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A todas y todos los trabajadores de Chile y del mundo

Fuentes: Rebelión

La realidad concreta a la cual nos enfrentamos como clase nos hace presenciar este primero de mayo con otra mirada. Bien sabemos que ya por más de diez años los trabajadores de este territorio, hemos asumido la tarea de recuperar un sitial histórico en la obtención de nuestra liberación como clase. En esta dirección es […]

La realidad concreta a la cual nos enfrentamos como clase nos hace presenciar este primero de mayo con otra mirada. Bien sabemos que ya por más de diez años los trabajadores de este territorio, hemos asumido la tarea de recuperar un sitial histórico en la obtención de nuestra liberación como clase. En esta dirección es que nos hemos enfrentado en las luchas de los pobladores, de los estudiantes y en las luchas políticas, contra el Estado y el Capital. Contra una elite en el poder, quienes no sólo se cuotean los cargos ministeriales y de representación parlamentaria, sino que defienden los derechos de los ricos y poderosos. Nuestra clase se ha encontrado en los centros de trabajo, en la calle, en la protesta, demandando con dignidad lo que le pertenece. Una vivienda digna, mejores salarios, una educación accesible y de calidad para el pueblo de Chile, seguridad laboral, en fin, demostrando la necesidad de expropiarle a la patronal y al Estado lo que le han quitado.

Nuestro saludo en este primero de mayo, no pretende hacer un collage de imágenes de nuestra historia que nos recuerden a grandes hombres y mujeres que dieron su vida por la causa de liberación de nuestra clase. Reconocemos en Recabarren, en Ernesto Miranda, en Clotario Blest y en miles de luchadoras y luchadores sociales, la intención de defender y organizar a nuestra clase. Pero nuestro proyecto es más ambicioso, como Comunistas Libertarios, creemos que el proyecto de liberación de la clase es un proyecto actual, un proyecto que hace eco en el paro de los trabajadores mineros subcontratados de CODELCO, en la protesta de los trabajadores forestales, en la lucha de los trabajadores del sistema público, en fin, un proyecto que quiere aportar con la memoria viva, al presente.

No somos nosotros quienes inventamos la lucha de los trabajadores y del pueblo, sino más bien, somos parte de ese motor que mueve la historia. No somos nosotros quienes hemos inventado la necesidad de la unidad que se escucha en muchas partes, es un síntoma de los nuevos tiempos, es una necesidad de nuestra clase para avanzar hacia mejores condiciones de vida.

Como organización reconocemos un nuevo momento en la situación política y social del país, que más allá de darle la posibilidad al pueblo de ingresar al parlamento, manifiesta el desgaste del actual modelo político-económico-social, a la vez, que muestra un nuevo ánimo en las masas populares para enfrentarse al Estado y al capital, reconociendo en ellos a su enemigo de clase. Para nosotros este es un paso para constituir un MOVIMIENTO POPULAR CLASISTA.

La realidad se ha estrechado, los poderosos siguen acumulando a costa nuestra, se comienzan a visualizar ciertos eventos fundamentales del movimiento de las clases, como por ejemplo, el avasallamiento de los pequeños propietarios, quienes han sucumbido ante la nube de los grandes holdings comerciales, el poder de los ricos se logra a costa de nuestra explotación, y no es algo que nosotros hallamos descubierto, sino algo que esta ahí en el diario vivir, y es claro, los ricos para hacer crecer sus tasas de ganancias necesitan de la degradación de la vida de los explotados.

Si usted aún no cree, haga el siguiente ejercicio: empresas Arauco, cuyo dueño es el clan Angelini, quien según la revistas Forbes posee una riqueza de US $ 3.193 millones, que en el último tiempo ha logrado monopolizar el rubro forestal, siendo dueño de mas de 709.000 hectáreas (hás) de bosques en Chile, además de sus inversiones en Brasil, Argentina y Uruguay, en donde poseen 355.000 hás, y con 175.000 hás de plantaciones de pino; dueños de la industria de celulosa, con celulosas en Nacimiento, Arauco, Laja, Valdivia e Itata, y bajo cuyo imperio trabajan más de 20.000 trabajadores (entre planta y externalizaciones). Sin embargo, pese a su lucrativo negocio posee una estructura salarial que comienza en menos de $135.000 pesos, para los trabajadores de plantación, motosierristas, entre otros. ¿Cómo podemos entender que una empresa que obtiene anualmente ganancias por cerca de US$1.000 millones, pague sueldos de miseria, a la vez que no responde por un gran número de accidentes laborales? Pero este no es el único caso, otro ejemplo es Banco Santander Santiago que en los últimos 3 años ha sido la empresa líder en prácticas antisindicales, la misma que paradójicamente ha sido celebrada por su «alta responsabilidad social».

Pero los trabajadores y trabajadoras no somos tontos y bien sabemos que esta situación no es perpetua y que en nuestras fuerzas está la posibilidad de modificar esta realidad, que esa modificación pasará por nuestro enfrentamiento contra el Estado y el Capital, es decir, enfrentándonos a un sistema representativo parlamentario, oponiéndole órganos populares de autogobierno del pueblo, y contra el capital, pensando estratégicamente en la toma de los centros de trabajo bajo control obrero.

Cómo organización somos claros y sabemos que este proceso necesita de un alto grado de organización y unidad de la clase, como también el ir reconociendo la necesidad de politización de nuestras demandas, pues bien sabemos que la lucha no se acaba sólo en una mejora salarial, sino que en una mejora general de nuestra vidas, en el control de nuestras vidas. Sin embargo, la organización y la unidad no son puras, es posible reconocer en el seno del pueblo tres vertientes claras: en primer lugar, están los trabajadores/as vendidos a la patronal; en segundo lugar, aquellos que creen que el poder de los trabajadores se reduce al poder de la negociaciones de las dirigencias sindicales y que hacen de la negociación la única forma de solución de los conflictos. Y por último, están aquellos trabajadores que asumen en la ACCIÓN DIRECTA DE MASAS como la mejor estrategia de solución de los conflictos, a este último grupo de nuestro pueblo es al que llamamos MOVIMIENTO CLASISTA DE TRABAJADORES, y que creemos que su acción unitaria tiene perspectiva estratégica en la lucha contra el Imperialismo y el Estado de Chile.

Es por esto que estamos convencidos de la necesidad de organizar, fortalecer y desarrollar organizaciones de trabajadores clasistas, capaces de dar solución a sus problemas, organizaciones capaces de unirse en la lucha bajo elementos de unidad, programas de reivindicaciones que permitan mostrarle a la patronal y al Estado el camino elegido. Es por ello que creemos que esta corriente clasista de trabajadores debe de considerar mínimamente la lucha por:

* Salario digno para los trabajadores.
* Fin a la criminalización y despido de los dirigentes que luchan.
* Bonos de colación y transporte en toda actividad.
* Solución al daño previsional.
* Nuevo sistema previsional.

CON LA UNIDAD DE LOS QUE LUCHAN

¡¡¡VECEREMOS!!!