Apenas a un día o ya en el aniversario 70 del Asalto al Cuartel Moncada, los debates televisados de la Asamblea Nacional del Poder Popular (parlamento) movilizaron y siguen movilizando a la voz ciudadana a través de las redes sociales, ya pasado el mediados de julio en que dichas discusiones tuvieron lugar.
No precisamente para halagos la voz popular se pronuncia, a juzgar por lo que se observa, aunque por lo pronto se carece de sondeos de opinión que permitan una apreciación mínimamente objetiva. Y dudar que aparezcan, dada su proverbial ausencia de la esfera pública criolla, en uno de tantos ejercicios censores sin debida justificación.
Un logro: los debates parlamentarios se transmitieron en vivo de inicio a fin, para así dar la oportunidad a los electores de apreciar en toda su riqueza tanto las posiciones gubernamentales como las de los diputados, y de paso honrar a varios preceptos constitucionales, que ojalá se sigan honrando.
También la prensa publicó las intervenciones de altos funcionarios, o éstas fueron compartidas en las redes sociales por el pueblo, para así producirse una eclosión de la voz ciudadana, en la que destacan severas críticas a la gestión de gobierno.
Cuba sufre, y mucho, al menos con indicios de pasar hambre, tanto por el severo impacto de las medidas coercitivas unilaterales de Estados Unidos, como por temas de modelo y políticas en Economía, más una crisis de inserción, todos objeto de ásperos debates sobre la gravedad de cuanto acontece, a lo cual se suman déficits en la generación de energía y el suministro de agua, los cuales «campean por sus respetos» a lo largo y ancho del Archipiélago. La «lista de crisis» no se agota con estos ejemplos, dicho de paso.
Datos a la mano: de una producción de proteína animal prevista en 5 kg mensuales per cápita, en mayo del 2023, sólo se alcanzaron 347 gramos por habitante. Por principal causa se menciona a la falta de alimento animal, pero en ello destaca el elevado porciento de tierras ociosas o de bajos rendimientos, así como el decrecimiento de la masa ganadera a niveles sin precedentes. Al mismo tiempo, una importación de alimentos que representaría el 80% del consumo, incluyendo el total de lo que se nombra canasta básica, vendida a precios subsidiados y bien por debajo de los requerimientos nutricionales.
Ejemplos a la mano: se distribuyen por esa canasta básica sólo 5 huevos percápita cada mes, a precios subsidiados. La treintena de huevos se vende libremente en La Habana, en mercados legales o no, a más o menos ¡la mitad! del salario medio mensual más reciente reportado…y el precio asciende. Se padece de escasez de frijoles; otros productos tampoco aparecen en el mercado, mientras que el comercio digital de alimentos «va por la estratósfera», incluyendo plataformas de reconocida legalidad como Katapulk.
Súmese a lo anterior la caída del Índice de Desarrollo Humano desde un lugar 51 en 2007 a un 83 en 2022; incremento de la desigualdad social hasta un presunto Índice de Gini de más de 45% – al parecer inédito, pero más que preocupante -; inflación muy elevada, ya presumiblemente en hiperinflación tras el fracaso estrepitoso de la unificación monetaria y cambiaria realizada en 2021; reducción del salario real a niveles que estarían por debajo de ¡1989!; apenas recuperación del Producto Interno Bruto, e incumplimiento de lo planificado; crisis de la deuda; deterioro de importantes indicadores sociales; emigración ya amenazando el balance de recursos laborales para el 2030, más el envejecimiento poblacional y la caída de la natalidad. Y continúa el «inventario»…
Por si fuera poco, un incremento del delito, sobre el cual se carece de estadísticas oficiales integrales, pero cuyos números parciales son bien inquietantes. Baste señalar que el hurto y sacrificio ilegal de ganado mayor (abigeato) se elevó a 44 318 cabezas, mientras que en igual período del 2022 ascendió a 23 651, año en que el abigeato totalizó 82 445 sacrificios ilícitos de reses y caballos, según Cubadebate. Vaya este indicio: se recibieron 18 671 procesos penales concluidos ( 3093 más que en igual período), pero por ningún lado aparece cuántos delitos se denunciaron y cuántos se esclarecieron. No obstante la palpable insuficiencia informativa, la percepción general es la de un serio incremento de la delicuencia. Botón de muestra: en lo que va de año, este periodista ha conocido de más de veinte hechos delictivos que involucran a personas cercanas, algo sin precedentes en sus años de vida.
EL PARLAMENTO
La primera sesión parlamentaria de la X legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular, se distinguió por ofrecer datos sobre la situación nacional, aún así insuficientes y sin posibilidad de un amplio contraste mediante la Oficina Nacional de Estadísticas e Información, que lleva meses «enredada» en la actualización de su sitio web. Así, diputados y ciudadanos sufren un parcial «apagón estadístico», más allá de las «tradicionales» falencias de la mencionada oficina.
Por otra parte, y en un escenario de «imperio del plan socialista» pero con reformas económicas en dirección al mercado – que no acaba de levantar vuelo en su «versión sana», si ésta existe -, el discurso oficial atribuye el origen de la actual crisis a las muy injustas sanciones estadounidenses – mucha pero no toda razón, obvio – así como no acudir en todo al supuesto potencial de lo que se nombra «resistencia creativa», lo cual parece interpretarse como producir «a como dé lugar».
Asimismo, aparece la condena a los llamados precios especulativos o abusivos, más la proposición o habilitación de topes de precios y sanciones a especuladores y abusadores, sin al parecer tomarse en cuenta que la ya nombrable hiperinflación responde a causas trascendentes al mero especular. Asombra que al nivel del parlamento la Economía vulgar se presente con carta de crédito.
No parece tomarse en cuenta que las políticas macroeconómicas «deciden el juego» en la microeconomía. Prueba al canto: lo que más está dañando a la población es la inflación galopante, combinada con el déficit de alimentos. Pues bien, las inversiones en «agricultura, ganadería y silvicultura», representaron el 8,2 % del total en 2014, y mantuvieron una tendencia decreciente hasta que en el 2022 sólo ascendieron al 2,6, de acuerdo con estadísticas oficiales citadas por el economista cubano Pedro Monreal. Al mismo tiempo, el sector de «servicios empresariales, actividad inmobiliaria y de alquiler» (básicamente hoteles para el turismo) ascendió en idéntico período hasta llegar a un 45,2 % del total en el 2020, si bien se redujo al 32,9 en el 2022, según la misma fuente.
Sin desdoro de otros factores que desestimulan al agro- por ejemplo, el impago a los campesinos y la no recogida estatal de sus producciones -, ¿cómo producir alimentos con tan pírrico porciento de inversión en la agricultura, la ganadería y la silvicultura, más cuando tan baja participación porcentual es una tendencia visible en años? Presumiendo que Cuba «se llene de turistas» – lo que ni en sueños está ocurriendo -, ¿se les va a alimentar a base de importaciones? ¿No se supone que el turismo impulse a las producciones nacionales? ¿ Quién es el responsable de tal desaguisado? ¿Valdría la pena preguntar al parlamento cubano, que en sus debates no habría tratado en profundidad este explosivo asunto?
LA VOZ CIUDADANA
Parte del electorado criollo se apostó frente a los televisores y siguió los debates parlamentarios, cual si tratárase de un thriller nacional, para después pronunciarse en las redes sociales de manera más o menos ácida. No hay cifras que avalen categóricamente, o no se han publicado, pero lo visible ha sido la presencia de una voz ciudadana «sin pelos en la lengua» y que ya no se deja pasar «gato por liebre». Dato al margen: más de 7,5 millones de cubanos acceden al Internet y por ende a las redes sociales, según reporte de Prensa Latina, lo cual quiere decir que SE INFORMAN, aún en medio de lo que se ha dado en llamar «analfabetismo digital», en lo cual Cuba no es excepción en el orbe.
Federico Engels apuntó en su Antidüring que «Si la conciencia moral de las masas se revela contra un determinado hecho económico, éso quiere decir que ese hecho es injusto, o que han aparecido otros hechos económicos que lo hacen injusto o imposible de sostener».
Tomen nota, parlamento y gobierno cubanos, que la reacción popular está siendo mucho más ilustrativa que la catarsis parlamentaria de un diputado economista en posición encumbrada, cuya suerte de «limpieza espiritual» desconoció a las leyes económicas. Toma nota, prensa cubana, que vas muy a la zaga de estar a la altura de la inteligencia y el ya saber populares.
Quizás nadie como el gran intelectual Jorge Mañach indagó en profundidad sobre el modo en que el cubano se resiste a aceptar que menosprecien su inteligencia y ya elevada preparación académica, razón para acudir a un caústico humor que en Cuba se llama choteo.
Prueba al canto es que en las redes sociales el elector la emprendió en choteo contra el Vicepremier Jorge Luis Tapia Fonseca, quien no obstante presentar un más o menos aceptable informe sobre la grave situación de la agricultura , la ganadería y la pesca, llamó exaltado al ejercicio de la piscicultura hogareña y la avicultura casera, ésta por el expediente de entregar pichones a domicilio. Cierto que lo último se hizo en los años más duros del llamado Período Especial, en los 90 del siglo pasado, pero ¿pedirle al cubano un remake de la tragedia – y en parte comedia – cuando en esos años se dió hasta la anécdota de cerdos criados en bañeras y uno que, atado por el pescuezo, saltó por un balcón y se ahorcó?
¿Peligro en ciernes? Varios electores amigos de este periodista han expresado su preocupación por una suerte de desconexión de la realidad, que se desprendería de informes gubernamentales y debates parlamentarios, así como del carácter dígase propagandistico de la prensa cubana, la cual también en las redes sociales encuentra su antípoda; quizás primitiva, pero antípoda al fin.
Entretanto, el Presidente Díaz-Canel alerta sobre otro peligro: «A ese propósito aportan algunos desde las posiciones más extremas: desde la derecha convocando a privatizarlo todo y al cambio de sistema, y también desde una supuesta izquierda demonizando cualquier espacio al mercado. Como siempre, los extremos se tocan y ambas posiciones coinciden en un punto: la crítica lapidaria al término socialismo y a cualquier intento de solución nacido de la gestión gubernamental».
Sí, al interior de Cuba y también en las redes sociales esas tendencias se manifiestan, y justo es señalar el mayor peligro que representan los ultraizquierdistas, dada una suerte de posición ventajosa en el escenario criollo. Fácil es acusar a quienes van de frente contra el proyecto socialista cubano. Más difícil a quienes pretenden erigirse en «inquisidores de la Fe», además presuntamente apoyados por sectores de poder y complicidades a voleo.
No obstante, «suena bonito» el Presidente en ese alerta contra los extremos. Pero en lo concreto vale citar a un destacado cineasta cubano, quien afirmó en una reunión de colegas con autoridades del Partido Comunista, el gobierno y la cultura, que los tres principales problemas del cubano son desayuno, almuerzo y comida. Tal es la urgencia…
Notas y enlaces:
Para redactar este artículo se emplearon los reportes de Cubadebate sobre la sesiones parlamentarias de la Asamblea Nacional del Poder Popular, realizada entre el 18 y el 22 de julio del 2023; posts y vídeos compartidos en Facebook; entrevistas al destacado economista cubano José Luis Rodríguez; datos de los informes de Desarrollo Humano del PNUD y el discurso del Presidente Díaz-Canel en la cláusula de las sesiones parlamentarias.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.