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Raúl Roa: Esfuerzos por la unidad revolucionaria, 1935-1939

Fuentes: Rebelión

Notas de presentación a un libro de historia en presente, de la autoría de la Dra.C. Caridad Massón Sena

Mi querida colega y amiga Caridad Massón Sena

Compañeras y compañeros:

Caridad sabe que no he estudiado a profundidad la vida del Dr. Raúl Roa García (La Habana, 1907-1982), si nos une, además de los cariños y nuestra común historia -ya cincuentenaria- como miembros del Destacamento Pedagógico Manuel Ascunce Domenech, las décadas de estudio que hemos compartido sobre la historia del movimiento comunista y revolucionario cubano y latinoamericano.

Como me es imprescindible exponerles elementos biográficos y epocales esenciales, para cumplir la tarea que me ha confiado Caridad, ruego indulgencia al amigo y Embajador Dr. Raúl Roa Kourí que nos honra con su presencia. Si en algún punto no soy preciso, aprenderemos y rectificaremos.

Estimados amigos de la autora, del Destacamento, la Unión de Historiadores de Cuba, y este Centro Marinello, que una vez más nos acoge y compromete:

Roa transitó el camino martiano del marxismo y el socialismo cubano, que sin dudas ha sido la más certera corriente marxista de la Revolución Cubana. A los 18 años ya escribe su “Ensayo sobre José Martí”.

Desde 1923, en sus primeros 16 años, se vinculó al movimiento estudiantil revolucionario que lideró Julio Antonio Mella. Y desde que escuchó al joven líder, en una arenga en el patio “de los cabezones”, se le unió en admiración, sensibilidades y concepción, precisamente a quien sería el fundador dentro del marxismo cubano del socialismo científico de articulación martiana.

Julio Antonio Mella, en agosto de 1925 es uno de los fundadores del primer Partido Comunista, marxista y leninista cubano. Precisamente en ese año de 1925 ingresa Roa en la Escuela de Derecho de la Universidad de la Habana. Estudiante de las carreras de Derecho y Filosofía y Letras, ya en 1926 va por primera vez a prisión, por participar activamente en una protesta contra la intervención estadounidense en Nicaragua.

Vivió el estudiante Roa en combativa solidaridad, toda la campaña de la huelga de hambre de Mella, para salvarlo de la muerte, y no pudo ser ajeno al trauma que, dentro del movimiento revolucionario de la época, causó la injusta sanción de separación que contra el joven líder decidió el Partido. Sin dudas tuvimos un primer Partido Comunista de héroes, inclaudicables en la lucha contra el capital y el imperio, intoxicados entonces de obrerismo y erradas directrices moscovitas. Partido, que después de sancionar al joven fundador, se vio obligado por la propia Internacional Comunista a reincorporarlo. Y quizás por ahí se marcó el disenso en perspectiva de lucha y métodos, que en relación con el Partido siempre acompañó a Roa y a otros de sus más cercanos contemporáneos.

Roa en esencial recordatorio significó esta trayectoria personal: “Descubrí que era revolucionario -afirmó- el día que me sentí disconforme con el mundo restante y anhelé uno más justo y bello: Julio Antonio Mella contribuyó decisivamente y acaso también el sedimento inconsciente de mi progenie mambí, a la sombra iluminada de mi abuelo, Ramón Roa”

En 1927 conoce al poeta y abogado Rubén Martínez Villena, quien, además de ser la figura más prominente de la campaña para salvar a Mella, ya hacia la poesía mayor de la Revolución, inmerso en el movimiento obrero revolucionario, en precioso y coordinado relevo con Mella. Junto a Rubén, Roa será parte del grupo de intelectuales revolucionarios, que en plena represión del gobierno dictatorial de Gerardo Machado y Morales, insiste en mantener viva la Universidad Popular José Martí, y la sección cubana de la Liga Antiimperialista de las Américas, también dos de los instrumentos de lucha creados por Mella.

Ya joven profesor de la universidad habanera, fue fundador del Directorio Estudiantil Universitario de 1930, y mantuvo la protesta en el recinto ocupado militarmente. Fue Roa el autor del Manifiesto que se lanzó en la trascendente jornada del 30 de septiembre. En 1931, fundó con Gabriel Barceló, Pablo de la Torriente Brau y otros estudiantes y universitarios, el Ala Izquierda Estudiantil, una propuesta más cercana que el Directorio, al posicionamiento antioligárquico y antimperialista del Partido Comunista.

Entre 1931 y 1933 dos veces llega a la cárcel y crece con los aprendizajes y rigores del presidio político, en el Castillo del Príncipe, La Cabaña y el llamado “Presidio Modelo” en Isla de Pinos. En 1933 sale en libertad, para continuar en combate, y oponerse al rejuego de la llamada Mediación que orquestaba el imperio, en búsqueda de una salida no revolucionaria a la crisis que saben que no es solo de gobierno, sino del sistema de dominación neocolonial. Participa Roa en las jornadas sucesivas de tánganas, marchas y huelgas, que desatan la llamada Huelga General de 1933, definitiva para el derrocamiento y la huida de Machado al Norte protector.

Tras la derrota de la tiranía machadista, Roa vive intensamente dentro de vorágine de la Revolución. Está inmerso y combativo en la puja revolución-reformismo-contrarrevolución. Este es el Raúl Roa que nos regala la autora Caridad Masson Sena, con el libro que me honro en presentar: Raúl Roa. Esfuerzos por la unidad revolucionaria, 1935-1939.

La aportación que nos hace nuestra compañera, llega para acompañar la literatura historiográfica de Roa sobre el período. Bien sabemos que es el propio Roa un autorizado testimoniarte, cronista y analista del momento. Entre otros textos me permito recordar: Revolución vs. Reacción (1933), Bufa subversiva (1935), Pablo de la Torriente Brau y la Revolución Española (1937), y de nuevo el Aposto: José Martí y el destino americano (1939), junto en ese año de su novedoso Programa de Historia de las Doctrinas Sociales (1939)…

Vinculada a Bufa subversiva, cito las palabras de Pablo de la Torriente Brau, que captan la dimensión intelectual integral de la obra de Roa, su amigo y hermano querido: He leído tu libro, que me parece estupendo y que es una lástima que no se pueda leer en Cuba. Lo mejor del libro es que se parece a ti, desordenado, brillante, inquieto. Tiene cosas magníficas y cosas maravillosas […]. Me gusta todo. Leonardo (Fernández Sánchez) piensa que eres el primer escritor de Cuba. Yo pienso lo mismo.

Sumo a estos tesoros de literatura documental, la andanada de creación reflexiva después del triunfo fidelista de 1959: La Revolución del Treinta se fue a bolina (1976) y Retorno a la alborada (1977). Añado el valioso medio centenar de cartas entre Roa y Pablo de la Torriente Brau, escritas entre noviembre de 1935 y julio de 1936, que como parte del tomo Cartas cruzadas, compiló Víctor Casaus en 1981.

No es fácil aportar ante tamaña presencia testimonial y documental. Y Caridad Masson se desempeña con inteligencia y oficio frente a tales retos historiográficos. Mérito del libro es que nos presenta, profundiza y precisa un período de la vida revolucionaria de Roa, que sus biógrafos no han atendido suficientemente.

Mérito es también la documentación que socializa: Nos ofrece su trabajo intenso y valioso en el rescate y la promoción del Roa y la Cuba, que permanecen con muchas más joyas a estudiar, en el Fondo Vilaseca del Archivo del Instituto de Historia de Cuba. Nuevo conocimiento que nuestra colega sabe fundir, con lo que ella sabe que se sabe. Y me da placer que en ese hacer de saberes no solo está la historiadora, más, me da orgullo que por ahí anda, y predomina la maestra, mi compañera “Del Destacamento”, la excelente profesora de Historia que es.

Caridad Masson con la modestia y a la vez la precisión de oficio que la caracteriza como cientista social, no se enreda en disputas. Ella demuestra. Confirma de manera inobjetable la raigambre marxista de Roa: Nada de “socialista” sin apellido marxista, mucho menos “socialdemócrata”.

Coincido con la tesis de la autora sobre los marxismos coexistentes en la historia republicana.

Caridad, intelectual militante, comunista, hace de la Historia un arma de lucha y educación política. No hay casualidad en el título con que nos convoca, y sobre todo en el campo de objeto que estudia: “Esfuerzos por la unidad revolucionaria”, nos propone.

Para quienes nos acusan de haber copiado la experiencia unipartidista soviética, para los que la emprenden contra la importancia histórica y la certeza política de tener hoy un solo Partido Comunista de todos los revolucionarios, ahí está en este libro, un Roa peleando en teoría y praxis, hace 85-86 años por el Partido único de la Revolución.

Caridad Masson demuestra la historia de lo que no pudo ser en unidad revolucionaria, nos reitera el axioma de la desunión-derrota. Ella reafirma lo complejo, lo contradictorio de un curso de personalidades con inteligencias, ideas, éticas y moralidades en disputa de emancipación. Ratifica la necesidad de que acabemos de entender -y no en retórica- que la unidad no es unanimidad. Para que entendamos que el no saber, el dogma y el oportunismo acompañan, desde dentro al movimiento revolucionario, y si logran empoderarse…

Este libro es un llamado vigoroso desde la historia, para que entendamos la obra maravillosa de unidad que logró tejer y consolidar – con los antiguos, Roa entre ellos, y los nuevos comunistas- el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz. Nuevos y novísimos comunistas, porque muchos se enteraron y convencieron de que realmente eran comunistas en abril de 1961, horas antes de la invasión mercenaria contra Playa Larga y Playa Girón.

Caridad Masson con su énfasis, llama a que hoy nos fijemos -y digo fijar como sinónimo de cuidar las raíces- en lo que tenemos de maravilloso desde el actual Partido Comunista de Cuba. Nos obliga a que sintamos desde la historia y la palabra viva de Roa lo que ahora mismo está en peligro. Lo que no podemos perder. Lo que tenemos que ratificar, renovar, librar de ineptos, burócratas y oportunistas, construir y desarrollar. En términos de herencias, Caridad Masson nos recoloca en el reto leninista de asumir sin ambages, sin autoflagelaciones perversas o inútiles, sin justificaciones retardarías, la crítica comunista sobre qué herencia debemos abrazar, para entender la herencia que no podemos mantener.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.