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¿Hacia donde va el camino propio?

Autonomía Mapuche: Aguas turbulentas y fuegos cruzados

Fuentes: Mapuexpress

Más allá de las bombas de racismo que puedan estar circulando por Internet de un lado para otro con ciertos descalificativos o denuncias a personas y organizaciones Mapuche por reunirse, por usar o no fondos públicos del estado de Chile, por ser 1.500, 2.000 o 3.000 los que se reunieron o porque hay diversidad de […]

Más allá de las bombas de racismo que puedan estar circulando por Internet de un lado para otro con ciertos descalificativos o denuncias a personas y organizaciones Mapuche por reunirse, por usar o no fondos públicos del estado de Chile, por ser 1.500, 2.000 o 3.000 los que se reunieron o porque hay diversidad de intereses: Los uno, para ocupar cargos; los otros, para convertirse en un nuevo referente; Los aquellos, para impulsar plataformas políticas; O los de aquel lado, para movilizar y defender sus territorios. Ante esto y sin intentar en caer en ningún absolutismo, el reciente encuentro en Quepe (10 y 11 de noviembre) quizás haya tenido esa diversidad señalada y ante eso quizás podríamos preguntarnos ¿Y que hay de malo en ello?, en especial, cuando una importante cantidad de personas provenientes de diversos territorios tuvo la oportunidad de conocer, discutir, proponer definiciones, propuestas y exigencias para hacer frente a la institucionalidad del estado?.

Es probable que al ambiguo Gobierno de Bachelet le pueda haber interesado este encuentro y por ello habría destinado recursos a sus organizadores, ya que por primera vez, un importante sector de diversidades de «sectores», muchos de ellos autonomistas podrían convertirse en un interlocutor un poco más representativo que lo que tenían hasta este momento. Más bien ahora, independiente que puedan haber o no algunos que participan en la institucionalidad gubernamental, se daba paso a una mayor representatividad de bases territoriales rurales que se escapa a esos calificativos, con la oportunidad de poder aunar criterios y en una de esas, proyectarse como un referente reconocido justamente frente a esa institucionalidad para sobreponer sus posiciones. La efectividad que se pueda obtener de aquello, es un tema aparte.

Más allá de referirse a las estrategias de cada cual, porque no corresponde y eso justamente corresponde a cada cual en su esfera de su «autonomía», ya que probablemente unos dirían que instrumentalizan la institucionalidad política o administrativa para fines colectivos, otros dirían de la proyección en intervención electoral partidista para fines nacionalistas, otros reafirmarían el camino del autonomismo de los territorios y del fortalecimiento de los movimientos, en fin, serán todas ellas o ninguna de las anteriores, como sea, lo delicado sería de caer en afirmaciones que desde esos espacios construidos, salgan afirmaciones sosteniendo sobre «Propuesta Única Mapuche», porque si bien es cierto, habían muchos y estaban uno de los principales referentes del movimiento social activo mapuche, pero no estaban todos.

Solo decir, por el bien del movimiento social Mapuche, valorando a muchos y muchas de las que estaban allí, que ojala resulte lo mejor y se definan importantes resoluciones, porque no debería haber nada malo en tratar de aunar a la mayor cantidad posible para asumir posiciones claras frente al estado y sus instituciones, pero sin caer en la arrogancia, el aprovechamiento, en la auto-referencia, sobre protagonismo ni en la ingenuidad, ya que esa diversidad mostrada, que si bien es cierto es una riqueza, es muy frágil y que si bien, probablemente todos quieren lo mejor para su Pueblo, dentro de los que convocaron hay muchas diferencias e intereses distintos y uno que otro un tanto «oculto» que aún no se entiende en que están.

Por lo mismo, que no contribuya para dejar «damnificados» y convertirse en un ente excluyente, y de paso, permitir que los que no estaban ahí, que los que están legítima y pacíficamente por un camino propio más allá de la institucionalidad de los estados y que creen efectivamente en la reconstrucció n de su pueblo-nación a través de los caminos del autonomismo pro activo, queden aislados como presa fácil para la represión, la intervención, la neutralizació n (no nos referimos a los que se auto-flagelan ni a los de aires mesiánicos) , porque quizás algunos grupos «operativos de inteligencia» de orden público que están absurdamente encima o de grupos de poder fáctico estén sacando sus cuentas alegres y quizás, sin querer, se le haya hecho el juego a otros. Que eso no pase depende de todo aquel y aquella conciente con los intereses superiores de su Pueblo.

Entender que las «otras iniciativas» que también se están construyendo, no deben porqué sobreponerse o contrariarse a este tipo de estrategias y que se pueden aunar criterios más allá de la institucionalidad y de comenzar a recorrer caminos propios. Esto no tiene porqué ser una disputa de intereses, conducciones ni protagonismos.

Señales al respecto ya han llegado hace rato, el reciente encuentro de comunicadores mapuche del Wallmapu en San Martín de los Andes, en su tercera versión, es un ejemplo de ello, donde a pesar de las diferencias y diversidades, los comunicadores, los que transmiten información a través de medios como radios, boletines, sitios web, periodicos o a través del arte, la música, también fueron capaces de asumir con alturas de miras los desafíos de re – construcción.

Por ello, no quedarse con los fuegos cruzados o las aguas turbulentas, no dejar que lo mediático siga causando más cizañas, daños y quiebres de referentes que ya estaban, de buscar converger en espacios en temas comunes, que son mucho más que esas pequeñeces. Darnos un tiempo real para poder comenzar a pensar no cómo se exigen los derechos ante el estado, sino cómo estos comienzan a reconocerse y ejercerse en el interior de un pueblo, en un proyecto a futuro que involucre una verdadera autonomía pro actriva. Donde puedan estar todos y todas, y no seguir despertado a los que ya están despiertos, sino de involucrar a todas las partes de un solo Pueblo: los rurales, los urbanos, los profesionales, los que hablan de linaje, los mestizos, los culturalistas, los políticos, los espirituales, los potenciales aliados y terminar con los sectarismos y las minorías, para volver a restablecer los equilibrios y darle sentido también, al verdadero rol que deberían cumplir las autoridades del Pueblo- Nación Mapuche.

Hay mensajes, hay invitaciones que ya están, que en una de esas deberían ser un buen motivo como para comenzar a replantearse esto, más allá de las fronteras, más allá de las invitaciones de un gobierno, más allá de tener recursos o no para levantarlo y valorar especialmente que sean justamente las autoridades territoriales que hagan converger. Quizás, podría ser el puntal de reconstrucció n autónoma. Y al soñar así y de proyectarse así, ojala estén todos y todas los conscientes y capten el mensaje cuando llegue y que por otro lado, el oficialismo, la clase política en general y las institucionalidades del estado, en una ocasión así, que no intervenga, que se ubique, porque no hay nada malo en el camino del autonomismo, por el contrario, fortalecen los sistemas democráticos y si no están, los crea.

Nuestro medio digital, cuyo trabajo se hace desde territorio Mapuche, autogestionado y de voluntariado, no persigue la auto-referencia, lo que ha sido su característica en todos estos años de existencia, como tribuna abierta y pluralista desde lo Mapuche, pero sin abrir espacios que tiendan al divisionismo o a la descalificació n entre los diferentes referentes Mapuche por muy justificado que a veces pueda ser, pero por el contrario, se entiende como un aporte a la Unidad en la acción. Por ello, si se ha abierto alguna tribuna para este tipo de práctica, esto ha sido accidental ya que no ha estado dentro de la línea editorial. Por nuestra parte, tenemos bien claro hacia donde dirigir nuestras energías y hacia donde intentar aportar. Todo lo que salga para la promoción de causar más daños, bien vale la pena preguntarse por su origen, no el de las chapas, ni los que está un poco más atrás como operadores, sino, los «inorgánicos que no se ven» que estarían instalando «argumentos» para uno y otro lado.