El IRA (Ejército Republicano irlandés) ha decidido cambiar las armas por la lucha política. Después de años de negociaciones y un acuerdo firmado en 1998, los republicanos irlandeses han decidido seguir luchando por la unificación de la isla a través de otros métodos. Algo habrá que aprender en el Estado español para lograr avanzar en […]
El IRA (Ejército Republicano irlandés) ha decidido cambiar las armas por la lucha política. Después de años de negociaciones y un acuerdo firmado en 1998, los republicanos irlandeses han decidido seguir luchando por la unificación de la isla a través de otros métodos. Algo habrá que aprender en el Estado español para lograr avanzar en la resolución del conflicto vasco.
Ha sido un proceso largo y lleno de altibajos. Desde principios de los años 90 existían encuentros entre las autoridades británicas y delegaciones del IRA, directamente o a través del Sinn Féin. En 1998 se firma el Acuerdo de Stormont que regula las condiciones de paz. El acuerdo fue ratificado en las urnas por el 94% de los votantes de Irlanda y por el 71% de los de Irlanda del Norte. A pesar del masivo apoyo popular, el proceso siguió teniendo sus avances y retrocesos, básicamente a causa del gobierno británico que volvió a suspender las instituciones autonómicas del Ulster.
El Acuerdo de Stormont consiste en: la abolición de la ley para Irlanda del Norte que imponía el gobierno directo desde Londres (opresión colonial); la formación de un Consejo Norte-Sur por el que el gobierno de Dublín tiene poderes para supervisar el comercio, pesca, programas sanitarios y decisiones europeas que afecten a los territorios del Norte (¿un paso para un futuro proceso de unificación?); el gobierno británico se compromete a no oponerse a la decisión mayoritaria y democrática de la población del Norte; se crea una conferencia intergubernamental entre Londres y Dublín para los aspectos relativos a defensa y seguridad; Irlanda retira de su Constitución las exigencias relativas a la unidad de la isla; se retira el ejército británico y el IRA depone las armas.
Como en todo proceso en el que una parte no logra imponerse o derrotar a la contraria hay concesiones por ambas partes. La cuestión es si para la causa de la libertad y unificación de Irlanda el acuerdo y el desarme del IRA son un paso adelante o no. El tiempo y la lucha será quien acabe juzgando, pero a priori y teniendo muy en cuenta las opiniones de los republicanos irlandeses, parece evidente que es un paso adelante, como lo es que el IRA se oriente hacia la lucha política por métodos democráticos y no violentos.
Sobre la violencia
Ya desde tiempos de Marx, los marxistas revolucionarios hemos sido firmes partidarios de la libertad y la unificación de la isla. Gran Bretaña ocupó militarmente Irlanda y la estuvo oprimiendo hasta que una parte de la isla, la actual República de Irlanda, logró la independencia, pero los británicos mantuvieron su ocupación colonial en lo que se conoce como Ulster. Como ha dicho el IRA en el comunicado que notifica el abandono de las armas, continuará la lucha por la completa liberación del colonialismo británico y por la unificación de la isla.
En esta nueva situación hay que valorar lo que representa el abandono de las armas y la opción de una vía política. En la sociedad capitalista la violencia es el pan de cada día generada por las relaciones de explotación y opresión que impone. El punto de partida de la violencia en Irak es la invasión y permanencia de las tropas imperialistas, o en Palestina la ocupación israelí, como en Irlanda fue la ocupación y opresión británica. Que un sector de la población se organice y utilice el terrorismo como método de lucha es una reacción de quien se rebela contra la opresión.
Sin tener clara esta idea es difícil entender las razones por las que los jóvenes palestinos se enfrentan a los tanques israelíes o porque durante generaciones los irlandeses dieron su apoyo al IRA. Las explicaciones simplistas del tipo, «están locos o son unos fanáticos» no nos permiten comprender las razones por las que sectores de un pueblo oprimido utilizan el terrorismo como método de lucha contra el opresor. Seria de necios negar que en no pocas ocasiones el IRA, o las organizaciones palestinas, han representado a su manera las mejores tradiciones de lucha de sus pueblos.
Otra cosa es que valoremos si el terrorismo es el mejor método de lucha para que el pueblo venza al opresor o al explotador. Los del POR tenemos una opinión muy clara: el mejor método de lucha es el que organiza y moviliza a la mayoría de la población oprimida y explotada, «La emancipación de los trabajadores será obra de los propios trabajadores» decimos. A veces, en particular en los países oprimidos, el terrorismo es una etapa previa a la lucha de masas. El abandono de las armas por parte del IRA es un paso adelante porque no es una derrota, y puede serlo aún más si eso significa que su gente y otros revolucionarios irlandeses refuerzan la lucha contra el imperialismo británico y la búsqueda de soluciones que satisfagan los derechos nacionales y sociales de la población trabajadora.
En Euskadi
La experiencia irlandesa debería servirnos para avanzar en la resolución del conflicto en Euskadi. Aunque cada proceso es diferente y cada situación tiene su historia y sus contendientes, habría que empezar desechando algunos lugares comunes que a fuerza de repetirse parecen evidentes y no lo son.
En Irlanda, el IRA no abandonó las armas antes de llegar a un acuerdo. No sirve de nada pedir a ETA que deje las armas antes de sentarse a negociar. Como tampoco sirve de nada pedir que desaparezca antes de llegar a un acuerdo. Téngase en cuenta que el IRA abandona las armas pero no se disuelve. El alto el fuego no puede ser sólo de una de las partes, se necesita abrir cauces de confianza para que el proceso avance. El gobierno debería acercar algunos presos al País Vasco o paralizar las detenciones mientras se dialoga.
Cuando se produce un proceso de negociación es evidente que va ligado a concesiones políticas, nadie da nada a cambio de nada. Difícilmente puede avanzar el proceso si no se deroga la Ley de Partidos y se permite a la izquierda abertzale que pueda hacer política libremente.
Si se quiere la paz hay que ir a las raíces del conflicto que básicamente se sitúan en la negativa a que los vascos decidan cómo quieren gobernarse y qué relación quieren tener con el resto de pueblos de España. Si se quiere la paz, el gobierno y el PSOE tendrán que romper con la política del PP contraria a toda negociación. Como se ha demostrado en el caso irlandés hay otro camino para resolver el problema, el de la represión, como plantea el PP, es un camino sin futuro.
La izquierda trabajadora de Euskadi y de todo el Estado español tiene mucho que aportar a este proceso, en particular ayudando a que los trabajadores de todo el Estado comprendan que el camino de la paz pasa por el diálogo, la negociación y que los vascos decidan.
Cronología del IRA
1913 Los Voluntarios Irlandeses -Oglaigh na hEireann en gaélico- son creados para «asegurar y mantener los derechos y libertades comunes a todo el pueblo de Irlanda».
1916 – El levantamiento de Pascua de 1916 fue un acontecimiento definitivo en la historia del republicanismo irlandés. Fue aplastado y 16 de sus líderes ejecutados por el Gobierno británico.
1918 – El Sinn Féin, que deseaba imponer una republica irlandesa, resulta el partido mayoritario en las elecciones. Consigue 73 escaños; los autonomistas 6; los unionistas 31.
1919 – Inicio de la Guerra de Independencia. Los parlamentarios de Sinn Féin se reúnen en Dublín como el primer Parlamento irlandés y declaran la independencia de Irlanda. Oglaigh na hEireann pasa a ser conocido como el Ejército Republicano Irlandés (IRA) Londres prohíbe todas estas instituciones y declara la guerra.
1922 – Para lograr la paz con los británicos se divide a Irlanda. El IRA se divide, como también el Parlamento, y se inicia la Guerra Civil irlandesa.
1923 – En mayo finaliza la Guerra Civil.
1960 – Emerge el movimiento por los derechos civiles (un voto por ciudadano, igualdad de acceso a empleo y vivienda).
1969 – En Belfast y Derry los distritos nacionalistas son atacados por el ejército, la policía y grupos unionistas. El IRA vuelve a escindirse.
1970-71 – El IRA gana el apoyo nacionalista en los Seis Condados y en toda Irlanda. Los voluntarios del IRA inician una campaña de guerrilla urbana contra el ejército británico y contra objetivos económicos en las ciudades norirlandesas.
1972 – En julio, los líderes republicanos viajan a Londres para reunirse con el Gobierno británico y se inicia un alto el fuego. En enero de 1972, los soldados británicos asesinan a catorce civiles en Derry durante una marcha por los derechos civiles.
1980 – Los británicos introducen la política de criminalización, tortura, tribunales especiales, sentencias largas y brutalidad dentro de las cárceles. La protesta de los presos dio lugar a huelgas de hambre en las que murieron 10 presos.
1994 – En agosto el IRA declara un alto el fuego.
1995 – El IRA rechaza las demandas británicas de rendición unilateral.
1997 – Tony Blair es elegido primer ministro. El IRA anuncia un nuevo alto el fuego. Blair admite que las armas deben decomisarse al tiempo que se producen las negociaciones. En septiembre se inician las negociaciones con la presencia de Sinn Féin.
1998 – Se firma el Acuerdo de Viernes Santo en Stormont, el documento base del proceso de paz. En julio se reúne la primera asamblea norirlandesa.
2001 – El IRA realiza un primer acto de decomiso de armamento.
2002 – En octubre el gobierno británico suspende las instituciones autonómicas.
2005 – En julio el IRA ordena a sus voluntarios el fin de la campaña armada y su implicación en programas puramente políticos y democráticos por vías exclusivamente pacíficas.