El 25 de julio de 2024 se conmemoran 173 años desde la firma de la carta de manumisión en Ecuador. Este histórico acontecimiento, logrado bajo la presión de las luchas de los pueblos afroecuatorianos y el ejemplo de Haití, representó un importante paso hacia la libertad. Sin embargo, la manumisión no fue la abolición total de la esclavitud, pues la libertad de los esclavizados estaba condicionada a la indemnización de los esclavizadores para garantizar su economía, perpetuando así una estructura de desigualdad que sigue afectando a los afroecuatorianos.
La lucha contra la trata de personas era extremadamente complicada debido a las enormes ganancias que generaba y los intereses económicos involucrados. Esta situación pone en evidencia la falta de voluntad de los líderes de la libertad en América, y especialmente en el proyecto de la Gran Colombia, donde se priorizaron los intereses económicos sobre la libertad de los esclavizados.
En el siglo XVIII un vasto sistema económico basado en el tráfico de esclavos desde África hacia las colonias inglesas, francesas y españolas del Caribe y el continente explotaba a millones en plantaciones de azúcar, té, café, tabaco y algodón. En 1785 la Universidad de Oxford convocó un concurso de ensayo con la temática: «¿Es lícito esclavizar a alguien contra su voluntad?». Este concurso fue ganado por Thomas Clarkson, un estudiante de teología de 25 años, quien quedó profundamente conmovido por el tema y decidió dedicar su vida a luchar contra la esclavitud. Esta suma de voluntades desde algunos miembros de la sociedad dominante y la acción permanente de los luchadores cimarrones, hombres y mujeres que por muchos métodos habían ganado su libertad, hizo posible la acumulación de fuerzas.
La campaña de los grupos antiesclavistas en Inglaterra tenía como objetivo último presionar al Parlamento para que decretara la abolición del comercio de esclavos. En todas las ciudades del país se recogieron firmas que se presentaron en forma de peticiones ante dicha institución. A finales de 1788, más de 60.000 británicos habían firmado estas peticiones.
Uno de los destacados activistas fue Olaudah Equiano, un esclavo africano que consiguió comprar su libertad y se unió al movimiento británico para la abolición del comercio de esclavos. Equiano escribió una autobiografía en la que manifestó su esperanza de «tener la satisfacción de ver la renovación de la libertad y la justicia» para los negros.
En 1807 tras una intensa campaña, William Wilberforce y lord Grenville persuadieron al Parlamento inglés para prohibir todo tráfico de esclavos. Posteriormente, en 1833, el Parlamento aprobó la emancipación total, efectiva desde el 1 de agosto de 1838. En una emotiva ceremonia en Jamaica, se simbolizó la muerte de la esclavitud colonial, que había durado 276 años.
Simón Bolívar, nacido el 24 de julio de 1783 en Caracas, fue una figura emblemática de la lucha por la independencia de algunos países de América. Sin embargo, su legado es ambiguo en relación con la abolición de la esclavitud. Bolívar nunca incorporó en sus proyectos de liberación la abolición completa de la esclavitud, a pesar de que durante su vida y tras su muerte en 1830, miles de personas luchaban por esta causa al otro lado del Atlántico. Bolívar priorizó los intereses económicos de la élite criolla sobre la libertad de los esclavizados, perpetuando así una estructura social que continuó beneficiando a los explotadores.
En los territorios que hoy se llaman Ecuador, las leyes castellanas requerían la presencia de un Protector de los Pobres (procurador), encargado de tutelar y aconsejar legalmente a los esclavos y otros desfavorecidos. Pese a las adversidades, algunos esclavos usaron las leyes a su favor para lograr su libertad. Acciones como estas se implementaron para ir creando falsas esperanzas de liberación que detuvieran las revueltas que se estaban gestando por parte de los cimarrones, como la libertad de vientre y la manumisión condicionada a la indemnización del esclavizador. No obstante, la lucha por la libertad total fue larga y ardua. La situación de los esclavizados no mejoró significativamente tras la independencia de España en 1824, pues la manumisión de la esclavitud llegó recién en 1851. Luego se inventó el concertaje, que se fundamentaba en la prisión por deuda, una forma de servidumbre que perduró hasta 1916, perpetuando la explotación y la pobreza del pueblo afroecuatoriano.
La historia de la manumisión y la lucha por la abolición de la esclavitud en Ecuador y América Latina nos muestra las profundas desigualdades que aún persisten. Si la lucha por la libertad de América del yugo español hubiese tomado como ejemplo la abolición de la esclavitud, la situación en América del Sur sería diferente hoy en día. Los cuerpos y fuerzas de las personas esclavizadas fueron utilizados para lograr la independencia, pero tras alcanzarla, las condiciones de los esclavizados no mejoraron significativamente. Se tuvo que esperar desde 1824 hasta 1851, y luego reunir los recursos para indemnizar al esclavizador, lo cual tomó más de 30 años. Además, el concertaje perduró hasta 1916.
Estas son las grandes diferencias que han perpetuado la pobreza en la comunidad afroecuatoriana. Este análisis nos invita a reflexionar como sociedad y a tomar acciones de reparación para superar las heridas dejadas por la esclavitud y el concertaje.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.