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ABC de la coyuntura política

Fuentes: Rebelión

La respuesta del gobierno que ha declarado el “estado de excepción”, ha estado ligada al “uso legítimo de la fuerza” por una parte y por otra a la puesta en acción del aparato policial y militar para enfrentar y disuadir la violencia desatada por estas fuerzas de la delincuencia organizada y transnacional.

El ABC de la política lo constituye la correlación de fuerzas. La misma que se estructura a nivel de la base económica donde se disputa y concreta la hegemonía dominante en un periodo determinado. Y a nivel de la escena se manifiesta en el espacio institucional, donde aspectos relativos a las formas del estado de excepción (la arbitrariedad y el autoritarismo, como los recursos de “judicializacion de la política” o “politización de la justicia”) pueden constituir factores de una determinada correlación. La diferencia en relación de pesos específicos que se manifiesta en el campo de las fuerzas y las tendencias políticas en juego: los partidos y movimientos, son factores de correlación de fuerzas. En este nivel es necesario tomar en cuenta la capacidad constitutiva del campo contra hegemónico que tiende a manifestarse en sus demandas al estado y en sus estrategias de movilización y resistencia.
La ética, por otro lado, debe considerarse también como un aspecto de la correlación, pero diferenciándole del campo y la epistemología política, de lo contrario, como ya ha sucedido, se confunde y se desdibuja las diferencias entre las esferas de la política y la ética, así como la posibilidad cierta de relación, en forma práctica, principalmente, en el quehacer político. Constituye así mismo un factor de una determinada correlación el momento y los cambios en la geopolítica, principalmente regional, que inciden sintomáticamente en una determinada situacion política.
Esta breve descripción da cuenta del fenómeno político en un país en una determinada coyuntura. Cuando hace unos pocos días el Ecuador ha vivido una suerte de “declaracion de guerra” lanzada por parte del crimen organizado y el narco tráfico mafioso, que ha asesinado a personas privadas de libertad, generando situaciones de terror y destrucción de bienes, poniendo así a provincias enteras como Guayas Esmeraldas y Santo Domingo de los Sachilas a vivir el drama de la inseguridad y el temor del desate bélico, situación que ha generado una reacción gubernamental y del estado
Así, la respuesta del gobierno que ha declarado el “estado de excepción”, ha estado ligada al “uso legítimo de la fuerza” por una parte y por otra a la puesta en acción del aparato policial y militar para enfrentar y disuadir la violencia desatada por estas fuerzas de la delincuencia organizada y transnacional. Al mismo tiempo que ha definido una estrategia para disolver, con el uso de la fuerza, el enfrentamiento manifiesto. El estado ecuatoriano ha reaccionado así a la estrategia criminal mafiosa del narcotráfico, y nos preguntamos ¿hasta dónde va?, ¿con qué fuerza efectivamente cuenta? ¿será –como dicen algunos analistas- un “show mediático para recomponer la alicaída legitimidad del gobierno de Lasso?, por otra parte, en estas circunstancias, ¿que capacidad efectiva tienen los aparatos de seguridad del estado para enfrentarla, cuando algunos de ellos han vivido una situación de crisis institucional y etica?
He aquí el punto crucial, vale decir, la parte medular del enfrentamiento y correlación de fuerzas en esta coyuntura violenta que vive el Ecuador. Su resolución no puede reducirse a la desnuda manifestación bélica y contra bélica; de fuerza y de contrafuerza; necesariamente se desplaza a la dinámica del campo de las fuerzas políticas y de las posibilidades y límites de la institucionalidad, donde la Asamblea Nacional o Parlamento, cuenta de manera determinante. En este aspecto el asunto del desenlace y solución del conflicto criminal armado que vive nuestro país, debe someterse a la correlación estrictamente política y jurídica de las fuerzas, de las normas legales y constitucionales, donde intereses pecuniarios, personales económicos, etc, muestra el tema contable: ¿Cuál la contabilidad de votos con que cuentan unos y otros sectores?, los mismos que se podrán de manifiesto tan pronto se instale la Asamblea Nacional para hacer un análisis de la inseguridad del Ecuador.
En este plano ingresa como factor decisivo y conductor de la coyuntura la posibilidad cierta de recobrar la calma, la pacificación y la armonía en el Ecuador, de tal manera de volver a la normalidad, como aspiración principal del momento. En este sentido, en la correlación de fuerzas, que “apure” la solución del conflicto, entra en juego la pertinencia de la mantención de la figura principal conductora, desde el estado, del enfrentamiento. Dicho de otra manera ¿el presidente Lasso garantiza una pacificación necesaria? O quizás, por diversas circunstancias, en este contexto ¿es un obstáculo? Y en esta interrogante ¿cómo miran las fuerzas y posiciones dominantes la perspectiva económica que con la violencia desatada han sido afectados? Y ¿pueden serlo en el futuro inmediato?
¿Qué hacer?¿Cómo resguardar la fuerza y la posibilidad de acción del campo contrahegemónico?
En principio cabe una respuesta abierta, sólida y autónoma del movimiento social demandando la pacificación del Ecuador y la superación de obstáculos que pueden impedir la manifiesta y demandada solución. Llamar a un acuerdo y unidad de distintos sectores, desde las propias fuerzas sociales, y generar coincidencias con sectores que pueden coadyuvar a la reconciliación, las iglesias por ejemplo, poniendo en cuestión la actuación de determinadas fuerzas que han violado principio de la ética y han afectado y perjudicado al estado con la corrupción, donde sin duda están actores del pasado y también del actual gobierno como se ha denunciado en las últimas semanas.
En todo caso, una vez más, el Ecuador entra a un dilema, en medio de la situación de polarización, utilizada política e ideológicamente, donde se ponen por delante salidas políticas, desde unos y otros sectores, dejando en la sombra la necesaria búsqueda de pacificación y conciliación nacional. En esta correlación: ¿Quién ganara? ¿Cuál debe ser la conducta política de los sectores subalternos desde la contra hegemonía? ¿Cabe una tregua?
Concluyo este mini artículo, el mismo que aparecerá en momentos en que la Asamblea Nacional se encontrara debatiendo sobre la inseguridad en el Ecuador, misma que emprenderá en iniciativas políticas para dar curso al desenlace del conflicto actual, permitiendo así ahondar en nuestro análisis.
Quito, 7 de Noviembre de 2022

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.