Recomiendo:
2

El fascismo es un fenómeno plenamente moderno

Fuentes: People’s Democracy (India) [Imagen: Miembros de la Asociación Patriótica Nacional (RSS), una organización paramilitar india de extrema derecha y nacionalista hindú fundada en 1925 (la edad dorada del fascismo internacional), desfilando por las calles de Bhopal en 2016. Créditos: Suyash Dwivedi, tomada de Wikipedia]

Traducido para Rebelión por Paco Muñoz de Bustillo

Existe un resurgimiento de las fuerzas fascistas en todo el mundo. Este fenómeno incluye también a la India, donde los elementos fascistas del Hindutva [nacionalismo hindú] no solo están en auge, sino que llevan en el poder más de una década. El pensamiento liberal y progresista del país se ha preocupado por analizar las razones de este ascenso del supremacismo hindú, que trata a las comunidades minoritarias como “los otros”, genera el odio de la comunidad mayoritaria contra ellos y trata de destruir el carácter laico y democrático del sistema político previsto por la Constitución.

Ante el advenimiento de este fenómeno se aducen diversas razones. Entre ellas están el impulso masivo e implacable de la Asociación Patriótica Nacional (RSS, siglas de Rastriya Swayamsevak Sangh) al establecimiento de instituciones educativas a través de las cuales se difunde una ideología comunal tóxica incluso entre los niños; el enérgico fomento del fascismo comunal entre la comunidad mayoritaria a través del movimiento Babri Masjid, que primero supuso la demolición de la mezquita [de Babur] de más de 400 años de antigüedad y posteriormente la construcción de un templo en su lugar; el declive del ethos secular que se había mantenido gracias a la lucha anticolonial; el legado de la partición [de la India*], que resulta útil para mantener viva la división comunal en el país; etcétera.

Mezquita de Babri Masjid (India), demolida por una turba de nacionalistas hindús en 1992 y sobre cuyas ruinas fue construido un templo hindú dedicado a Rama (Ram Madir) inaugurado por Modi en 2024. Créditos: Samuel Bourne, realizada entre 1863 y 1887, tomada de Wikipedia

El asunto que subyace bajo toda esta discusión ha sido que, en la India, el desarrollo de una cultura y tradición sincréticas no había eliminado por completo la división por religión y comunidades existente entre el pueblo; y si bien la lucha anticolonial y la Constitución surgida tras la independencia fueron expresión una antigua tradición, la persistencia de la división por religión y comunidades brinda a los seguidores del Hindutva la oportunidad de proseguir con su agenda, lo que han aprovechado en la actualidad. Es decir, este debate ha situado al Hindutva en la historia, presentándolo como un retroceso en una tendencia subyacente en la evolución histórica de la India.

Si bien este análisis es esclarecedor, tiene importantes carencias. Para empezar, no toma en cuenta el hecho de la que emergencia del Hindutva en la India en la actual coyuntura forma parte de una tendencia global hacia el fascismo. Milei en Argentina, Meloni en Italia, Orban en Hungría, Trump en Estados Unidos, Modi en India, Erdogan en Turquía y Netanyahu en Israel (aunque este último represente una categoría especialmente repugnante por sí mismo) tienen algo en común y forman parte de una corriente global hacia el ascenso del fascismo; y allí donde los elementos fascistoides no han alcanzado el poder, poseen la suficiente fuerza como para llamar a sus puertas de un modo sin precedentes en la historia reciente, como Marine Le Pen en Francia o Alternativa para Alemania (AfD) en Alemania. Por tanto, una explicación puramente específica para el aumento del Hindutva en India resulta básicamente insuficiente.

Este análisis del ascenso del Hindutva resulta asimismo radicalmente incompleto por otro motivo, y es que carece de fundamento en cualquier análisis de clase. Tradicionalmente, los votantes de Hindutva se hallaban sobre todo entre los tenderos, los pequeños comerciantes y similares, lo que podría caracterizarse de modo general como la pequeña burguesía. Pero cuando los elementos del Hindutva llegan al poder, ¿significa esto que la pequeña burguesía ha tomado el poder? En resumen, ¿cómo se explicaría el ascenso de los elementos del Hindutva en términos de clase?

Estos dos aspectos incompletos pueden completarse satisfactoriamente si reconocemos a Hindutva como un fenómeno totalmente moderno. De hecho es preciso reconocerlo como la versión india de un auge fascista que es en sí mismo un fenómeno completamente moderno. Sin duda, los propios elementos fascistas tienen una perspectiva premoderna. Su total abandono de la razón y su creencia supersticiosa en ciertos supuestos desarrollos históricos para los cuales no solo no hay evidencia, sino que de hecho son impugnados por la evidencia, los identifican como imbuidos de una actitud premoderna y precientífica; pero nada de esto explica el repentino auge mundial de los movimientos fascistas, a menos que consideremos el hecho de que todos estos movimientos están respaldados actualmente por el segmento más poderoso de la burguesía, es decir, la burguesía monopolista. Si el surgimiento y el predominio del capital monopolista es de por sí un fenómeno moderno (Lenin fechó la transición del capitalismo competitivo al capitalismo monopolista a principios del siglo XX), el fascismo, cuyo ascenso se produce gracias al apoyo del capital monopolista, debe ser visto en sí mismo como un fenómeno moderno.

En todas las sociedades modernas existen grupos fascistas, pero suelen ser marginales; solo cobran protagonismo cuando el capital monopolista les brinda ayuda financiera y el apoyo de los medios de comunicación que controla. En otras palabras, su ascenso solo es posible cuando el gran capital los necesita y, por tanto, se asocia con ellos para utilizarlos para sus propios fines. Su dominio en términos de clase es, por tanto, el dominio de forma particularmente brutal y represiva del capital monopolista, especialmente de cierto segmento reaccionario, agresivo y advenedizo del mismo. Tal y como lo expresó Georgi Dimitrov, presidente de la Internacional Comunista, en el Séptimo Congreso de la Comintern, el Estado fascista es la “dictadura abierta y terrorista” de los sectores más reaccionarios del capital financiero. El renombrado economista Michal Kalecki, en un tono similar, se refirió al dominio fascista como basado en una alianza entre “grandes empresas y fascistas advenedizos”.

Dicha alianza resulta necesaria para las grandes empresas en los periodos de crisis del sistema, cuando su hegemonía se ve amenazada. En esos momentos necesita un discurso que desvíe la atención y que tenga la ventaja (desde su punto de vista) de dividir a la clase trabajadora, de forma que esta sea incapaz de plantear cualquier amenaza a su hegemonía. Los grupos fascistas proporcionan en el mejor de los casos un discurso distractor y divisorio, al margen de su propensión a la represión. De ahí que las grandes empresas se asocien con ellos en los periodos de crisis del sistema. El fascismo clásico alcanzó su auge durante la Gran Depresión de la década de los 30 y el ascenso actual de las fuerzas fascistas está teniendo lugar en el contexto de la prolongada crisis de estancamiento y creciente desempleo que el capitalismo neoliberal ha experimentado tras el estallido de la burbuja inmobiliaria en EE.UU. en 2008. Es esto lo que explica la simultaneidad del ascenso de elementos fascistas en diversas partes del mundo en estos momentos.

El fascismo, ya sea en su versión clásica o contemporánea, es por tanto un fenómeno moderno que invoca un aspecto premoderno, incluyendo a veces un mundo premoderno idealizado. Los propios elementos fascistas son, claro está, la encarnación de este aspecto. Pero considerar su auge meramente en términos de la difusión de esta perspectiva supone ignorar su conexión con el capital monopolista, con el capitalismo, y por tanto con la economía política en su conjunto. Este ascenso debe considerarse más bien como la suma de un capital monopolista muy “moderno” que utiliza un instrumento premoderno para sus propios fines.

Y, volviendo a la India, si bien el RSS lleva existiendo cien años, el ascenso al poder exclusivo de su organización política, el Bharatiya Janata Party (BJP, Partido Popular Indio), solo tuvo lugar en 2014, tras conseguir el respaldo de las grandes empresas del país. Narendra Modi ha desempeñado un papel fundamental a la hora de lograr esta alianza entre elementos fascistas y grandes empresas, y su candidatura para el cargo de primer ministro se planteó por primera vez en una cumbre de inversores a la que asistieron todos los grandes capitalistas del país, organizada por el gobierno de Gujarat cuando él era jefe de gobierno de dicho Estado.

Considerar el auge de elementos fascistas como un fenómeno moderno es fundamental para combatirlo con éxito. Si este auge fuera resultado únicamente de la supervivencia y el posterior fortalecimiento de la premodernidad, la lucha política contra él debería ir acompañada de un renovado impulso hacia la “modernización”, lo que implicaría una vigorosa búsqueda del neoliberalismo. Por otro lado, si se considera que el ascenso fascista está respaldado por el capital monopolista para reforzar su hegemonía durante un período de crisis del neoliberalismo que no puede superarse en el marco del propio neoliberalismo, la lucha política contra él deberá ir acompañada de una agenda económica que trascienda dicho neoliberalismo.

A menos que se vaya más allá del neoliberalismo, lo cual es necesario para superar la crisis por él creada, incluso una derrota electoral de los elementos fascistas no supondría más que un contratiempo temporal para los mismos; retomarían el poder, como ha hecho Donald Trump en Estados Unidos, porque no se superaría la coyuntura que permitió su ascenso. Por consiguiente, el triunfo contra el ascenso de los elementos fascistas requiera no solo una unión política de las fuerzas seculares, democráticas y antifascistas, sino también un programa económico mínimo que implique la superación del neoliberalismo, al menos en ciertos aspectos cruciales para empezar.

N. del T.: La partición dio lugar a la creación de Pakistán y la India como estados separados en 1947 y hace referencia no solo a la división de Bengala (entre Pakistán Oriental y Bengala Occidental) sino también a la del Punjab.

Fuente: https://peoplesdemocracy.in/2025/1012_pd/fascism-thoroughly-modern-phenomenon

El presente artículo puede reproducirse libremente a condición de que se respete su integridad y se cite a su autor, a su traductor y a Rebelión como fuente del mismo.