Entrevista a Emilène Aguayo, profesora de idiomas y activista por el acceso a los espacios verdes de Guayaquil. Cuestiona que al cabo de cuatro meses de cuarentena -y a pesar de que los centros comerciales fueron reabiertos al público desde hace varias semanas- los parques y espacios verdes continúan cerrados. Dice: » Esta lucha para abrir los parques debería ser liderada por nuestros representantes, pero el bienestar físico y mental no parece ser prioridad para las autoridades… Solo se tiene en cuenta la reactivación económica, pero los seres humanos somos más que el capital».
¿Cómo ha sido tu experiencia durante la pandemia?
La pandemia me tomó por sorpresa en un viaje de trabajo en Francia con mis estudiantes, estuvimos bloqueados por más de dos meses, logramos regresar a Guayaquil sorteando obstáculos.
¿Podrías contarnos sobre la situación de los parques en Guayaquil y en particular sobre el parque Samanes?
Desde que empezó la pandemia en marzo, se tomó la decisión de cerrar todos los espacios públicos, en primera instancia era a nivel nacional pero hace poco nos enteramos que esta medida sólo se mantiene en Guayaquil.
Yo vivo cerca del parque Samanes, que tiene una extensión de más de 800 hectáreas, donde no solo hay canchas y juegos infantiles, también hay múltiples espacios para a la sana recreación, picnic, ciclovías, y pistas de trote.
¿Por qué crees que se mantienen cerrados los parques en Guayaquil, a pesar de que estudios demuestran que los espacios al aire libre son mucho más seguros que los espacios cerrados?
Considero que -al no ser una medida a nivel nacional pues sólo se aplica y tolera en Guayaquil- es un atropello a nuestros derechos, ya que, si se tratara de precautelar la salud, los centros comerciales no estarían abiertos. Comprendemos que la reactivación de la economía es importante, pero el bienestar físico y emocional lo son también. No se puede aceptar que lo uno [comercio] sea más importante que lo otro [la salud].
Los parques en Quito abrieron el 3 de junio. Estamos a dos meses de esa fecha y los parques en Guayaquil siguen cerrados. ¿Cómo se explica?
Como lo mencioné anteriormente, las autoridades no nos dan respuesta alguna y como no ha sido de conocimiento de los guayaquileños que esta ley solo se mantenía aquí la mayoría aceptó sin refutar. Comprendemos y respetamos que muchos no quieran aún salir de sus casas, la apertura de un parque no te obliga a ir, pero estimamos importante que tengamos esta opción disponible quienes deseamos realizar actividad al aire libre con nuestros hijos, puesto que es más seguro que cualquier espacio cerrado.
¿Qué tipos de acciones estás y están tomando para abrir los parques y cómo podría alguien sumarse a estas iniciativas?
Hemos decidido realizar un plantón cada domingo en la entrada del Parque Samanes, parqueadero de la Concha acústica, hasta que nuestra voz sea escuchada.
Nos pueden encontrar con el #AbranNuestroParqueSamanesYa
¿Cómo han sido recibidos estos plantones -hasta ahora- por los vecinos y por la comunidad?
Pues al principio la mayoría había acatado la medida porque pensaban que era a nivel nacional, pero al saber que sólo pasaba en Guayaquil ha ido ganando adeptos que nos demuestran su apoyo en redes y en este segundo plantón fueron más que sólo los amigos y familiares.
¿Podrías contarnos sobre quienes asisten a los plantones? ¿Están en contacto con organizaciones o asociaciones ambientalistas de Guayaquil sobre este tema?
Las personas que asisten son familiares, amigos, conocidos por redes sociales. Las organizaciones que nos están apoyando son #EspaciosPúblicosLibres y #Entretejidas. Esperamos que otras organizaciones se sumen a este plantón sobretodo los del sector del deporte.
¿Qué otros espacios verdes hay en tu barrio?
En Samanes hay un pequeño bosque, el cual también nos representa una lucha: en los últimos meses nos tomó por sorpresa que vendieron terrenos dentro del bosque y hay árboles patrimoniales dentro de ellos. Acudimos como organización barrial a todas las instancias y no logramos nada, nuestro bosque perdió esos terrenos, sólo nos queda esperar que quienes construyan preserven nuestros árboles.
¿Cómo ha cambiado tu barrio a partir de la creación del parque Samanes en 2010?
Pues la seguridad es un grave problema en Guayaquil, por esto el parque Samanes se volvió nuestro gran aliado. Cuando hablo de seguridad también me refiero a la vial. Dentro del parque podemos estar horas, sin tener miedo a algún incidente y eso en Guayaquil es oro.
¿Cómo describirías la relación entre la ciudad de Guayaquil -y los ciudadanos- con el espacio verde?
Para empezar los conceptos están errados, llamamos “parque” a las plazas, por alguna razón que desconozco. En Guayaquil no hay muchas áreas verdes de esparcimiento realmente y no muchos están conscientes de esto.
¿Por qué piensas que la mayoría de las personas no reclaman -aún- la apertura de los parques?
En Guayaquil la mayoría no sabe que la medida de mantener cerrados los parques sólo se aplica en esta ciudad. La situación económica es tan difícil que muchos no se dan el tiempo para estas cosas y lo comprendo… Esta lucha para abrir los parques debería ser liderada por nuestros representantes, concejales, alcaldes, pero el bienestar físico y mental no parece ser prioridad para las autoridades lastimosamente, a pesar de que sabemos que la falta de actividad física genera estrés, y este a su vez, violencia. Guayaquil vive momentos muy difíciles, no se están atendiendo sus necesidades, solo se tiene en cuenta la reactivación económica, pero los seres humanos somos más que el capital.
Esta entrevista es parte de la serie «Voces de Guayaquil, epicentro de la pandemia en Ecuador», realizada por Silvia Arana y Libertad Gills. Enlaces a algunas entrevistas previas:
https://rebelion.org/sin-justicia-no-hay-orgullo-lgbtq/
https://rebelion.org/con-la-union-del-campo-y-de-la-ciudad-saldremos-de-la-crisis/