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A 39 años de la fundación del Movimiento de Izquierda Revolucionaria – MIR.

Fuentes: Rebelión

A Todos los que Combaten al Imperialismo, en Cualquier parte del Mundo, a los Compañeros de Izquierda, a los Pueblos Latinoamericanos, al Pueblo de Chile: «Nos hemos unido en virtud de una decisión libremente adoptada, precisamente para luchar contra los enemigos cuyos moradores nos reprochan desde un principio el que nos hayamos separado de un […]

A Todos los que Combaten al Imperialismo, en Cualquier parte del Mundo, a los Compañeros de Izquierda, a los Pueblos Latinoamericanos, al Pueblo de Chile:

«Nos hemos unido en virtud de una decisión libremente adoptada, precisamente para luchar contra los enemigos cuyos moradores nos reprochan desde un principio el que nos hayamos separado de un grupo aparte y el que hayamos escogido el camino de la lucha y no el de la conciliación».

Tomamos este mensaje de Lenin, que una vez él dirigió a los Bolcheviques, no por un criterio dogmático, sino porque para los concientes militantes del MIR, hoy reviste un sentido histórico indesmentible.

Nos han querido hacer parecer como manifestaciones intermitentes de viejos soñadores, románticos, o peor aún, como hombres delirantes que no se ajustan a la realidad, ni a los procesos llamados «democráticos», no acompañando al pueblo, que supuestamente ha escogido esa forma de autodeterminarse. Pero más doloroso resulta aún, que nuestros propios hermanos de lucha -porque un día así lo creímos- hoy aparecen en desconcertantes provocaciones, erráticas posturas personalistas y embestidas arteras, que nos afectan desde nuestra concepción y sensibilidad revolucionaria.

En estos momentos, es indispensable hacer un análisis reflexivo del proceso que hemos vivido y que ha pasado la Izquierda Revolucionaria. Por cuanto, las crisis no expresan sino, momentos de síntesis de contradicción que nos deben llevar a un salto cualitativo de avance en nuestro convencimiento y acción.

Lo que queremos resaltar es una mirada optimista, desde una perspectiva dialéctica de la actual situación de la Izquierda Revolucionaria en nuestro país, de la que debemos concluir, que no es posible ponernos a discutir un proceso revolucionario, desde la superestructura, sin considerar el desarrollo actual del Imperialismo y del capital -por cierto, nuestro fundamental enemigo- desde su base material.

Así, la discusión que hemos venido haciendo, la volcamos al interior de nuestras orgánicas, y muchas veces, la creamos y la agotamos en una realidad interna, que nos lleva a entramparnos en la práctica, sólo en su aspecto político, en el aparecer de los partidos, y se nos olvida nuestra ideología materialista, que como bien la entendía Lenin, y esta debe ser la lección para este momento, decía: No hay que inventar estrategias ni tácticas, sino hay que leerlas de la realidad material, están ahí, y lo que debe hacer la Vanguardia Revolucionaria, es conducir los procesos para llevarlos a su expresión de derrumbe material, para construir una nueva sociedad, sin explotación de ningún tipo.

Por lo tanto, nuestro deber hoy, es retomar una discusión ideológica, para unificar una lectura real del accionar del Imperialismo, de la nueva forma del capital y del cómo lo vamos a enfrentar, y no quedarnos en discusiones estériles, reduccionistas de la realidad, de intereses y enfrentamientos personales. Como tampoco es a fuerza de gritos que vamos a ganar posiciones, sino por la seriedad ideológica de nuestros planteamientos.

Porque los pueblos no se detienen para esperarnos a encontrar soluciones. La cantidad de vidas de combatientes entregadas, la sonrisa de un niño libre, merecen y nos reclaman la mayor de las responsabilidades históricas. Un verdadero y real planteamiento ideológico, un mismo entender y una misma lectura de una realidad material que será la que nos haga, en definitiva, encontrar una sólida unión y no ficciones de conveniencia.

En ese sentido, siendo absolutamente marxista-leninistas, tenemos que decir, que una Revolución no es una idea que se piensa entre cuatro paredes. Al comunismo, como decía Engels, no se llega en un caballo con alas. Por ello, no podemos seguir utilizando las categorías marxistas de memoria, ya que aún son válidas y las seguimos considerando como el instrumento teórico que nos ayuda a interpretar la realidad. Los conceptos de lucha de clases, fuerzas productivas, plusvalía, etc., los tenemos que buscar en la práctica, que es donde realmente se dan. Del Comandante Che Guevara, debemos aprender el no-estructuralismo dogmático de entender la realidad.

Hoy por ejemplo, seguimos buscando amigos donde no los hay, seguimos buscando explicaciones en el aparecer, y no en la esencia. Se nos olvida que el capital, como eje que define al capitalismo, al que siempre le enrostramos su salvajismo, es una relación social contradictoria, y no una simple ganancia formal y vacía. Se nos olvida que los partidos políticos institucionales y las alianzas solo expresan intereses de clases, y que el Estado burgués es su organización y no la nuestra, y que si un dirigente de izquierda o cualquier partido popular llega a ser parte del Estado, en definitiva lo que hace, es ayudar a dar legitimidad a un falso concepto de pluralismo, pues la expresión de los «excluidos y explotados» no se encuentra sino en una liberación total y material.

Nos han inventado a un hombre que se dignifica consumiendo, y la idea de liberación de la explotación la entregamos solo la lucha reivindicativa e individualizante. Pero la dignidad, en la que nosotros creemos, no es cuantitativa, es simplemente dignidad, que jamás encontraremos dentro de este sistema económico social. Por ello los que siguen engañando, prometiendo y encausando luchas reivindicativas, sin potenciar un planteamiento político claro que lleve a una discusión ideológica profunda, y que continúan potenciando discursos por una salud digna, educación digna, aumento de salarios, cambios legislativos, entre otros, derechamente han dejado la idea de una Revolución sólo a un criterio distributivo, y no a un cambio profundo de la producción, y en ese intento, engañan al pueblo con un socialismo ingenuo y utópico. Potencian la cooperación de clases, quedándose en un plano reformista, no considerando que todo lo que este sistema entrega es indigno e injusto, ya que se produce en base a la explotación y marginación de una clase por otra. Esto explica, que no existe Estado neutral, solo existe Estado de clases, este Estado burgués -peón del Imperio- no puede darnos nada sin estar manchado de dolor y de sangre.

La historia ha dejado más que claro, que las teorías político-económicas burguesas y reformistas, no pueden plantear nada sólido ni serio con respecto a la liberación de la clase oprimida. De igual forma, cualquiera posición que no contemple y desprecie la autodefensa popular, que no se plantee el cambio radical y total del sistema y que siga pensando en administrar pequeñas cuotas de poder burgués, es en sí una postura suicida e irresponsable para con sus militantes y para la clase que dice representar.

En este sentido, debemos tener claro que el Imperialismo viene desarrollando una estrategia de militarización y están buscando una nueva forma para reprimir a los revolucionarios y contener la movilización social. El control social viene hoy a abrirnos las puertas de nuestras casas, en nombre de la llamada «Seguridad Ciudadana». Ya no podemos seguir desconociendo que es una estrategia del control imperial, financiada por los planes económicos del FMI para América Latina. Nos han configurado al delincuente como enemigo de clase, el mismo de siempre, que desde una lectura material, tenemos claro que se llamará terrorista, en un muy corto plazo.

Dentro de su misma lógica nos han involucrado con los derechos humanos y por nuestra necesidad de respeto, creímos sin alertar el significado ideológico de individualismo, pues cuando torturan al compañero, se reduce a su derecho humano y no al de todos. Entendamos que un niño que no come, no es un derecho afectado, es el derecho de todo un pueblo que se afecta.

Los mismos que ayer violaron los derechos humanos de un pueblo, lo siguen haciendo hoy. El pasado defendieron a Pinochet y Paul Shaffer, y hoy en defensa de su institucionalidad, intentan proteger a los pederastas, violadores de nuestros niños y a los que se roban el dinero de todos nosotros a manos llenas.

Y más aún, nos han hecho pensar que su democracia es la mejor y más libre forma de organizarnos, pero se les olvida que la libertad viene primeramente por escoger libremente a sus representantes, y eso lo hacen en sus cúpulas de partido, juego al que debemos observar y estar atentos. Para qué insistir en que la democracia es financiada por el capital.

A los Compañeros de la Izquierda y de la Clase Revolucionaria: Si bien, hay que plantearse tácticas y estrategias, ellas deben ser, sin lugar a dudas, sobre la base de una clara significación, y no por una idea metafísica de acumulación de fuerzas. La única claridad que nos permite entender este avance, es que exista una acumulación tanto material como conciente, y no reivindicaciones para alegrar nuestro espíritu solidario de lucha.

Es importante que podamos releer desde la práctica, usando la herencia que nos dejara el materialismo dialéctico. Ello nos recuerda claramente que la consecuencia histórica no significa mantener siempre una misma táctica o incluso una misma estrategia, lo que nos recuerda es que debemos buscarlas en el único lugar en que se encuentran en la práctica.

Hacemos un llamado a construir vanguardia, pero que sea capaz de leer el proceso, desde la práctica y no inventarlo, o mirarlo sólo desde un plano de superestructura política. A terminar con las disputas personales y de cualquier índole que se aparten de una base ideológica fuerte y consciente. El Marxismo-Leninismo sigue siendo el mejor de los instrumentos de análisis que hoy nos permite entender la realidad como una unidad, y no seguir mirándola por partes. En ese sentido, la pobreza no se supera desde sí misma, se supera con el fin de la contradicción que la genera: la riqueza.

Llamamos a respetar a los pueblos, pues, como diría el Ché, el conocimiento nos hace responsables, y ello, nos obliga a subir la discusión a las alturas de la sonrisa de un niño, y no bajarlo a la mesa de discusión y acuerdos cupulares.

El llamado es a retomar la autoformación ideológica.

El llamado es a no seguir delegando responsabilidades en los futuros revolucionarios.

El llamado es a hacer una Revolución que no sea de idea sino de materialidad, que no sea con fines de distribución sino de producción para terminar la contradicción.

El llamado es a mirar el desarrollo actual del Imperialismo, las nuevas formas del capital y derrocarle a él con todo su aparato ideológico-político, y no pensar sólo en derrocar a quienes le representan a niveles partidarios.

El llamado es a pensar la Revolución, vivirla en nuestra vida diaria, es de no olvidarnos que no somos mercenarios, sino seres humanos.

Solo la lucha nos hará libres… Hasta la victoria, siempre !!!

DIRECCIÓN NACIONAL

MOVIMIENTO DE IZQUIERDA REVOLUCIONARIA

MIR