodo de gracia inicio finales de 2021 y extensivo a 2022). Lo cual se manifestó como presión en el sistema financiero doméstico.
El crecimiento de los precios se anticipó e inicio un periodo inflacionario galopante hasta nuestros días, sin aumento manifiesto de la producción, ni disponer de una reserva financiera adecuada para afrontar tal decisión.
Adicionalmente la prohibición oficial de depósitos en USD, en las tarjetas magnéticas para compras en tiendas en MLC (moneda libremente convertible) favoreció el incremento en el mercado informal de la tasas de cambio, vía CUP, respecto a las divisas admitidas oficialmente.
La tasa de cambio en el mercado informal, cada vez más creciente de forma galopante (se mueve entre 107-110 CUP por USD físico); en el caso del Euro (u otra divisa aceptada como depósito bancario), suele ser superior, y más elevada aún, de efectuarse por transferencia directa vía tarjeta bancaria magnética.
El reciente anuncio de venta de USD, a las nuevas formas empresariales, a saber, micro pequeñas y medianas empresas (mpymes), cooperativas no agropecuarias (cna) y otros actores económicos privados a una tasa inferior a la del mercado informal motivó en dicho mercado una reducción de la misma, lo que fue considerado como un efecto especulativo.
En resumen se manifiestan varios resultados: aumento de los costos de producción y servicios, así como de la demanda, déficit de oferta e incremento del déficit fiscal, lo cual indujo a una mayor emisión de dinero.
Todo esto se expresa en el exceso de circulante, fluctuación sobre la evolución macroeconómica, no precisión sobre la actuación pública respecto a la inflación, falta de claridad y decisiones sistémicas oportunas sobre las transformaciones, particularmente en el sector agropecuario (producción de alimentos y agroindustria de la caña de azúcar).
La situación económica resulta compleja, años atrás el desempeño de la empresa estatal en sentido general, mostraba una mayor participación y peso en la producción, no así en la producción de alimentos, donde cerca del 78 % se genera en el sector no estatal. No obstante en otros sectores productivos presenta mayor concurrencia y sin duda puede tener un mejor desempeño en la participación en el mercado y atenuar el crecimiento de precios, lo cual no ha logrado.
El movimiento hacia arriba de la tasa de cambio en el mercado informal se añade como otro obstáculo.
Todo este proceso ha propiciado incrementos de la actividad marginal, por parte de determinados segmentos poblacionales, los cuales han encontrado una vía cómoda, para la especulación, forma fácil de obtención de elevados ingresos, mucho más atractivo a los obtenidos por medio del trabajo remunerado.
Por otro lado se presenta un movimiento, en particular de fuerza laboral de elevada calificación (docencia nivel superior, técnicos altamente calificados), hacia nuevas formas y actividades económicas recién creadas, las cuales suelen ser más atractivas respecto al monto de ingresos a lograr.
En no pocas ocasiones suele desaprovecharse conocimientos, nivel de calificación; logrado por varios años de formación que encierra un importante nivel de conocimiento acumulado en el tiempo. Esta situación puede derivar en afectación sobre la formación de futuras generaciones y desaprovechamiento de capacidad, conocimiento intelectual y tecnológico, resultante de varios años de estudios superiores.
Algunas sugerencias para un nuevo ordenamiento
–A la empresa estatal y su presencia en las redes distributivas y comercializadoras le corresponde buscar un equilibrio. Para ello en primer orden se debe incrementar la producción de alimentos, acudiendo a sus potencialidades y reservas productivas.
–En dichas empresas es necesario efectuar un análisis profundo de las vías de obtención de las ganancias y posterior distribución, en busca de propiciar mayor aporte fiscal al presupuesto, reducir el déficit fiscal, en consulta con los trabajadores.
–Un punto neurálgico lo constituye el necesario incremento de oferta de la producción nacional de alimentos, que para lograrlo hay que facilitar y destrabar los nudos burocráticos que frenan la entrega de las tierras ociosas en condiciones de usufructo.
–A la vez, identificar el problema principal, el cual consiste en la no realización de la propiedad, que no ofrece estabilidad y sentido de pertenecía al productor y su familia, para lograr su permanencia. Resolver este tema debe ir acompañado de la búsqueda de mejores condiciones de vida (entiéndase: luz eléctrica, telefonía, agua potable, viales, transportación rural, entre otras), que conduzca a disminuir sustancialmente la migración desde las zona rurales a las urbanas.
–Ante las grandes limitaciones para la adquisición de insumos importados, para la agricultura, a la vez en búsqueda de la sostenibilidad y armonía con la naturaleza, desarrollar a plenitud la agricultura agroecológica, no como algo transitorio, sino como alternativita totalmente viable, para establecerla definitivamente.
–Identificar los encadenamientos productivos-valor, hasta las cadenas globales de valor externas (descentralización del comercio exterior), con la participación de los productores directos e inversionistas foráneos
–Autorizar a las empresas comerciales extranjeras a la venta en el territorio nacional, estableciendo la consignación de productos, y retorno financiero de los gastos incurridos por ellas. Las mismas cumplirán con las obligaciones financieras correspondientes acordadas.
–Sin duda acelerar las transformaciones económico-productivas, descentralizar y empoderar a los gobiernos municipales y productores hacia un nuevo modelo de gestión económico-productivo hasta los niveles superiores de organización.
–Desarrollar un fuerte proceso de capacitación, con el apoyo de Universidades, Centros de Investigación, la Asociación Nacional de Economistas (anec) y la Asociación nacional de agricultores pequeños (anap).
–Simplificar y reducir las estructuras administrativas particularmente ministeriales, de acuerdo con los niveles de descentralización señalados, para lograr con ello disminución de gastos al Presupuesto de la nación y reducción del déficit fiscal.
–Valorar la emisión y ventas de bonos a empresas, cooperativas, pymes y población a corto, mediano y largo plazo, con vista a la disminución de circulante.
–Todo incremento de salario y distribución de ganancia, debe estar respaldado por incremento de la oferta. Para ello se realizarán los estudios e investigaciones requeridas.
–Establecer de acuerdo a las posibilidades financieras, el mercado cambiario, ventas en divisas a las empresas, cooperativas, sector privado, pequeñas y medianas empresas. Valorar a la luz de la situación actual, la aceptación del USD, en las operaciones de compra y depósitos bancarios
–Finalmente, sería oportuno crear un grupo interdisciplinario (no numeroso), de especialistas, estudiosos del tema financiero-monetario, economistas, académicos, que elaboren con urgencia un cronograma de trabajo, con la mayor transparencia hacia la población, para hacerla participe activa de las medidas a tomar.
–De lo anterior se derivarán grupos de estudios específicos que tributarán resultados al grupo interdisciplinario, no solo del ¿qué? sino del ¿cómo? hacerlo.
Armando Nova, economista. Centro de Investigaciones de la Economía Internacional. Universidad de La Habana.
Fuente: https://www.ipscuba.net/espacios/el-ordenamiento-en-cuba-necesita-un-reordenamiento/