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La injusticia social en España y Estados Unidos

Fuentes: Rebelión

En España, pero también en Estados Unidos (no se sabe bien por qué) tienen mucho en común en esta materia: la una, como la sirvienta fiel, el otro, como referente del conservadurismo más extremo, la injusticia social no escandaliza. Se tolera, se explica, se justifica. Se convierte en paisaje.

Los bancos baten récords de beneficios en España. Una noticia es, casi en formato de admiración: los beneficios recientes de un Banco español se cifran en 7 mil millones por semestre. La otra: una de cada cuatro personas viven en España en el umbral de la miseria; una cuarta parte de la población malvive con 640 euros al mes. En Estados Unidos, los macroejemplos son incontables.

Estas “novedades” apenas ocupan unos segundos de atención mediática, y después se desvanecen entre los deportes, la publicidad, lo financiero y los cotilleos. Nadie se ruboriza. Ni allí, ni aquí. Nadie se indigna, salvo los nobles de espíritu y los talentos lúcidos significados de siempre, pero inútilmente.

El ciudadano medio español y estadounidense, domesticado por décadas de propaganda nauseabunda, aceptan como natural lo que debería provocar una rebelión moral. La desigualdad no es fruto del azar ni de errores económicos: es la estructura misma del sistema, sostenida por leyes, por políticos serviles y por una prensa cómplice del poder financiero. 

En ambos países, lo que indigna un día se olvida al siguiente. Lo que debería cambiarlo todo no cambia nada. Los responsables siguen ahí, premiados y aplaudidos. El dolor de los demás se ha convertido en ruido de fondo, en un eco que ya no llega a la conciencia colectiva., Después de culpar a los gobiernos, casi es ley culpar a la clase política. Pero su culpa consiste en dejarse dominar por los Bancos y por los intereses creados de unos miles de familias wasp, allí, y de otros miles de franquistas disfrazadas de conservadores nobles, aquí. Este sistema no soportaría lo contrario. 

España y Estados Unidos, dos países que viven anestesiados. La anestesia se llama costumbre. España acostumbrada por el imperio de una religión y una doctrina social que sigue fija en las conciencias dominantes. Estados Unidos, por la misma costumbre de su dominio armado total sobre el resto del mundo, a cuyo frente está la tripleta CÍA, Pentagono y White House. La inercia de las circunstancias políticas y de la voluntad de dominio, conducen a una injusticia social convertida en paisaje. Así, el alma de los dos pueblos paralelos en esta materia, se degrada. Y lo más grave no es que los poderosos de ambas naciones acumulen dinero sin medida, sino que la población no vea en ello algo anormal.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.