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90 años años de vida del filósofo mexicano

Adolfo Sánchez Vázquez, la lucidez y la congruencia

Fuentes: Masiosare

Adolfo Sánchez Vázquez es una de las figuras intelectuales más importantes de América Latina y España en el siglo XX. Dedicamos estas páginas a un recorrido en la riqueza de su obra y su vida. Sánchez Vázquez ha sido uno de las primeros pensadores que contribuyó a renovar el marxismo y a construir un proyecto […]

Adolfo Sánchez Vázquez es una de las figuras intelectuales más importantes de América Latina y España en el siglo XX. Dedicamos estas páginas a un recorrido en la riqueza de su obra y su vida. Sánchez Vázquez ha sido uno de las primeros pensadores que contribuyó a renovar el marxismo y a construir un proyecto de socialismo humanista, crítico y democrático. Aquí, algunos testimonios y reflexiones de discípulos suyos que abordan su biografía y sus contribuciones a la filosofía, la estética, la ética y la política

Adolfo Sánchez Vázquez es ante todo, un hombre congruente con sus ideas y su compromiso moral y político. Su vida es ejemplo de honestidad e independencia de pensamiento.

Al cumplir noventa años ha recibido merecidos homenajes, sobre todo en la UNAM, donde ha sido maestro por más de 50 años.

Su biógrafo, el austriaco Stefan Gandler, afirma que «Sánchez Vázquez es uno de los filósofos más importantes del siglo XX a nivel universal».

El pensamiento humanista de Sánchez Vázquez lo llevó a comprometer su quehacer filosófico en la comprensión crítica de la sociedad capitalista contemporánea, sus procesos políticos y económicos, de las expresiones artísticas y morales. A lo largo de su vida ha mostrado una gran sensibilidad para denunciar las injusticias y los dogmas políticos y estéticos.

Su espíritu crítico lo ha hecho defender siempre el derecho a discrepar. El compromiso ético de su obra lo ha convertido en un constructor de utopías en favor de un socialismo humanista y democrático.

De la estética y la política a la filosofía

La creación poética y su militancia política lo llevaron a la filosofía. Sánchez Vázquez desarrolla su vocación filosófica al buscar respuestas teóricas a cuestiones prácticas y estéticas.

En los distintos campos de su trabajo intelectual ha sido un académico de alto nivel como lo reconocen las numerosas distinciones como maestro emérito, premio nacional de Ciencias y Artes y los distintos homenajes y doctorados honoris causa que ha recibido estos años en México y España.

Siempre ha sido creativo y generoso, como muchos humanistas y científicos españoles republicanos exiliados que llegaron a México en 1939 y encontraron aquí la posibilidad de desarrollar su trabajo, impulsando y enriqueciendo la vida cultural e intelectual de nuestro país.

Sánchez Vázquez es un escritor incansable, autor de una veintena de libros de filosofía, ética, estética y política. Sin olvidar su invaluable aporte al marxismo crítico con su idea de la filosofía de la praxis y su reflexión de que «no hay socialismo sin democracia».

Es uno de las primeros pensadores de izquierda que rompe con el dogmatismo autoritario del marxismo soviético y desarrolla su propia interpretación, libre y viva, de la obra de Carlos Marx.

La influencia de su pensamiento rebasa con mucho este propósito. Hasta hoy, su libro La filosofía de la praxis y otros escritos son relevantes en la discusión de la filosofía.

Además de repensar los contenidos filosóficos del marxismo, Sánchez Vázquez ha elaborado una teoría estética que reivindica el arte como un trabajo creador, que ejerce una función crítica y liberadora. Sus obras Ideas Estéticas de Marx y Estética y marxismo han significado una ruptura con las concepciones del realismo socialista.

Sus trabajos posteriores han permitido una comprensión del arte contemporáneo, desde el marxismo, lúcida y abierta. El poder del arte no es representar, ha escrito, sino de evocar «no en su hacer ver, sino en su hacer vivir o sentir el mundo».

Su «estética de la participación» y «la socialización del arte» abren nuevas vías revolucionarias para desarrollar la creatividad al hombre y forjar una nueva sociedad de individuos creadores libres, emancipados. Una ruta para lograr el conocido salto del «reino de la necesidad al reino de la libertad» del que hablaba Marx.

Otro aspecto fundamental de la vida de Sánchez Vázquez ha sido su compromiso con los cambios sociales. Su libro La ética fue inspirado en gran parte por el movimiento estudiantil del 68. Fue muy cercano a las revoluciones en Cuba y Nicaragua. Desde 1994 ha mostrado sus simpatías hacia el movimiento indígena zapatista.

Una de las críticas más radicales a los regímenes autoritarios del «socialismo real», la hizo Sánchez Vázquez, de los que dijo «no son socialistas». Al estudiar a Marx concluyó que no puede separarse el socialismo y la democracia.

Tras el derrumbe del «socialismo real», en 1990 mantuvo un debate con Octavio Paz donde cuestionó la idea del fin del socialismo y defendió la vigencia del marxismo crítico al señalar la deshumanización capitalista.

Sánchez Vázquez planteó la necesidad de que la izquierda asuma la crítica de sus prácticas y sus experiencias, y valores universales como la libertad, la igualdad, la democracia, la solidaridad y los derechos humanos.

Su pensamiento forma parte del patrimonio intelectual de los pueblos que buscan la emancipación de las ideas y de la vida.

Adolfo Sánchez Vázquez, el filósofo, abrió el camino, inspiró nuevas lecturas del marxismo y el socialismo, nuevas utopías.