En esta nueva entrega del Centenario Manuel Sacristán publicamos una reseña del libro de Gonzalo Gallardo Blanco publicada en Nuestra Bandera (268).
Manuel Sacristán no necesita presentación; menos en un número de Nuestra Bandera dedicado a su memoria. No obstante, siempre es necesario decir algo para contextualizar la nueva antología de textos realizada por Gonzalo Gallardo Blanco: Manuel Sacristán: Socialismo y filosofía. Antología (Libros de la Catarata, 2025).
Manuel Sacristán fue un filósofo marxista coherente, es to es, fue un filósofo marxista al mismo tiempo que fue un militante comunista comprometido con la sociedad de su tiempo. He ahí el rasgo definitorio de su obra. Militantes comunistas hay muchos y muchas, pero militantes que tengan la capacidad de incidir en la teoría marxista, de ser críticos con la tradición propia y la acción política de su tiempo y con capacidad para elaborar un pensamiento propio acorde a las necesidades y desafías de la sociedad que le tocó vivir hay pocos, muy pocos.
Esta nueva antología de textos con la que la editorial Los Libros de la Catarata se suma a las celebraciones del centenario del nacimiento de Manuel Sacristán incluye una serie de textos que permiten conocer y comprender su trayectoria intelectual y su pensamiento político y filosófico, trazando un recorrido por sus etapas político-filosóficas vitales.
En primer lugar, su etapa premarxista, en la que muestra sus primeras inquietudes filosóficas (1944-1955), de la que se recogen dos textos: ‘Simone Weil’ (1951) y ‘Homenaje a Ortega’ (1955),
La segunda etapa (1956-1969), en la que se convierte en un intelectual marxista reconocido y en dirigente comunista en el PSUC-PCE, está representada por los siguientes textos: ‘Las ideas gnoseológicas de Heidegger’ (1959); ‘Tres notas sobre la alianza impía’ (1961); ‘La tarea de Engels en el Anti-Dühring’ (1969), con el que Sacristán pretende señalar los errores en la dialéctica engelsiana, pero no con la finalidad de renunciar al pensamiento de Engels, sino con la intención de mantener el ‘socialismo a una altura científica’; y, ‘Un apunte de la filosofía como especialidad’ (1966), con el que polemiza con el filósofo Gustavo Bueno.
La invasión de Checoslovaquia (1968) por las tropas del Pacto de Varsovia para poner fin a una experiencia socialista no soviética marca el inicio del fin de la esperanza y de una etapa de crisis vital (1969-1977), en la que muestra nuevos intereses político-filosóficos que se traducen en la publicación de los siguientes textos recogidos en la antología: ‘Checoslovaquia y la construcción del socialismo’ (1969), ‘De la filosofía de la ciencia a la política de la ciencia’ (1976) y ‘A propósito del eurocomunismo’ (1977), en los que manifiesta su desasosiego ante las vías que estaba tomando el movimiento comunista, pero sin renunciar a la esperanza. En este sentido es de gran interés el texto ‘A propósito del eurocomunismo’ (1977), en el que Sacristán propuso los que deberían ser rasgos principales para una regeneración de la política comunista, entre los que recuerda que el movimiento en sí no es nada, que la meta, el comunismo, es lo fundamental, aunque para lograr esa meta lo primero que hay que hacer es autocrítica e nuestros fracasos y superar el mecanicismo, aunque eso no debe llevarnos a la pasividad.
En los últimos años de su vida (1978-1985), Manuel Sacristán se convierte en el filósofo de la ‘derrota’ y de la necesidad de renovar el pensamiento marxista; de esta cuarta etapa son los siguientes textos: ‘Algunos atisbos político-ideológicos de Marx’ (1983), ‘La OTAN hacia adentro’ (1984) y ‘El undécimo cuaderno de Gramsci en la cárcel’ (1985). Con estos textos abre el pensamiento marxista a la realidad que se empezaba a configurar y pocas personas fueron capaces de entrever; así, ante la crisis ecológica dota al marxismo (sin renunciar a la centralidad de la lucha de clases y la contradicción principal capital – trabajo), de un pensamiento ecosocialista con el que analizar y comprender la crisis ecológica y proponer una salida coherente con la tradición emancipatoria del marxismo. Asimismo, ante la carrera armamentística -que centró las luchas del movimiento anti-OTAN-, Sacristán propone entrelazar el marxismo con la lucha pacifista y antimilitarista. Dos tareas que el pensamiento marxista sigue teniendo pendientes en la actualidad, a pesar de lo mucho que se avanzó en estos últimos 40 años tras la muerte de Sacristán.
En definitiva, no por ser muchas las antologías existentes de la obra de Manuel Sacristán, ahí están algunas de las editadas por Salvador López Arnal (Del pensar…, MARX, Escritos sobre El Capital…), está obra pierde interés; todo lo contrario, es necesaria en la medida que acerca al público actual el pensamiento de un intelectual que supo pensar los problemas de su tiempo con las herramientas analíticas y filosóficas heredadas que supo actualizar o renovar para que sigan siendo útiles hoy… En este sentido es plenamente acertada la caracterización de Sacristán como un marxista profundamente ortodoxo que propone Gonzalo Gallardo Blanco, militante comunista y autor de una tesis sobre Sacristán.
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