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Reseña de "Cómo cambiar el mundo" de Eric Hobsbawn

Análisis concreto de la realidad concreta

Fuentes: Rebelión

Cómo cambiar el mundo, ese es el problema. Eric Hobsbawm (1917), profesor emérito de la Universidad de Londres de Historia Social y Económica, reconocido como uno de los grandes historiadores de nuestro tiempo, se nos presenta en esta ocasión con el título «Cómo cambiar el mundo», un estudio del marxismo a lo largo de la […]

Cómo cambiar el mundo, ese es el problema. Eric Hobsbawm (1917), profesor emérito de la Universidad de Londres de Historia Social y Económica, reconocido como uno de los grandes historiadores de nuestro tiempo, se nos presenta en esta ocasión con el título «Cómo cambiar el mundo», un estudio del marxismo a lo largo de la historia que deshace las frases hechas, los tópicos, y pone al alcance de los lectores sus diferentes caminos hasta nuestros días, bajo la premisa del análisis concreto de la realidad concreta.

Las obras de Hobsbawm han concentrado el interés de los lectores por su gran conocimiento de asuntos históricos sobre todo los que hacen a nuestro tiempo, y especialmente para la izquierda en busca de transformaciones sociales. Algunos de esos títulos son «Las revoluciones burguesas», «La era de la revolución, 1789-1848», «La era del capital, 1848-1875», «La era del imperio, 1875-1914», «Historia del siglo XX», «Entrevista sobre el siglo XXI», «Años interesantes. Una vida en el siglo XX», «Guerra y paz en el siglo XXI», «Rebeldes», «Bandidos». En éste «Cómo cambiar el mundo» nos recuerda el testimonio de Marx sobre el esfuerzo a hacer con el fin de conseguirlo, y cómo para desentrañar la historia estudiaba los procesos sociales. En el Prólogo se nos advierte de la organización del texto en su conjunto y de las partes, que son conferencias y ensayos, impartidas o publicados, con que ha trabajado el autor: «La mayoría de los capítulos van dirigidos a lectores con interés más específico en Marx, el marxismo y la interacción entre el contexto histórico y el desarrollo y la influencia de las ideas»; con todo ello disponemos de un material sensible para la reflexión del futuro de la humanidad.

Si a su muerte (1883, 14 de marzo) Marx había dejado una obra considerable pero poco conocida, al cabo de escasos años supondría el pensamiento fundamental de nuestra era, pensamiento del nuevo camino que rompe con la explotación social. Hobsbawm nos advierte del parecido de la globalización capitalista con la descripción que hace Marx del capitalismo en el «Manifiesto Comunista» a la hora del gran cambio. Y hoy, la preocupación y el estudio de las obras de Marx crece entre quienes nunca se han considerado marxistas atendiendo a las condiciones que presenta el momento actual.

Del marxismo se desprendieron dos caminos, el socialdemócrata y el revolucionario. El triunfo de la revolución soviética supuso un freno a la expansión del capitalismo que parecía llegar a establecer la única vía social, entretanto el reformismo se dirigía a la modificación del sistema capitalista. Bernstein, principal inspirador reformista insistió en que el final era irrealizable, y sus seguidores socialdemócratas confiaron sus reformas al mercado. El cuestionamiento de esas alternativas abrió paso al pensamiento marxista que observa el capitalismo como un pasaje en la historia de la humanidad, conformado por momentos de crisis.

Attali, un escritor no marxista, declara sobre Marx: «Los filósofos anteriores a él pensaron en el hombre en su totalidad, pero él fuel el primero en aprehender el mundo en su conjunto, que es a la vez político, económico, científico y filosófico».

Hobsbawm expone el desarrollo del marxismo partiendo de las lecturas de Marx y Engels y el conocimiento de éstos sobre sus antecesores utópicos, desde aquel punto hasta hoy ofreciéndonos la evolución con cada circunstancia histórica. De entre los pensadores utópicos destacaron a Saint-Simon, Fourier y a Robert Owen. En Saint-Simon están contenidas «casi todas las ideas de los posteriores socialistas, que no son estrictamente económicas», nos dice Hobsbawm; de igual manera Saint-Simon critica la pobreza y la desigualdad sociales y se manifiesta contra la «libertad e igualdad de la revolución francesa por individualistas y por conducir a la competencia y anarquía económica». Algunas de sus expresiones están asumidas por el socialismo: «La explotación del hombre por el hombre», «De cada uno según su trabajo», «Todos los hombres deben tener garantizado el libre desarrollo de sus capacidades naturales». En Fourier destacan su crítica al comportamiento burgués, su defensa de la liberación de la mujer, y su concepción dialéctica de la historia; desconfiaba del denominado «progreso», de la democracia burguesa, y optaba por la satisfacción y el placer de cada hombre y mujer. Para Hobsbawm es el escritor socialista utópico que se lee con la misma satisfacción que en 1840. Ninguno de ellos se fijaba en la clase obrera como realizadora de su visión social, tan sólo Owen hablaba de los trabajadores en general. Sobre los utópicos, Marx y Engels señalaban críticamente su falta de sentido práctico y su apoliticismo. Marx y Engels también criticaron a los socialistas que buscaban la cooperación y el mutualismo, los intentos «pequeñoburgueses» como la reforma del crédito, la manipulación de la moneda, la reforma de la renta, … Sobrepasaron a éstos al aportar elementos provenientes del análisis científico de la historia y del capitalismo.

El autor de «Cómo cambiar el mundo» repasa el pensamiento de Marx y Engels y resalta su concepto de revolución, entre otros, e indica que Marx nunca utilizó el término «dictadura» para describir una forma específica de gobierno institucional, sino que siempre lo hizo para describir el contenido más que la forma de gobierno de grupo o clase, «… para él la «dictadura» de la burguesía podía existir con o sin sufragio universal. …El único régimen realmente descrito por Marx como una dictadura del proletariado fue la Comuna de París, y las características políticas del mismo en las que hizo incapie eran, en sentido literal, lo opuesto a dictatorial.»

El libro abunda en el estudio de los diferentes movimientos que se han denominado marxistas desde finales del siglo XIX hasta nuestros días y cómo se han ido transformando en función de los desarrollos más dispares, desde el reformismo hasta las luchas de liberación nacional, pasando por la revolución rusa, su hundimiento, la revolución china, y el surgimiento de nuevas corrientes, sobre todo en América del Sur, contando con que hay países que han llevado a cabo transformaciones con idearios que contienen aspectos en los que se han disuelto conceptos también antagónicos. El libro descubre territorios poco conocidos por las bases militantes y aporta una documentación siempre necesaria, aunque en algún momento o en algunos aspectos también el lector hará sus diferencias con el autor.

Título: Cómo cambiar el mundo.

Autor Eric Hobsbawm.

Editorial: Crítica.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.