El Presidente Obama, a pesar de reconocer en CNN su participación en el fatídico golpe de Estado de Ucrania, amenazó con aplicar nuevas sanciones contra Rusia, espera ver si así puede derrotarla sin comenzar una guerra caliente; también amenazó con iniciar algo que practica hace mucho, la entrega de armas letales a Poroshenko para que […]
El Presidente Obama, a pesar de reconocer en CNN su participación en el fatídico golpe de Estado de Ucrania, amenazó con aplicar nuevas sanciones contra Rusia, espera ver si así puede derrotarla sin comenzar una guerra caliente; también amenazó con iniciar algo que practica hace mucho, la entrega de armas letales a Poroshenko para que extermine a los ucranianos del Donbás, porque si no los extermina lo van a votar a patadas, tal como le amenazó el Embajador norteamericano en Kiev. Sin embargo, parece que al fin soplan aires de Libertad por el continente europeo. La Canciller Merkel y el Presidente Holande, aparentemente cansados del vasallaje y asustados de una guerra que se aproxima peligrosamente a sus fronteras, insistieron en que la diplomática es la única vía para resolver el conflicto de Ucrania, por lo que se opusieron y se oponen a que OTAN entregue armas al gobierno de Poroshenko y viajaron presurosos a Moscú y Minsk para apaciguar los ánimos caldeados, algo es algo, y lograr juntos con Putin la paz para el sureste ucraniano, paz que pasa por el diálogo directo entre Kiev y el Donbás, un inmediato cese al fuego, el retiro de todos los mercenarios de Ucrania, la liberación de los presos políticos y el reconocimiento de los derechos ancestrales para los habitantes del sureste ucraniano.
Es importante señalar que estas reuniones se han realizado sólo entre europeos, al mismo tiempo que Kiev era visitada por Biden y Kerry, que, por lo visto, intentaban evitar que la presa se les escape del cepo. ¡Ares, salve a los EE.UU.!, debería ser la invocación con la que el Presidente Obama termine sus discursos y no la perogrullada: ¡Dios, salve a los EE.UU.!, porque este dios griego encarna mejor la brutalidad, la violencia y los horrores de la que hace alarde el sector más belicoso de su país, actual cabeza del imperialismo mundial globalizado, IMG, al entorpecer la resolución de los problemas políticos y sociales del mundo mediante «guerras humanitarias». Es que, igual que Ares, los EE.UU. necesitan de las guerras por estar en su propia naturaleza. Parecería que en Washington, la capital más belicosa del planeta, igual que en Esparta, la ciudad Estado más belicosa de la antigua Grecia, se venera a Ares y que lo han encadenado, tal como lo representaban los espartanos, para evitar que los abandone durante sus guerras de rapiña. Aunque les convendría recordar que pese a su brutalidad, Ares no siempre salió victorioso de sus aventuras militares e, incluso, fue herido por Hércules en dos ocasiones y Diomedes, durante la Guerra de Troya, lo hirió con una pica y lo obligó a refugiarse en el Olimpo, para llorar sus penas. Los héroes griegos representan a los pueblos organizados del planeta que defienden sus riquezas, Viet Nam, Cuba y las Milicias Populares del Donbás, por mencionar unos pocos, y el Olimpo, el infierno que le espera al IMG.
Además, Ares jamás fue un socio digno de confiar porque era capaz de apoyar al mismo tiempo a los dos bandos en conflicto, igual a lo que hacen los EE.UU. con el Estado Islámico e Irak, o de abandonar o traicionar al contrincante que hasta hace poco apoyaban; en este caso, la semejanza con la política de los EE.UU. es patética, si no, que lo diga Noriega, por señalar a alguien.
Veneran a Ares no sólo los que hacen las guerras por los réditos que obtienen sino aquellos que, igual que Ares, no puede sobrevivir sin guerras, tal es el caso del Complejo Militar Industrial de los EE.UU. al que la Paz arruinaría. Por eso busca enemigos y por eso Rusia es el enemigo perfecto. Afganistán, Irak, Libia y Siria fueron sólo aperitivos, y nada más, con ellos pudieron asustar por un momento no muy largo al norteamericano medio. En cambio, Rusia les da para largo tiempo y se les hace fácil meter miedo a los ingenuos. En primer lugar, el norteamericano común la confunde con la Unión Soviética y el comunismo, cucos con los que lo asustaron durante setenta años; en segundo lugar, el imperialismo norteamericano la ve como un bocado apetitoso porque es rica en recursos naturales como nadie, porque duplica a los EE.UU. en tamaño y porque estar poblada con la mitad de la población de ese país, y ya se la hubieran comido si es que no estuviera tan bien armada.
Por eso necesitan la guerra en el Donbás, para acusar a Rusia de agredir a Ucrania, aunque no presenten ni una sola prueba, y así tener un justificativo para hacer crecer sin límite el presupuesto militar de los EE.UU. Y como el pueblo norteamericano es capaz de tragar cualquier rueda de molino, le dicen que Rusia ha invadido Ucrania con diez mil soldados y numerosos tanques, y a nadie se le ocurre preguntar cómo es posible que entre tanto prisionero, que a menudo intercambian las huestes nazis de Kiev con las milicias populares del Donbás, no haya un sólo soldado de Ejército Ruso. Y cuando en las más altas esferas de Moscú, a nivel de ministro, les exigen a los EE.UU. que presenten pruebas de que hay tanques y tropas rusas en Ucrania, salen con el cuento de que abran internet, porque allí hay escritos y se ven las fotos que demuestran, según ellos, el bulo que sostienen; los rusos se sonríen con despecho porque en internet hay fotos hasta del diablo bailando la samacueca. Ni que trataran con niños de pecho.
Para ventaja de los pueblos del mundo, incluido el norteamericano, el IMG, al apoyar a los nazis de la junta de Ucrania, ha arrimado a mal árbol su hacha porque estos bandoleros sólo saben robar y masacrar a su pueblo, y nada más. Las armas que les entregan son capaces de vendérselas incluso al demonio, no se diga a las milicias populares, que, además de arrebatárselas, también las obtienen así. Por otra parte, estos nazis sólo son buenos para asesinar a mujeres, ancianos y niños, eliminar y torturar prisioneros, bombardear indiscriminadamente con armas prohibidas las casas cuna, las escuelas y jardines de infantes, los hospitales y los barrios populosos del Donbás, pero les falta lo que sabemos cuando se trata de pelear contra las milicias populares que defienden su tierra, sus familias y sus derechos ancestrales.
El problema mayor del IMG es estar encabezado por los EE.UU., caracterizados por una puerilidad de espanto y por la falta de madurez con que imponen sus criterios anacrónicos. Ejemplos sobran, Inglaterra no se hizo líos y devolvió Hong Kong a China; en cambio, los EE.UU. entorpecen sus relaciones con América Latina al ocupar ilegalmente Guantánamo, al convertirla en centro universal de torturas y no devolverla caprichosamente a su dueño, Cuba. Presidente Obama, ¿por que en lugar de invocar a Ares no pide mejor la protección de Atenea, que representa lo meditado e inteligente del arte de la paz y de la guerra, a ver si así obtiene algo de sabiduría, que tanto necesita, y pueda gobernar el tiempo que le falta? Recuerde que el que mucho abarca poco aprieta. Eso le pasa a su país.
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