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El fantasma que recorre Latinoamérica: el socialismo del siglo 21

Amenazas y propuestas globales en los procesos de cambio en América Latina

Fuentes: Rebelión

De privilegios, privilegiados y otras yerbas capitalistas en el Post-Capitalismo Del diccionario de las utopías esbozadas por los fundadores del socialismo clásico en el siglo 19, como de las luchas sin cuento desatadas en los siglos 20 y 21 en el socialismo real y en la construcción del socialismo del siglo 21, una palabra está […]

De privilegios, privilegiados y otras yerbas capitalistas en el Post-Capitalismo

Del diccionario de las utopías esbozadas por los fundadores del socialismo clásico en el siglo 19, como de las luchas sin cuento desatadas en los siglos 20 y 21 en el socialismo real y en la construcción del socialismo del siglo 21, una palabra está prohibida en nuestros individuales y colectivos pensares, sentires y haceres: el término «privilegio«, tan contrapuesto a todos los idearios revolucionarios de lo mejor de la humanidad, y tan odioso como los términos explotación, desigualdad, tortura o plusvalía.

Aborrecedores de todo privilegio, siempre insistimos en que los únicos privilegiados en nuestras sociedades, tanto en el socialismo naciente, como en el realmente existente del siglo 20 o en el socialismo del siglo 21, serían -y deben ser- los niños y niñas. Mi utopía, personal, silenciosa, anarquista e impracticable era, sigue siendo, y es, una sola: «Soñar con vivir un día en un mundo que sea gobernado por los niños y las niñas de la Tierra«.

Empero, el artesano de la defensa de derechos humanos que esto escribió, que poco conoce de Economía Política del Socialismo del Siglo 21, ostenta el inmerecido privilegio de compartir tesis y luchar, desde hace nueve años, con científicos como Heinz Dieterich, Paul Cockshott y Allin Cottrell, y con miles de luchadores sociales de América Latina, que cometieron el delito de alentar el nacimiento de un temido, poderoso, realizable y corpóreo «Fantasma que hoy recorre el mundo y, en especial, América Latina : El fantasma del socialismo del siglo 21 » .

Hoy, ese Fantasma, que reaparece terco en el mundo desde el origen mismo del socialismo clásico de sus fundadores en el siglo 19, recogiendo sus mejores aportes y desechando aquellas deformaciones que lo distorsionaron en el 20, viene siendo estructurado con nuevos elementos y paradigmas en el siglo 21.

Los siguientes elementos, los pongo a consideración de los distintos procesos de construcción que integran y perfilan lo que se ha dado en llamar Socialismo del Siglo XXI en Latinoamérica.

 Naturaleza, nuevo humanismo y bloque latinoamericano: elementos centrales del nuevo socialismo del siglo 21  

  1) Aportes subjetivos, desde los DDHH, al socialismo del siglo 21:

Considero imprescindible incorporar la temática de la Naturaleza y sus tres vertientes: humana, animal y ambiental, en la elaboración y construcción del Socialismo del Siglo 21 en América Latina. Los efectos apocalípticos del Cambio Climático y del Capitalismo depredador sobre la Pacha Mama, los seres vivos y la humanidad, nos obligan a desarrollar teoría, doctrina y programa, y a formular estrategia, táctica y organización, tanto en los movimientos sociales y nuevas izquierdas latinoamericanas, cuanto en los gobiernos progresistas de América Latina. Incluso, la Naturaleza como elemento del nuevo socialismo, nos debe permitir esclarecer el tipo de alianza futura, naciente y necesaria, que nuestros procesos deben acerar y consolidar con China, India y el mundo árabe, a fin de desmontar el neoliberalismo y capitalismo a escala planetaria, así como para visibilizar y empoderar la Naturaleza como uno de los contenidos infaltables de nuestro socialismo del siglo 21.

Intuyo que el naciente socialismo del siglo 21 puede y debe vertebrarse desde una triple vertiente: humana, animal y ambiental. Creo factible el socialismo del siglo 21 con la Naturaleza, y no contra ella, con la vida protegida de Todos los Seres Vivos por igual, incluyendo el ser humano, pero ya no como el centro de una Creación Divina o una Evolución Científica, sino como igual a los demás seres vivos, para ayudar -de paso- a superar doscientos años de mezquina y suicida visión antropocéntrica en los distintos modelos previos de capitalismo y socialismo real, en las visiones de economía, sociedad, desarrollo y crecimiento nacional o regional, así como para dar el salto conceptual que nos permita superar la sesentona y antropocéntrica «Declaración Universal de los Derechos Humanos».

La desquiciante carcajada de los monos (Darwin la conocía), el silencioso vuelo de los colibríes (Marcos los admira), la tierna sonrisa infantil de los delfines (Greenpeace la defiende), la milenaria sabiduría de los árboles (Chico Mendes lo sabía), el misterioso encanto de la vegetación terrícola (Gandhi la protegía) y el estratégico eco del agua (Francisco de Asís lo entendía), fueron elevados en el actual Ecuador a rango constitucional, con el título «Naturaleza como sujeto de derechos», convirtiendo a la Constitución ecuatoriana en la primera del mundo en incluir tan revolucionario concepto, como lo destacara Eduardo Galeano en uno de sus escritos.

No faltarán los darwinistas sociales del capitalismo, o los estalinistas antropocéntricos del socialismo real(mente suicida), que motejen tan subjetivo aporte de «pura y llana poesía» o «muestra del tropicalismo latinoamericano».

Pero creo que una tarea operativa, ya no solo conceptual o estratégica, de los nuevos gobiernos progresistas, de los movimientos sociales, de las nuevas izquierdas latinoamericanas, de los intelectuales y científicos que le apuestan a una Economía Política Socialista, debiera ser el prepararnos para el crucial año 2.010 -en el centro corazonal de Sudamérica, bien sea en la Jalalla Bolivia o en el Ecuador Ciudadano- la realización de una nueva Conferencia tercermundista (como la que pariera al NOAL en Bandung), que nos permita desatar un Pacto Mundial sobre los efectos del Cambio Climático y de la Crisis mundial del Capitalismo Depredador en el planeta Tierra.

Un nuevo socialismo, del siglo 21, debiera tener contenidos de dimensión planetaria también en este campo, y no solo generarse desde una discursiva pasional o demagógica. Ese socialismo en construcción, que hoy puede y debe presentarse como alternativa al moribundo neoliberalismo, debe implicar un nuevo paradigma de Humanidad y Humanismo, y éste pasa por reconocer y proteger lo natural, lo animal, lo ambiental y lo humano. Mi alocado aporte subjetivo a la naciente teoría del socialismo del siglo 21, afirma la necesidad de incluir «un nuevo Humanismo» como otro de los ejes constitutivos del Cambio Civilizatorio que implica el paso hacia una sociedad poscapitalista en América Latina.

Y como las desquiciadas utopías deben ser acompañadas de hechos, propongo que elaboremos las líneas generales y operativas de esa tesis (Naturaleza, nuevo humanismo y socialismo del siglo 21) así como de la iniciativa «Bandung», en el marco de la lucha por la transición hacia el socialismo del siglo 21.

De igual manera, considero que algunas definiciones ya avanzadas que se han venido elaborando en los últimos veinte años desde la Escuela de Bremen y Escocia al socialismo del siglo 21, aportan un elemento clave y definitivamente revolucionario a la nueva doctrina de los derechos humanos que debemos ir configurando en América Latina y el mundo: Viene siendo impostergable la redefinición radical de los derechos humanos, desde una concepción integral y nueva para el siglo 21, que supere el antropocentrismo y la instrumentación hipócrita vista en el arcaico sistema de Naciones Unidas y utilizada por el imperio en sus informes infames sobre nuestros procesos nacionales. Me explico: creo que si las organizaciones de defensa de los DDHH más consecuentes y no dogmáticas, por lo menos en Latinoamérica, somos coherentes con la actual etapa abierta en la Patria Grande y con el destino de la humanidad, tenemos que incorporar como concepto revolucionario de DDHH, la Teoría del Valor y la Economía de Equivalencias , para superar el humanismo idílico de las ONG’s ascépticas, y trascender mundialmente, internalizando ese eje nodal que nos explicaría mejor como defensores auténticos: el fin de la explotación y dominación de unos seres humanos sobre otros.

Por lo menos en mi artesanal visión, creo que aportaré en esa ruta con los conceptos que vienen esbozándose hace algunos años en relación a la Economía y al Valor. La ecuación es sencilla: no se puede defender bien los derechos humanos, si no se cuestiona la plusvalía -esencia de la violencia del capital- y la Economía de Precios. Y, a la inversa, se defiende mejor los derechos humanos, si se esgrime la necesidad de ir, como sociedad global y países, a una economía de equivalencias basada en el Valor.

 2) El aguacero del cambio no cesa:  

El Bloque de Poder Regional actual en América Latina es hoy una realidad admitida, imposible de ser censurada por las derechas, o de autocensurarse por las antiguas socialdemocracias e izquierdas viejas de la región. La ola de cambios crecientes no cesa, aunque tengamos tantos desafíos cotidianos y amenazas por doquier.

Desde el Sur de América, el bloque regional empezó a movilizar su fuerza ciclónica hacia Centroamérica y el Caribe. Diez años atrás, solamente Venezuela y Cuba sostenían esa ola latinoamericanista. Luego vinieron Brasil, Uruguay, Bolivia, Ecuador, Paraguay, Argentina, y hasta Chile diría yo. Empero, la ola emancipadora subió a Nicaragua, y hoy El Salvador está a punto de sumarse al dominó hegemónico de la Patria Grande. Solo quedan Uribe y Alan García en el Sur como rezagos infames de la balcanización imperial. Pero la ola avanza, sabiendo que es un tiempo histórico que tiene plazos y límites: debemos aprovechar hoy ese tiempo para hacer subir aún más la oleada, desde la cintura centroamericana hacia México. A los rezagos del sur, se suman el gobierno de Calderón y el Plan México , que es la nueva fase y cara del alicaído plan Colombia, a los que quiere erigirse como barrera geopolítica de contención que, con la IV Flota en los mares del Sur, impida el recorrido de los nuevos vientos hacia el norte del continente. Pero, ya no está Bush en la Casa Blanca, y ese es un aspecto crucial que, si estuviéramos en el siglo 19, ya Bolívar hubiera destacado: aprovechar toda fisura en los imperios, para avanzar en nuestros proyectos de liberación.

Diez años después de que Heinz Dieterich, varios intelectuales y científicos más, algunos movimientos sociales de Ecuador y otros lares, y yo mismo desde la APDH, como Juan en el desierto, reiteráramos neciamente el aparecimiento de este bloque de poder regional, y la necesidad de conectar en un en un haz de alianzas a los gobiernos progresistas y movimientos sociales del continente para lograr el camino hacia sociedades post-neoliberales -y en el caso de Bolivia, Ecuador, Venezuela y Paraguay, hacia el socialismo del siglo 21-; diez años después, repito, el Foro Social Mundial y sus «jornadas de verano» como lo llamó autocríticamente Ramonet, ha tenido que aceptarlo hoy, aunque desconozcan la autoría de esas tesis predicadas en el desértico oído del FSM (las ONG y movimientos sociales) y del Foro de Sao Paulo (los partidos de izquierdas): han tenido que invitar este año, ya sin vergüenza, ya sin tanto debate sobre si las ONG’s y movimientos sociales mantienen su dudosa virginidad y si continúan o no mirando en la orilla opuesta a los gobiernos progresistas, han debido invitar -digo- a varios jefes de Estado a Porto Alegre: Hugo Chávez, Evo Morales, Rafael Correa, Lula y Fernando Lugo. Diez años después, «los hechos tenaces» que refería el viejo Lenin, han debido dar la razón a la tesis de quienes entonces luchamos para inyectar en la dermis de América, el veneno libertario del Bloque de Poder Regional y del socialismo del siglo 21.

3) El tema militar: el déficit estratégico de nuestros procesos.

El bloque militar regional unificado es un componente de la nueva realidad sudamericana, aunque muy incipiente. Esta tesis fue desarrollada por Heinz Dieterich y otros compañeros, militares, militantes y el defensor que esto escribe a lo largo de los últimos siete años, pero sigue deficitaria tanto en los gobiernos progresistas cuanto en los movimientos sociales y, ni se diga, en las agrupaciones de DDHH.

Aunque hubo y hay avances, como el recientemente conformado Consejo Sudamericano de Defensa, la Escuela de Nuestra América nos sigue haciendo falta, para enterrar no solo simbólicamente a la tenebrosa Escuela de las Américas, sino para superar en estos próximos cinco años sus doctrinas hemisféricas de la vieja tesis de la Seguridad Nacional, el «enemigo interno» y las «amenazas asimétricas», como nos denominan a los pueblos y sujetos sociales y políticos del Cambio regional. Las sedes regionales de la nueva Escuela de Nuestra América deben ser diversas y multi-focales: debemos proponer la creación de la Escuela de Nuestra América en Caracas, Brasilia, Managua, La Habana y Quito. Solo así formaremos nuevas generaciones de Oficiales de FFAA y Policía que le apuesten a estos procesos y a la emancipación continental, dejando atrás riesgos estratégicos que amenacen a los mismos procesos de cambio actuales.

En esa perspectiva, los casos de Ecuador, Bolivia y Venezuela resultan importantes: debemos coadyuvar con más energía a crear doctrina, teoría, estrategia y operatividad práctica, en los ejes de Seguridad y Defensa, y en la creación de una Logística e Industria Latinoamericanista propia. Los aparatos de Inteligencia, el cordón umbilical conceptual y de cooperación con el espionaje norteamericano, israelí y colombiano, empiezan a ser denunciados y rotos, en parte, en el caso venezolano, boliviano y ecuatoriano. Pero debemos ayudar a cortar definitivamente ese cordón. China, Rusia, India y el mundo árabe, son estratégicos aliados en esos campos inconclusos de construcción de estos procesos en pos de la Segunda Independencia.

Es necesario ayudar a constituir un Centro de Pensamiento Estratégico Regional para el tema, como lo propusimos Heinz Dieterich y yo años atrás. Ello significará el inicio de la derrota conceptual del imperio y del Comando Sur, de la IV Flota y, sobre todo, de la academia conservadora que intenta torpedear el proceso de transformación estratégica conceptual, institucional y operativa en ese campo, incluso anclándose en estamentos gubernamentales de estos mismos procesos.

 Dos años después, en el caso ecuatoriano; diez, en el caso venezolano, y aún no se pueden suprimir viejos aparatos de inteligencia, escuadrones de la muerte y visiones represivas en nuestras Policías y en segmentos burocráticos de nuestras Fuerzas Armadas.  

Debemos apoyar firmemente la resolución de expulsar a dos operadores de la CIA en el Ecuador, pero exigir que el gobierno ecuatoriano limpie toda la Comunidad de Inteligencia transnacionalizada, la que se ha convertido en amenaza al propio proceso de cambio.

4) Actuales Actores y Estrategias de Desestabilización contra los procesos de América Latina

A riesgo de resumir de manera riesgosamente breve, con abundantes lugares comunes que, de todas maneras, se refieren a las comunes estrategias de la Desestabilización de Baja y Mediana Intensidad Regional, me permito enumerar los principales agujeros negros de la Reacción.

– Bajo las matrices diseñadas antes y aplicadas en Europa del Este a través de las «revoluciones de terciopelo» o «revoluciones naranja», asistimos a una nueva etapa de la desestabilización regional: actualmente se intenta colocar como centro vertebral de la estrategia, el provecho de la propia Crisis Mundial del Capitalismo, para configurar el apocalíptico anuncio del «inminente fracaso de los proyectos populistas, estatistas, keynesianos y comunistas del chavismo, correísmo, danielismo, fidelismo, kirchnerismo, fernandoluguismo y evismo» en la región. El Apocalipsis de la Reacción se acompaña de otras piezas de artillería, entre ellas el Armagedón de la Desestabilización social, a través del descontento ante la erosión natural que pueden vivir algunos de estos procesos, de las movilizaciones urbanas o campesinas contra la crisis (un lienzo de comunidades ultraizquierdistas en Venezuela me llamó la atención: «Chávez entreguista. Aquí mandan Evo, Correa y Cuba»), y ante todo, buscan gatillar el Estallido del Pánico en las clases medias, contra cada proceso nacional. Por supuesto, en el caso venezolano, ecuatoriano y boliviano, son visibles los errores gubernamentales en el pésimo tratamiento de la alianza con esas capas medias.

– Asistimos, desde el 2005 a la actualidad, a un grave esquema asimétrico de Ataques mediáticos y descalificaciones «argumentales» por parte de ‘serios’ analistas e intelectuales que denigran, distorsionan, atacan y satanizan el concepto de Socialismo del siglo 21, y -de manera conexa- a todos los procesos gubernamentales progresistas abiertos en la región. La barata ecuación argumental de los Oppenheimers, Montaners, Jorgeortices y Aznares ha sido: Lo cual significa ignorancia escolar de nuestros mass media. «Neopopulismo»+ «Estatismo cepalino» = «Socialismo del siglo XXI».

– La Cruzada «político-académica» de la Reacción. Sus principales caballos han sido la Internacional Liberal de Aznar y su fundación «Libertad», acompañada operativamente por la Democracia Cristiana. Y en el eje subversivo movilizador se sostiene un tesis: » ganar la calle para la Derecha «, con los «movimientos naranja» (estudiantados conservadores de universidades privadas en Guayaquil, de una capa estudiantil -altamente ruidosa y bien entrenada- en Venezuela, y de la Juventud Santacruceña en Bolivia), más la emergente «nueva sociedad civil» de fundaciones con matriz cooperativa estadounidense o transatlántica en algunos casos. Sin embargo, cierto es también que en el caso de Ecuador, curiosamente, se ha venido atacando desde el gobierno a ONG’s de izquierdas, mientras no se toca a visibles ONG’s de derechas, y en el Gabinete presidencial y el Congresillo, legislan y co-gobiernan varios representantes de ONG’s (cuadros de Participación Ciudadana, Ruptura de los 25, Foro Urbano, etc.)

– Las fundaciones y centros del pensamiento conservador de EEUU, en especial Fundación Heritage y Fundación CATO, con su ejército de mercenarios mediáticos y editorialistas (verbigracia: Gabriela Calderón en diario El Universo de Ecuador), en muchos medios de prensa de la región en Centroamérica, Sudamérica y México, que han condensado la satanización colectiva bajo slogans clave: «populismo, socialismo del siglo 21, sociedades abiertas en riesgo, totalitarismo, keynesianismo jurásico, amenazas al libre mercado, alianzas con el narco-terrorismo fariano, regionalización y coordinación de la resistencia a las dictaduras de izquierda», y -ahora- con el pánico financiero para provocar la estampida bancaria en Ecuador, Venezuela, Bolivia, Argentina y parte de la región.

– La poderosa netocracia empresarial y toda su institucionalidad corporativa: el Grupo de Diarios de las Américas, GDA, la Sociedad Interamericana de Prensa, SIP, la CNN y otros.

– Los gremios empresariales de las grandes oligarquías, los paros agrarios (Argentina y Paraguay) y fracciones secesionistas que intentan operativizar una coordinación regional más organizada entre sí en la región.

– Las academias y centros de pensamiento supuestamente «progresistas» y «de izquierda», que en el reciente pasado dieron legitimación argumental al modelo neoliberal y a la matriz hemisférica pro-norteamericana de la Seguridad y la Defensa (el caso de FLACSO en Ecuador resulta cínico, por impune, pues incluso -por factores que no alcanzamos a detallar ahora- se ha enquistado como parte de la «nueva casta dirigente», es decir de la ‘tecnocracia revolucionaria’, a través de la errada y excluyente visión correísta de la Meritocracia. Este fenómeno no es solo nacional, se mira en otros procesos, como el argentino o boliviano por ejemplo, pero el caso de Ecuador puede servirnos como modelo de análisis para un siguiente documento).

– Los partidos de la vieja izquierda y movimientos sociales anclados en los noventas (el «vanguardismo social» y un etnocentrismo excluyente en los casos de Ecuador -con el amazónica liderazgo de la actual Conaie- y de Bolivia -con Felipe Quishpe-) que denigran -incluso desde la retrógrada visión conceptual del siglo 19 y desde el estalinismo, o desde la gaseosa «sociedad civil» de los noventas- al socialismo del siglo 21 -que ni siquiera está constituido aún- y a todos los procesos abiertos en América Latina. Estos sectores vienen siendo instrumentados mediática y movilizativamente para desestabilizar en la calle y la pantalla a cada uno de los gobiernos progresistas, por un lado, y al concepto de Socialismo del siglo 21 en toda la región. Bandera Roja en Venezuela, los ‘partidos obreros revolucionarios’ en Ecuador, Bolivia, Argentina, Paraguay, Uruguay y Brasil, han hecho aportes significativos en esta triste situación.

– El Caballo de Troya: las fuerzas conservadoras y retrógradas dentro de los propios gobiernos y procesos. Han empobrecido, censurado, instrumentado, corrompido o elitizado las nociones de Socialismo del siglo 21, Democracia Participativa y Revolución. Baste ver en el caso ecuatoriano, el ejemplo del militante de Sociedad Patriótica (el partido «paraco» de Lucio Gutiérrez), Edison Chávez, que fue Vicepresidente del Congreso cuando los sucesos del CIESPAL en el 2005, quien trajo buses de «primitivos», como se autodenominaron, el 20 de abril al Ministerio de Bienestar Social para dispararnos a los forajidos, el que el 21 de abril llamó a la «independencia autonómica de la República del Napo», el dueño de canal y radio local que hizo agresiva campaña publicitaria por el NO a la nueva Constitución en la consulta reciente, hoy, por decisión del Buró de PAIS, del Presidente Correa que lo felicitó con abrazos en Puembo, y teniendo como operador táctico a Eduardo Paredes, dirigente de PAIS, hoy ese personaje de la partidocracia mñas corrupta es el primer candidato provincial por PAIS. Y que conste que puedo ampliar el caso con 47 ejemplos vergonzosamente parecidos para las elecciones de abril.

– Las cofradías universales del poder ‘espiritual’: Ratzinger, el Opus Dei y la Congregación de la Fe, las jerarquías nacionales y nuncios de la Iglesia Católica, más otras iglesias y movimientos religiosos (en el caso ecuatoriano, los indígenas evangélicos de la FEINE han copado la presidencia del reciente «Quinto Poder» y el CODENPE, coadyuvando a debilitar a la Ecuarrunari y Conaie, estamento indígena religioso que antes fue incluso ‘ejército de reserva’ de Lucio Gutiérrez cuando caía bajo la insurrección quiteña, y que hoy se enquista -en alianza con la Fenocin- en lugares clave del nuevo poder político).

– Finalmente, las comunidades de Inteligencia y grupos operacionales de extrema derecha o corruptos, que lejos de ser desmantelados en nuestras Fuerzas Públicas y Ejércitos, son consolidados por ignorancia estratégica de nuestros gobiernos, como en los casos de Ecuador, Uruguay y Venezuela. Esos aparatos sostienen relación directa y transnacionalizada entre sí, y con los aparatos de Inteligencia de EEUU, algunas potencias europeas, Israel y el aparato de espionaje y guerra sucia de Uribe en el caso andino. La subversión intenta pasar, en el caso ecuatoriano, a una nueva fase: la preparación de la subversión en las Fuerzas Armadas, para operar un golpe de Estado táctico (lo defino como táctico porque no busca defenestrar a Correa, sino ‘derechizarlo en los hechos’, y para cuando estorbe demasiado, no buscará su derrocamiento, que es difícil, sino el magnicidio. «Muerto el perro, se acaba la rabia». Es obvio que no hay un liderazgo vigoroso que pueda continuar un proceso profundo de cambio. Esa será, entonces, la hora de los Termidores).

5) Propuestas Prácticas y Alucinadas para que aportemos, en serio, a la Patria Grande:

– Propongo en Quito la sede del III Encuentro de Pueblos, Estados Progresistas y Científicos, que defina los primeros pasos constructivos del socialismo del siglo 21, con el Presidente Correa como invitado. La idea es que con ello ayudemos también a presionar para una definición quántica al actual gobierno, para que intente ir al cambio en serio, para que no evolucione como mero proyecto socialdemócrata de nuevo cuño. Este evento debe incluir organizaciones sociales y políticas, y científicos del abanico latinoamericano que le apuestan al socialismo del siglo 21.

Veamos más allá: está por vencer el FMLN, es hora de proponerse estar a la vanguardia del debate mundial y latinoamericano. Indianizar la agenda del pensamiento estratégico en Ecuador es un error que debe ser enmendado en los movimientos sociales, izquierdas y ONG’s populares en mi país y el continente. Con todo respeto, el mundo actual de lucha es más que la Conaie, que Marlon Santi y sus «mishus» asesores sectarios.

– Es necesario que vayamos definiendo continentalmente una Conferencia sobre Cambio Climático, Naturaleza y Socialismo del Siglo 21 en Bolivia o Ecuador.

– Es urgente configurar por lo menos inicialmente, los pasos a seguir para proponer a los gobiernos del área, la creación de la Escuela de Nuestra América. El itinerario militar regional de apoyo debemos ampliarlo incluso hasta la China.

– Propuesta final: debemos alentar la constitución de Gabinetes Sociales de ayuda a los Presidentes del Bloque de Poder Regional. El rol conjunto de los científicos, intelectuales y los movimientos populares a escala nacional y regional, puede ampliar y profundizar nuestros nexos con esos procesos y gobiernos, y dotar a los mismos de linternas y claraboyas en la etapa crítica que se anuncia para este mismo año 2009.

– Las aplicaciones piloto, tipo Astilleros Argentinos, debemos aterrizarlo en conjunto en Ecuador, Venezuela y Bolivia, como reto del 2009-2010.