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Aprender el quichua

Fuentes: Rebelión

Pocos son los valientes que aprenden el quichua. Todas las lenguas indoeuropeas responden a la misma lógica que el español; el quichua tiene un razonamiento muy distinto. El primer obstáculo: en la oración el verbo está al final; así, se dice: «En el alto del monte, por la mañana, la paja y el agua cristalina […]

Pocos son los valientes que aprenden el quichua. Todas las lenguas indoeuropeas responden a la misma lógica que el español; el quichua tiene un razonamiento muy distinto. El primer obstáculo: en la oración el verbo está al final; así, se dice: «En el alto del monte, por la mañana, la paja y el agua cristalina bajo el sol brillan».

Luego, el pasado está adelante y el futuro atrás (para desconcierto de todos). El profesor aclara que tales dimensiones no están ni adelante ni atrás, que su localización es una convención cultural, y añade que las mismas palabras se usan para el tiempo y el espacio: Ñaupa Pacha (tiempo pasado, adelante), y Ñaupa Pampa (delante de la pampa). Ofuscación de todos, menos del estudiante húngaro que lo toma con naturalidad. A estas alturas ya ha habido unas cuantas deserciones y entre los que quedamos surge una inevitable fascinación por un pensamiento tan distinto pero impecable. El profesor explica que hay dos formas de tiempo pasado, una para expresar que a la persona le ha constado la acción, y otra cuando la persona sabe que la acción es pasada, pero que no le consta. (RISHKA Y RIRKA).

Esto no es todo: hay varias formas de expresar el genitivo: con el sufijo YUK, (pertenencia inalienable): tukuy llaktaYUK runa: «la comunidad es de todos»; con PA (pertenencia circunstancial): «warmiPA muski: perfume de mujer». También se utiliza la fórmula de dos elementos unidos: rumi chaca: (puente de piedra), sin sufijo. El húngaro dice que en su lengua también es así; él ya conversa con el profesor en quichua (y todos le tenemos una callada envidia).

Aprendemos que hay un sufijo propio de las lenguas aglutinantes, como el mongol, el turco, el húngaro: NTIN, que puede significar compañía, adhesión, solidaridad; que cuando se utiliza con personas, la persona acompañante se omite: ApuchaNTIN «el abuelo con su nieto». Ahora viene algo más complejo: el gerundio puede tener dos formas, una cuando hay un solo sujeto: «MallquikaSHPA juchuta mallquikunaman llaututa kuyman (El árbol grande a los más pequeños les brinda sombra). Puede haber dos sujetos: Kanki waylluyka wañuKPIka ñukapask wañushami (Cuando muera tu amor yo también moriré).

 

 

El húngaro se ríe de los chapurreos de los demás (odiamos al húngaro). Y bien, MIKUY (comida) puede ser nombre, imperativo o infinitivo según el contexto. Alguien pregunta: ¿cuántos sufijos hay en el quichua? El húngaro contesta: son incontables porque en cualquier momento pueden surgir nuevos sufijos, y todos expresan innumerables matices del pensamiento y los sentimientos. Nadie dice ni piu (no hay en quichua la vocal o).

 

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.