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A 41 años del Golpe neoliberal

Fuentes: Rebelión

Este 11 de septiembre recordamos los 41 años del Golpe de Estado en Chile que acabó con el Gobierno de la Unidad Popular encabezado por el Presidente Salvador Allende (primer mandatario socialista en llegar al poder por la vía electoral) y con el camino que miles de estudiantes, pobladores, campesinos e intelectuales y soldados estaban […]

Este 11 de septiembre recordamos los 41 años del Golpe de Estado en Chile que acabó con el Gobierno de la Unidad Popular encabezado por el Presidente Salvador Allende (primer mandatario socialista en llegar al poder por la vía electoral) y con el camino que miles de estudiantes, pobladores, campesinos e intelectuales y soldados estaban forjando en los fundos, fábricas, poblaciones y centros de estudios: el camino del Poder Popular.

Esta es una fecha con gran significación para toda Latinoamérica, pues representa el inicio de la ofensiva capitalista neoliberal en nuestro continente. El derrocamiento de Salvador Allende significará la instalación de un régimen sanguinario que impondrá un nuevo modelo de explotación y de privación de los derechos sociales, conducido económicamente por los «Chicago Boys» formados en Estados Unidos por Milton Friedman y seguidores de las ideas de  Friedrich August von Hayek .

 Este modelo, el neoliberalismo, nacerá en Chile destruyendo los derechos laborales y la organización sindical (Plan Laboral, 1979), privatizando e instaurando el lucro en el sistema de pensiones (AFPs, 1981), educativo (1981), de salud (Fonasa, 1980 – Isapres, 1981), el agua (Codigo de Aguas, 1981), desnacionalizando el cobre (Ley de Concesiones Mineras, 1981), imponiendo un sistema tributario favorable a los empresarios (Impuesto Global Complementario, 1974 – FUT, 1984), privatizando la banca (1974), además de la privatización de las empresas estatales, de los tierras de la Reforma Agraria, la liberalización del comercio, entre otras medidas, legitimadas por la fraudulenta Constitución de 1980, que caracterizaron al naciente neoliberalismo y que posteriormente fueron transformadas en receta, el llamado «Consenso de Washington», con el cual quisieron someter al resto de los pueblos latinoamericanos. Los resultados de estas medidas han sido la construcción de una de las sociedades más desiguales del mundo, con una concentración extrema de la riqueza en una minoría, a costa de una inmensa mayoría que se ve absolutamente privada de sus derechos más básicos.

 

La instalación del neoliberalismo en Chile sólo fue posible por la existencia de un Estado represivo y terrorista, que mediante los asesinatos, las torturas, las vejaciones, los encarcelamientos y el terror sobre millones de chilenos, logró desarticular a las organizaciones sociales y políticas y generar el shock social necesario para poder instalar el paquetazo neoliberal. El terrorismo de Pinochet fue requisito del Neoliberalismo, al igual que las medidas desestabilizadoras que se ejecutaron por parte de la derecha y los Estados Unidos en contra de Salvador Allende. El desabastecimiento inducido por el acaparamiento de productos, los atentados terroristas por parte de grupos paramilitares fascistas, el paro de camioneros, el cierre de empresas, la manipulación mediática, etc., fueron parte de una trama desestabilizadora que siguió y sigue aplicándose en contra de los Gobiernos dignos y soberanos de Latinoamérica, como en el caso Venezolano.

Son 41 años de ofensiva neoliberal, pero son también 41 años de resistencia de nuestros pueblos. El pueblo chileno que estalló en Protestas Populares en 1982, es el mismo que se levantó contra el paquetazo de Carlos Andrés Pérez en 1989, es el mismo que se insurreccionó en Bolivia, Ecuador, Argentina, es el que llevó al poder a Hugo Chávez, Evo Morales, Daniel Ortega y Rafael Correa, es el mismo que de un extremo a otro del continente se organiza y lucha contra el capitalismo neoliberal y su intento por arrebatarnos nuestros derechos.

El sacrificio del Presidente Salvador Allende y del pueblo chileno debe servirnos de ejemplo para entender que el imperialismo está dispuesto a usar todos los medios a su alcance para acabar con los procesos soberanos de los pueblos e instalar su modelo de injusticias y desigualdades, el cual solo se sostiene a punta de represión y violencia. Por tanto, al neoliberalismo y a sus profetas declarados y encubiertos ni un centímetro de espacio, solo lucha, unidad, batalla y victoria por Nuestra América!!

¡Viva el pueblo! ¡Vivan los trabajadores!

www.resistencia-antiimperialista.org

@resistenciaant