En el X Pleno del Comité Central del Partido Comunista de Cuba se aprobó el Programa Conmemorativo por el centenario del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz (1926-2016), líder histórico de la Revolución cubana, que se desarrollará desde el próximo 13 de agosto, hasta el 4 de diciembre de 2026.
Denominar a Fidel como líder histórico de la Revolución en el planteamiento del Programa Conmemorativo no es error. El problema está en cómo la comunicación política partidista e institucional ha comenzado a promover esta denominación. Partimos de que Fidel es Historia y es presente. Y cuando solo se subraya “lo histórico”, cuando comienza a repetirse el concepto “líder histórico” como única visión del Comandante, sin explicación alguna, en titulares y en todo tipo de menciones, nos percatamos de que vamos por el camino equivocado. La reiteración aleja a Fidel en la historia de lo que ahora mismo necesitamos.
Si tenemos en cuenta que, en nuestro actual protocolo institucional y político, en la comunicación política y social, se presenta al General de Ejército Raúl Castro Ruz como “líder de la Revolución”, la situación en curso se hace más contradictoria aún.
La urgencia del impacto
Nuestros maestros, nuestros estudiantes, nuestros cuadros -sobre todo los que hacen política de barrio y centro de trabajo-, precisan ideas con base de conceptos claros. Este es el único camino para hacer política revolucionaria, en una sociedad educadora como la que vivimos, para estudiantes bien instruidos, trabajadores y trabajadoras y pueblo culto y listo, en medio de la revolución del conocimiento globalizada desde los centros del poder transnacional.
La ciencia prevé, pronostica y propone. Los debates para decisiones políticas pueden extenderse. Pero no se olvide que la urgencia del impacto la recibimos los maestros. Ya en mi clase de Fundamentos de la Construcción del Socialismo en Cuba, en un debate de equipo, una muchacha muy culta, me preguntó hace unos meses: “¿Profe, porque ahora solo se menciona a Raúl como líder de la Revolución? ¿Ya Fidel no lo es…?”.
El Congreso del Partido es en abril del próximo 2026. Piénsese que va a responder ahora en septiembre un maestro de Historia o Filosofía -puede ser también de Matemática, Biología o Educación Física…-, cuando un niño o niña perspicaz, cuando un jovencito o jovencita estudiosa en el pre, cuando uno de nuestros agudos estudiantes universitarios, le pregunte:
“Profe, ¿cuál es la diferencia entre líder de la Revolución, y líder histórico de la Revolución? ¿Es porque Raúl está vivo y Fidel muerto?”
Desde mi práctica y retos como maestro, considero que proponer para el hoy de la Revolución Cubana, una visión de precedencia-o coexistencia- de un líder histórico y un líder actual, resulta una dicotomía estéril. Que distorsiona la apreciación de la verdad histórica. Que confunde, limita, encasilla y enrarece la certeza política que debemos promover.
Fidel es el líder histórico de la Revolución, y sigue siendo hoy el líder de la Revolución. Raúl es líder histórico de la Revolución, y hoy en vida líder indiscutido de la Revolución.
Entender el contradictorio
Siempre me pronuncio por reconstruir la historia de los acontecimientos en sus realidades, detalles y clima emocional. Y para entender el contradictorio al que hago referencia, considero que hay que partir en lo mediato de la realización del 8vo Congreso del Partido Comunista de Cuba, que se efectuó en La Habana del 16 al 19 de abril de 2021.
El 8vo Congreso del Partido fue llamado, con razón, el Congreso de la Continuidad. El General de Ejército, Raúl Castro Ruz, al hacer entrega del cargo de Primer Secretario del Partidoi, ratificó la confianza absoluta en el relevo generacional para preservar las conquistas de la Revolución. En justicia, emoción, y consenso Miguel Mario Díaz-Canel Bermúdez, electo Primer Secretario del Partido, comenzó el discurso de clausura del Congreso, reconociendo la permanencia de Raúl como líder de la Revolución Cubana.
En el mencionado discurso, el Primer Secretario Díaz-Canel contó que cuando asumió como Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros en el año 2018, quiso expresar en su discurso los sentimientos de muchos de sus compañeros y reconocer la labor de Raúl al frente de la Revolución y el Partido. Y que entonces el General de Ejército, con su proverbial modestia, le pidió suprimir algunas de las palabras que sobre él deseaba exponer.
“Hoy -precisó Díaz Canel-, abusando de la responsabilidad que asumo al frente del Partido y con más conocimiento de causa, debido a nuestra entrañable compenetración en el abordaje de los temas y tareas estratégicas del país, al vivir en primera persona el modo en que ha conducido nuestra preparación, quiero decir, para hacer justicia histórica, lo que en aquel momento escribí y por disciplina callé”ii. Y a continuación en su intervención expuso los méritos de General de Ejército, en una bien sustentada síntesis histórica.
En red se pueden hoy bajar los videos del acontecimiento partidista y en particular el acto del día 19. Recomiendo disfrutar del reportaje “Delegados al 8vo Congreso de PCC reconocen a Raúl Castro”iii del joven periodista Abdiel Bermúdez Bermúdez, del Sistema Informativo de la TV Cubana, donde se recoge la emoción y el clima precioso que precedió aquel momento decididamente histórico, y las opiniones en el lugar de no pocos delegados.
Merecía Raúl lo que bien dijo Díaz Canel el día 19 de abril del 2021. Merecía Díaz-Canel decirlo en emoción y convicción de continuidad. Lo merecían consensar y apoyar los compañeros y compañeras delegados al 8vo. Congreso. Este fue un inmenso, hermoso e histórico momento. De haber estado allí también lo hubiera disfrutado y aplaudido.
La información disponibleiv, me permite considerar que a partir de la mención de respeto y reconocimiento que hace el Primer Secretario Díaz-Canel el referido día 19 de abril, el concepto líder de la Revolución se comenzó a generalizarv. Y hoy, funciona de hecho como un título honoríficovi.
La Disciplina premial
El asunto que tratamos, tiene que ver directamente con el no suficiente dominio que tenemos en el país -los académicos y los políticos en particular- sobre el Derecho Honorífico o Premial. Tres problemáticas se hacen evidentes: Una: referida propiamente al dominio teórico metodológico, y en su ausencia la búsqueda de la asesoría especializada. Dos: La responsabilidad y el proceder para utilizar denominaciones y títulos honoríficos: Tres: La conciencia de complejidad ética, ideológico cultural, histórica, educacional y sociológica de elaborar, proponer y otorgar un título. En la aspiración de que se me entienda, les resumo mi última experiencia:
Fue en la lucha por hacer triunfar el mandato martiano, de otorgarle a la patriota Mariana Grajales Cuello el título honorífico de Madre de la Patria. Y enfrentar los desacuerdos, silencios y las barreras, que se opusieron dentro de la academia y la sociedad política cubanavii.
Dos años después de conmemorase el Bicentenario de Mariana, el 10 de octubre del 2017, día en que se recordó el 149 aniversario del inicio de las guerras independencia, en ceremonia político militar solemne al inaugurarse la plazoleta honorífica central del cementerio Santa Ifigenia, Mariana fue reconocida como Madre de la Patria, junto al Padre de la Patria Carlos Manuel de Céspedes y del Castillo, al Héroe Nacional José Martí Pérez y al Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz. Y allí presidiendo estaba Raúl en expresión fidelista de la voluntad política y la inteligencia de la dirección de la Revolución, que hizo justicia a la historia, al clamor y al sentir popular centenario, y también a la sustentación de ciencia. Y lo hizo de la mejor y más imperecedera manera.
Aprendimos muchísimo en esa tarea hermosa. Y los más decisivos aprendizajes no se colocaron en el ámbito de los saberes de ciencia, ni en la misma Disciplina premial, ni en la Historiografía. Tampoco en el plano jurídico: Aprendimos a vencer nuestra propia petulancia intelectual. Aprendimos muchísimo desde la tradición mambisa que atesora el saber popular. Aprendimos de los compañeros y compañeras que se oponían… Aprendimos que para hacer firme y legalizar el reconocimiento premial, como parte de la estrategia de trabajo ideológico y fortalecimiento de la cultura patriótica del socialismo cubano, se precisa cumplir requisitos de ciencia, legalidad y sobre todo consenso.
Mi mayor aprendizaje estuvo en cómo enfrentar un tema tan sensible, que más que un disenso racional “de ciencia”, “de política” o “de ideología”, portaba real y esencialmente, un conflicto de sentimientos y amores patrios en eclosión de desencuentros. Objetores y sustentadores de la propuesta, todas y todos, partíamos de un respeto entrañable a Mariana y a los Maceo, de cariños patrios, de patrimonios asumidos, de un consenso de cuidados y dignidades para con lo que Mariana fue y representaba, para con sus familiares y descendientes, para la sensibilidad con la nación de ayer, y la de ahora que nos observaba.
Hoy, al referirme a Raúl, un héroe y jefe inmenso de la Revolución Cubana, que sigue junto a nosotros “con su pie mambí en el estribo”, se me repite y multiplica en cercanía y presencia histórica, la misma eclosión de sentimientos, ¡la misma cavilación sobre los respetos…!
Cuando me incorporé a la defensa del tema de Mariana Madre de la Patria, acudí a un saber que ya me acompañaba, busqué y re estudie el primer ensayo marxista que sobre una personalidad histórica se produjo en nuestra región: Las “Glosas al pensamiento de José Martí” (1925), de la autoría de Julio Antonio Mella. Frente al reto de producir una biográfica política sobre Martí, el audaz fundador del socialismo cubano, afirmaba con plena honestidad intelectual, histórica y política: “… tengo temores de no hacer lo que la memoria del Apóstol y la necesidad imponen. Bien lejos de todo patriotismo, cuando hablo de José Martí, siento la misma emoción, el mismo temor, que se siente ante las cosas sobrenaturales. Bien lejos de todo patriotismo, digo, porque es la misma emoción que ciento ante otras grandes figuras de otros pueblos”.
Y en la honestidad y claridad histórica, en la pertinencia política de Mella encontré mi respuesta. Que hoy también comparto: “Hacer lo que la memoria y la necesidad imponen”.
Fidel en Raúl
Federico Engels, combatiente revolucionario, sabio que junto con Carlos Marx fue el creador del marxismo, afirmó y reiteró en más de una ocasión que: “Al lado de Marx siempre toqué el segundo violín”. Y de esa férrea modestia, acrisolada con el respeto y la admiración a Fidel está hecho Raúl: «Un hombre de cualidades excepcionales», como el propio Comandante en Jefe lo definiera. Que lleva por segundo nombre Modesto, como si desde que así fuera inscrito se anunciara uno de los más evidentes rasgos de su personalidad.
Vladimir Ilich Lenin murió en enero de 1924 -y ya desde que se sabía que no saldría de las secuelas del atentado terrorista que sufrió-, la pugna fatal que estalló entre los lideres bolcheviques, cuna de todo lo que sucedió después, fue el forcejeo que devino en traspiés, violaciones groseras de principios y sucesivas purgas, por ponerse uno u otro camarada el traje de Lenin. Raúl, el Comandante de la Revolución con más méritos históricos y certezas reconocidas, quien desde el propio 1959, al arreciar los planes de asesinar a Fidel, fue asumido por los comandantes del Ejército Rebelde como el jefe más capaz de conducir la Revolución, nos alejó de la triste experiencia del Partido soviético: “Comandante en Jefe, hay UNO SOLO” FIDEL!!!, precisó Raúl: ¡“El Comandante en Jefe ahora tiene que ser el PARTIDO”!
Hay suficiente documentación pública, testimonios de reuniones de trabajo y testimonios de compañeros de cercanía, sobre esta postura de Raúl que subrayo en trascendencia histórica. Cito sus palabras el 14 de junio de 2006 en el acto por el aniversario 45 de la fundación del Ejército Occidental, en San José de las Lajas, La Habana:
“Repito lo que he afirmado en muchas ocasiones: el Comandante en Jefe de la Revolución Cubana es uno solo, y únicamente el Partido Comunista, como institución que agrupa a la vanguardia revolucionaria y garantía segura de la unidad de los cubanos en todos los tiempos, puede ser el digno heredero de la confianza depositada por el pueblo en su líder. Para eso trabajamos, y así será, lo demás es pura especulación, por no decir otra palabra”viii.
De soldado a jefe
La modestia de Raúl incluso, sobre su obra y méritos es menos conocida. La impronta de Raúl como jefe y líder -lo he comentado y publicado-, quedó muy nítida para todos los combatientes, desde los propios hechos del 26 de julio de 1953. Miembro de la escuadra que tomó el Palacio de Justicia, como punto de apoyo a la acción principal de asalto a la fortaleza militar, cuando terminó el combate él y sus compañeros fueron apresados, y Raúl en acción de audacia, desarmó a quien los encañonaba, y condujo a sus compañeros en la retirada…
Siempre preciso que el jefe de la escuadra, estuvo muy lejos de haberse acobardado, y hasta el fin de sus días actuó como un revolucionario valiente e íntegro. El de Raúl el 26 de julio de 1953 fue un hecho del saber actuar en situación crítica, cualidad personológica imprescindible en el liderazgo, en particular en el liderazgo político militar. Al rememorar este acontecimiento, una vez más insisto en revisar los registros con el error histórico de colocar a Raúl como jefe de la escuadra. Tal error priva de conocer al Raúl, jovencito de 22 años, pequeño de talla física, inmenso frente al enemigo, que entró de soldado al combate del Moncada, salió jefe, y salvó a su tropa de la tortura y la muerteix.
Les recuerdo que cuando en febrero de 1998 al cumplirse el 40 aniversario de su ascenso a Comandante del Ejército Rebelde, le fue otorgado a Raúl junto al Comandante de la Revolución Juan Almeida Bosque, el título honorífico de Héroe de la República de Cuba y la Orden Máximo Gómez en Primer Grado, en consideración a su larga trayectoria, sus grandes méritos revolucionarios y la consagración al deber de hacer la Revolución, fue el propio Fidel el que nos contó sobre las resistencias de Raúl a aceptar la merecida condecoración. Y a la par, como el Comandante Almeida y varios de sus camaradas propuestos a ser condecorados objetaban el alto honor, si no lo recibía primero y también Raúl.
¡Héroe de la Nación! Padre junto a Fidel de la patria socialista. Raúl Castro Ruz es RAUL!, No necesita un nuevo nombramiento honorífico, ni de una resignificación que ya existe en la historia vivida, en la memoria patria, y en la Historia investigada y bien sustentada.
Si, mucho tenemos que estudiar y aprender de Raúl. Esa otra de las deudas que urge por atender. No lo vamos a lograr desde una reiteración honorífica. Menos, como recién ha ocurrido, citándolo y recitándolo en un discurso conmemorativo. Pienso que la propia experiencia que vamos acumulando con la gestión patrimonial de la obra inmensa de Fidel, ya nos ayuda a saber hacer lo que, en magnitud, justicia y respeto histórico, merece el Héroe de la República de Cuba, General de Ejército Raúl Castro Ruz. Y este nuevo conocimiento no será una resignificación, si una confirmación.
Las místicas revolucionarias
El contradictorio que tratamos rebasa lo propiamente premial. Atiéndase -respétense- los imaginarios heroicos y el tejido de místicas revolucionarias que con toda legitimidad implican las cinco letras: ¡FIDEL! Piénsese en la identidad socio política realmente existente. En la psicología fidelista de corajes e inteligencia frente al imperio y a las dificultades, con la que nos hemos construido como patriotas, identidad que hoy es parte intrínseca de la cubanía que nos caracteriza. Llevamos más de siete décadas auto construyéndonos y significándonos a Fidel como el líder de la Revolución:
Acordémonos de la voz profunda del Comandante Daniel Ortega Saavedra el 30 de noviembre del 2016, preguntándose y preguntándonos en una Plaza de la Revolución repleta de sentimientos “¿Dónde está Fidel? ¿Dónde está Fidel? ¿Dónde está Fidel?”, Y como a la pregunta, la Plaza multiplicada en las voces de los miles de cubanos y cubanas allí reunidos, respondió una y otra vez ¡¡¡ Yo soy Fidel!!!
Reflexionemos a la distancia de casi una década: Qué hizo posible que surgieran al unísono aquellos ¿Yo soy Fidel”? El “Yo soy Fidel”, es para que el Comandante camine no solo en la historia que vivimos, ni en la Historia que como cientistas proponemos. Es para que camine junto a nosotros como líder presente de la Revolución, en resistencia, peleando cada día por el socialismo y el país que queremos y nos merecemos.
Discurso, ideología y ciencia
Para crear una nueva propuesta premial debemos integrar conocimientos y saberes de ciencia. En términos lingüísticos, la lengua -y el discurso como práctica social-, es un vector principal de la educación y formación política e ideológica. La construcción social de la ideología debe entenderse en el triángulo cognición, sociedad y discurso. Primero que conciencia de si, valores y teoría para sí, lo ideológico se construye desde marcos básicos de cognición social. No se le “entra” a la ideología por la decisión, menos por el ordeno.
Para promover un nuevo significado, se precisa respetar cómo se produce y mueve ese significado-símbolo, desde las prácticas significativas primarias hasta su asunción en los niveles superiores de la conciencia. La intencionalidad del mensaje en el discurso político debe cultivarse en este conocimiento.
Desde la historia, el discurso premial debe estudiarse en al menos dos momentos; uno cuando en circunstancia, lugar y auditorio se expresó. Y un segundo momento, ya como documento y evidencia histórica, evaluar la palabra dicha, sus impactos y trascendencias. En tanto tratamos sobre lideres, no se pueden obviar los estudios y las herramientas de análisis que nos permiten entender y actuar sobre los liderazgos.
Emilio Duharte Díaz en intercambio sobre este asunto, me confirma y enseña desde la Ciencia Política: “La necesidad de claridad epistemológica (que muchos obvian con frecuencia como si fuera una mala palabra) -; la distinción entre epistemología, teoría y metodología; la necesidad de una buena teoría política para la práctica revolucionaria; la importancia de la integración de ciencia y arte en la actividad de pensar y hacer política; la significación de la Estética Política como disciplina que estudia la Política y como intuición, creatividad y capacidad de seducción en la práctica política»x. Piénsese la comunicación política desde estos presupuestos, en relación con las factores contextuales, sociales e históricos. El horizonte de la integración en material de ciencia debe situarse en lo transdisciplinar.
FIDEL- RAÚL
Raúl señaló en su discurso de homenaje póstumo al Comandante en Jefe, el 3 de diciembre del 2016, al retomar sus propias palabras pronunciadas en su discurso del 26 de julio de 1994: “Que la permanente enseñanza de Fidel es que sí se puede, que sí se pudo y que sí se podrá si no cejamos jamás en el empeño de conquistar nuevas y más grandes victorias, incluso en las condiciones más hostiles, adversas, difíciles, severas y duras”xi. Precisamente por esos argumentos que Raúl resumió, Fidel está en la historia de resistencia, lucha y emancipación, en la de ayer, y en la de hoy. Y estará en el mañana. Fidel, además, es una ineludible y permanente fuente de inspiración y de enseñanzas para los revolucionarios del mundo.
Raúl siente y comparte el privilegio que hemos tenido los cubanos y cubanas, de ser liderados por uno de los genios políticos del siglo XX-XXIxii. Con excepcionales habilidades creativas y lucides de pensamiento original, profunda comprensión de los procesos sociales y de sus protagonistas, y la capacidad de ver conexiones y posibilidades donde otros no lo perciben. Todo lo que explica su capacidad de prever, proyectar y generar soluciones novedosas. La presencia y el liderazgo de Fidel sin dudas es una de las peculiaridades que caracterizan la Revolución Cubana.
El liderazgo revolucionario leninista en Fidel -con su preciosa base martiana-, es más que eticidad, carisma, capacidades y atributos, certezas y resultados. Lo es, porque se multiplicó. Fidel no existió per-se, tuvo vida a partir de quienes le seguimos, en la construcción de una vanguardia, de un liderazgo de Partido y de masas en movimiento emancipador. Liderazgo nacional popular del cual supo ser parte indisoluble. Ahí en ese espacio histórico, preciso y convincente Raúl tiene un lugar definitivo. Estoy convencido de que tal como lo afirma Marcello Musto en referencia a Federico Engels, Raúl Castro Ruz ha sido para Fidel y la Revolución Cubana, más que un segundo violín.
FIDEL-RAÙL constituyen un binomio de héroes que está en la mente y en los sentimientos de la generación de los abuelos héroes que nos trajeron la liberación; presente en mi generación -ya hoy también de abuelos-, de cubanos y cubanas agradecidos, que los seguimos en sus resultados concretos, en sus magisterios, amores y lealtades infinitas a la patria, al pueblo. Se siente la presencia de ambos en la juventud revolucionaria que sigue apostando por Cuba. Cuídese la tradición, los imaginarios identitarios, la historia, la ciencia y la conciencia.
Lo que la memoria y la necesidad imponen
Reitero: Se nos presenta con las denominaciones de “líder histórico” y “líder” una dicotomía estéril. Fidel es de la historia, de la Historia, ¡Y sobre todo del presente! Y no podemos dejar el menor resquicio para la confusión, para la imprecisión, para la maldad enemiga. Ni para el hoy ni para el mañana. Hacer la crítica propositiva y producir la mejor solución a la situación ya creada, es en mi criterio lo que la memoria y la necesidad imponen.
De lo infecundo en política, debemos salirnos con rapidez, ética y creatividad. Los compañeros responsables ahora que comienza el Programa Conmemorativo por el centenario del Comandante, deben atender y resolver esta situación en su importancia y urgencia. Poseemos la preparación y la inteligencia colectiva necesaria.
En nuestras universidades, en los institutos de investigación, en el sistema de la universidad del Partido, en las asociaciones profesionales, entre la intelectualidad científica comunista cubana, hay muy buenos especialistas, y también los tenemos entre nuestros cuadros del Partido, el Gobierno y las organizaciones. Hablo de especialistas con obra reconocida, no de consultas institucionales, no de convocatorias por cargos y comisiones que sustentan lo que se critica, menos por cercanías, coincidencias y simpatías. Me refiero a cuadros bien preparados, de resultados, que están a la largo de toda nuestra geografía, y la mayoría fuera de la capital.
Notas:
i Cargo que ocupó desde el 19 de abril de 2011 hasta el 19 de abril de 2021.
ii Miguel Mario Díaz-Canel Bermúdez: Discurso pronunciado por Miguel Mario Díaz-Canel Bermúdez, Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República de Cuba, en la clausura del Octavo Congreso del Partido, en el Palacio de Convenciones, el 19 de abril de 2021, “Año 63 de la Revolución”, Granma, La Habana, 20 de abril de 2021. En: https://www.granma.cu/discursos-de-diaz-canel/2021-04-20/diaz-canel-entre-los-revolucionarios-los-comunistas-vamos-al-frente-20-04-2021-00-04-47
iii Abdiel Bermúdez Bermúdez: Delegados al 8vo Congreso de PCC reconocen a Raúl Castro. Cubavisión Internacional. En: https://www.youtube.com/watch?v=5SmPCKiWl68
iv Según la revisión de prensa nacional antes y después del 19 de abril del 2021.
v El asunto no lo he encontrado en la información pública que se ha brindado en los diez plenos del Comité Central del Partido, que desde el 2021 hasta el momento se han realizado.
vi El Derecho Honorífico o Premial que estudia el sistema de principios e instituciones que identifican, proponen y regulan las distinciones, califica al título como renombre o distintivo con el que se significa a alguien por méritos, cualidades y acciones. Para subrayar la condición de mérito fundamental de un título honorífico, este antecede a los rangos, categorías, y nombres de la persona significada. Ver: Maikel Arista-Salgado: Condecoraciones cubanas: teoría e historia, Trafford Publishing, Nueva York, 2010
vii Mi homenaje a Jorge Risquet Valdés, a los compañeros de la Comisión Aponte de la UNEAC y de la filial Habana de la Unión de Historiadores de Cuba, que fueron decisivos en este combate cienciológico, cultural, historiográfico y político ideológico.
viii Raúl Castro Ruz: Discurso pronunciado por el Segundo Secretario del Comité Central del Partido y Ministro de las FAR, General de Ejército Raúl Castro Ruz, en el acto por el aniversario 45 de la fundación del Ejército Occidental, efectuado en San José de las Lajas, La Habana, el 14 de junio de 2006. En: Granma, La Habana, 13 de junio de 2016. En: https://www.granma.cu/discursos-raul/2016-06-13/la-invulnerabilidad-militar-una-vez-alcanzada-solo-podra-mantenerse-con-su-constante-perfeccionamiento-13-06-2016-21-06-33.
ix Debe resolverse este error en la Síntesis biográfica que aparece en el Web oficial del Partido Comunista de Cuba. Ver: https://www.pcc.cu/index.php/raul-castro-ruz-1
x Sobre el tema sostuvimos un intercambio en las redes. Nuestro post hasta el 10 de agosto, fue visualizado por 1549 internautas. Recibimos 607 interacciones. Todas de consenso y no pocas con muy interesantes aportaciones. Ver: Fidel: Líder de la Revolución. En https://www.facebook.com/share/p/15oqbn31Fq/
10 Raúl Castro Ruz: Discurso de Raúl Castro en homenaje póstumo a Fidel Castro. Santiago de Cuba, el 3 de diciembre del 2016 En: http://www.cuba.cu/politica/2016-11-30/discurso-de-raul-castro-en-homenaje-postumo-a-fidel-castro/34335
xi Raúl Castro Ruz: Discurso de Raúl Castro en homenaje póstumo a Fidel Castro. Santiago de Cuba, el 3 de diciembre del 2016 En: http://www.cuba.cu/politica/2016-11-30/discurso-de-raul-castro-en-homenaje-postumo-a-fidel-castro/34335.
xii Realidad personológica y apreciación en la que han coincido numerosas personalidades en el mundo, incluidos no pocos de sus adversarios
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.